En "Todos dicen I love you", en 1997, Woody Allen sigue a Julia Roberts por puentes, plazas, canales y callejones adoquinados para conquistar su corazón y retratar la Venecia romántica que se expone hoy a los que la visitamos; "Casanova" de Fellini intenta transmitir, en 1979, una Venecia histórica reconocida por sus fiestas y decorados. No hemos visto en la pantalla la ciudad que amplificó el invento de la imprenta hasta acumular en un momento dado varias decenas de negocios, de donde salían libros clásicos, griegos y romanos hacia toda Europa. Si pudiéramos filmarla encontraríamos secuencias difíciles de entender, como grupos de personas haciendo jirones de camisas y ropa vieja de todo tipo. El protagonista de una historia semejante sólo podría ser Aldo Manuzio, el creador del "libro portátil" que los ingleses reinventaron con los "libros pingüino". Aldus Romanus, como se presentaba a sí mismo hace 500 años, inventó el libro moderno. No el cine, sino la imprenta, nos ofrece ahora una ventana por donde mirar aquel momento y aquel personaje que contribuyó a la difusión del Renacimiento más que muchos artistas que le superan en popularidad.
Título: "El impresor de Venecia"
Autor: Javier Azpeitia
Editorial: Tusquets