Querido primo Teo:
El mundo del cómic siempre ha jugado a ser tanto reflejo de la sociedad como vehículo de evasión hacia mundos de fantasía e imaginación. Razas alienígenas como los kree, skrull, chitauri, saakarianos, kryptonianos, marcianos nos han hecho imaginar mundos y galaxias lejanas con criaturas fantásticas, pero también los cómics reflejan la diversidad en la Tierra. En Marvel, aunque los primeros cómics estuvieron protagonizados por caucásicos de nacionalidad americana en su mayoría (Spider-Man, 4 fantásticos, X-Men, Capitan América) enseguida apareció la necesidad de mostrar otras razas y culturas para que así el público se sintiera identificado con sus héroes o heroínas; sin ir muy lejos, los X-Men fueron un fiel reflejo de esta necesidad cuando su segunda génesis, y una de las más conocidas, estuvo formada por una americana, un nativo americano, una africana, un canadiense, un ruso, un alemán y un irlandés, a saber, Kitty Pryde, Ave de Trueno, Tormenta, Lobezno, Coloso, Rondador Nocturno y Banshee. De aquí que hoy toque hablar de “Black Panther”.