Venecia 2016: Terrence Malick y Pablo Larraín acaparan el protagonismo
Querido Teo:
Terrence Malick ha presentado (aunque por supuesto no se le ha visto el pelo) “Voyage of time”, un ambicioso proyecto que ha intentado a lomos de la tecnología sacar durante varias décadas y que ahora por fin se ha materializado. "Voyage of time" nos cuenta en 40 minutos y en clave filosófica la creación y muerte de nuestro universo a través del espacio y el tiempo. Una experiencia cósmica que transcurre desde el nacimiento de las estrellas y las galaxias a la explosión de diversas formas de vida en el planeta Tierra, incluyendo la humanidad. Este proyecto nació hace más de 30 años bajo el título “Q”, que iba a contar una ambiciosa historia de múltiples personajes ambientada en el este durante la Primera Guerra Mundial, pero fue cambiando poco a poco a lo largo de los años y parte de sus elementos y temática acabó plasmada en “El árbol de la vida”, paso natural previo (junto a “To the wonder”) antes de que llegara este proyecto de un realizador que ha pasado estos años a meter el turbo a su carrera.
El proyecto tiene dos versiones (una en IMAX de 40 minutos locutada por Brad Pitt y otra de hora y media con la voz de Cate Blanchett) y, como era de esperar, este proyecto tan mastodóntico y de autor ha provocado opiniones confrontadas entre los que les parece una experiencia sensorial apabullante y definitoria y los que consideran que es una ida de olla con ínfulas. En todo caso, no se puede negar que Malick cuida la imagen y maneja la cámara como nadie expresando un lenguaje cinematográfico más preocupado en llenar de espiritualidad y majestuosidad temas trascendentales que en derivar en la estructura más convencional a la que nos ha acostumbrado la literatura, el cine y el teatro.
Sorprende el giro de Pablo Larraín que tras la incómoda y opresiva “El club” encara su primer proyecto en Hollywood (heredado de Darren Aronofsky) en “Jackie”, una mirada al dolor y al peso de la responsabilidad a través de Jackie Kennedy en los días posteriores al magnicidio que acabó con la vida de JFK. Un biopic nada convencional (lo mismo que ha hecho este mismo año en “Neruda”) que se adentra en el drama de aunar todas las miradas tras un episodio de conmoción mundial. Un guión con capas y que tira de intimismo en una gama de sentimientos que son los que siente una Natalie Portman que, para muchos, se convierte en la mejor interpretación de la actriz alabándose su sobriedad y contención, logrando mostrar una gama que va desde la vulnerabilidad a la ambición, aunque se antoja difícil que llegue a la brutalidad del papel que le valió el Oscar. Toda la película es su trabajo, en definitiva una mujer que se encuentra desorientada observada por todos, aunque también se habla para bien de los trabajos de Peter Sarsgaard como Robert Kennedy y de John Hurt como un sacerdote. Una cinta potente, intensa y bien trazada en su vertiente psicológica alabándose el detalle del guión de Noah Oppenheim.
Nacho Gonzalo