"Manchester frente al mar"
La web oficial.
El argumento: Lee Chandler es un fontanero que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi y de la comunidad en la que nació y creció.
Conviene ver: “Manchester frente al mar” es un drama seco e intenso sobre la pérdida y la fase del duelo, así como los traumas con los que nos golpea la vida y a los que tenemos que combatir para salir adelante y sobreponernos. Una película tan honesta como intensa, a pesar de su ritmo pausado y apoyado en el dolor introspectivo y en unos diálogos sólidos que salen desde el propio alma y la sentida verdad que desprende la cinta en todo momento. Kenneth Lonergan logra emocionar sin aspavientos, convirtiendo lo cotidiano en arte (atención al uso que hace de la música clásica en las escenas cumbre de la cinta) y demostrando que los hombres también sienten y hasta lloran, necesitando el cariño y el abrazo reparador de los demás, desmontando todo mito arcaico sobre ello y, además, introduciendo necesarios y agradecidos golpes de humor (sobre todo en los frescos y punzantes diálogos y situaciones entre tío y sobrino) en esta cinta ambientada en un pueblo frío y pesquero en el que el sentimiento de desarraigo, soledad y desconcierto invade a sus personajes; la mayoría de ellos seres que han visto como la vida les ha golpeado y que en la madurez se han convertido en frustrados fantasmas que deambulan entre la rutina y el conformismo fruto de un dolor resignado impregnado en la mirada. Y es que cada personaje, por muy poco que aparezca en la cinta, parece tener una historia detrás estando perfectamente dibujado destacando también a Kyle Chandler, Gretchen Mol, Tate Donovan y Matthew Broderick. Minimalismo y austeridad gracias a una fina contención que explota de una manera arrebatadoramente conmovedora gracias a la magistral interpretación de Casey Affleck que, aunque ya se haya repetido más de una vez, está ante el papel de su vida apoyado por una breve pero impactante Michelle Williams, dando vida a su ex mujer, y la revelación que supone Lucas Hedges como ese sobrino con el que tendrá que conectar mientras también lo hace consigo mismo y con el peso de un suceso que truncó su vida y que no ha podido dejar atrás, envuelto de culpa y remordimiento, lastrando por siempre el resto de su vida bañado de pesar, rabia, perplejidad y alcohol. Una película madura sobre la culpa y las amarras de nuestro dolor, evocado en flashbacks (prodigiosa secuencia con la música de Albinoni en la que conocemos que atormenta al personaje de Lee Chandler) y en hechos acaecidos que se deducen pero que no se muestran, que confirma lo buen director de actores que es un Lonergan que hace de la rutina de la vida la más intensa de las emociones; apoyado en un guión meticuloso, solido e intenso, y sobre todo en un Affleck que hace todo un recital enseñando a más de un actor que el dolor más humano y universal es el que se lleva imprimido en nuestro ser y en nuestro bagaje, en nuestra mirada rota y melancólica, no el que se expande en lagrimones de colirio. Un drama tan descorazonador como ejemplar sobre dos personas que ante una perdida familiar se quieren y que, aunque eso implique trastocar sus vidas y rutinas, se necesitan más que nunca siendo los únicos que pueden ayudarse encontrando algo de consuelo frente a los avatares que les han minado por siempre. Emociones a flor de piel en las que el hielo y el frío que les rodea no es más que una metáfora de la gelidez de unos sentimientos que se resisten a que afloren pero con los que necesitan aprender a vivir.
Conviene saber: 6 nominaciones al Oscar en las categorías de película, director, actor, actor de reparto, actriz de reparto y guión original avalan el tercer trabajo como realizador del director de “Puedes contar conmigo” (2000) y “Margaret” (2011) que cuenta con la producción de un Matt Damon que por conflictos de agenda dejó el papel en manos de un Casey Affleck ante la oportunidad para un actor que vuelve a brillar como lo hiciera en su anterior candidatura al Oscar, la de “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”.
La crítica le da un NUEVE