In Memoriam: Carrie Fisher, no sólo la princesa Leia

Querido Teo:

El 2016 y su guadaña han resultado tener más fuerza que la propia Fuerza, aquella a la que se encomendaban todos cuando se conoció hace cuatro días el infarto que sufrió Carrie Fisher en un vuelo de avión entre Londres y Los Angeles. A pesar de los intentos de reanimarla, tras el aterrizaje la actriz ingresó de urgencia en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital UCLA de Los Angeles falleciendo en el día de hoy a los 60 años sin haber podido recuperar la consciencia. La icónica princesa Leia (a la que interpretó con 19 años) fue mucho más que eso y, tras recuperar popularidad el año pasado con su regreso en “Star Wars: El despertar de la fuerza”, ahora se encontraba promocionando “The princess diarist”, uno de los varios libros autobiográficos que escribió durante su vida donde hablaba desde su espiral con las drogas hasta su relación más allá del rodaje con Harrison Ford, acompañada de los que han estado hasta el final; su hija Billie Lourd (tenida en su relación con Bryan Lourd) y su bulldog francés llamado Gary.

Entre su obra literaria destaca sin duda la que daría lugar a “Postales desde el filo”, contando su relación entre ella y su madre (la actriz Debbie Reynolds) siendo interpretadas en el cine por Meryl Streep y Shirley MacLaine, respectivamente. Otro trabajo basado en un libro suyo fue el telefilm “These old broads (Esas chicas fabulosas)” protagonizada por su madre Debbie Reynolds, la enemiga de ésta Elizabeth Taylor (Eddie Fisher dejó a Debbie por Elizabeth), Joan Collins y Shirley MacLaine, o "Wishful drinking (La verdadera historia de la princesa Leia)" (2010) sobre su alcoholismo que se emitió en HBO. Su vena inquieta se tradujo en su trabajo como “script doctor”, supervisando un buen número de guiones que caían en sus manos y apareciendo en la mayoría de esas películas sin acreditar ("Arma letal 3", "Sister Act", "El último gran héroe", "Hook", "Estallido", "El chico ideal", "El bar Coyote", "Kate & Leopold", "Sr. y Sra. Smith", etc...).

Marcada por un trastorno bipolar y por su adicción a las drogas en diferentes fases de su vida, provocando que incluso John Belushi le advirtiera durante el rodaje de “Star Wars” lo enganchada que estaba, pudo reciclarse como escritora y actriz ocasional más allá de la Leia a la que ha dado vida en cuatro películas. La pudimos ver en "Shampoo" (1975), “Granujas a todo ritmo” (1980), “Buscando a Greta” (1984), “El hombre con un zapato rojo” (1985), “Hannah y sus hermanas” (1986), “Cita con la muerte” (1988), “No matarás… al vecino” (1989), “Cuando Harry encontró a Sally” (1989), “Hay un muerto en mi cama” (1990), “Escándalo en el plató” (1991), “Scream 3” (2000), así como en apariciones en series televisivas o interpretando a sí misma en cintas como “Maps to the stars” (2014). Siempre tirando de cierta nostalgia y también de un toque irreverente como la Rosemary Howard que interpretó en un capítulo de "Rockefeller Plaza" valiéndole una candidatura al Emmy como invitada en 2008.

La que fue hasta ahora toda una superviviente tanto de la maquinaria de Hollywood, como de una familia de estrellas (estuvo casada también con el cantante Paul Simon manteniendo una turbulenta relación durante los 80), y víctima de las adicciones propias de los juguetes rotos de la industria, pudo ir sacando cabeza demostrando gracia e ingenio como secundaria robaescenas en comedias y como escritora que tiraba de sus propias experiencias para llegar a la gente. Su influencia ha dejado huella, no sólo por su Leia (o su trabajo sea más reconocido o no en un sinfín de guiones revisados por ella), sino por ser la causante de que ahora el futuro de la saga galáctica hable en femenino con personajes como los interpretados por Daisy Ridley o Felicity Jones. La galaxia está de luto.

Nacho Gonzalo