Venecia 2016: La complejidad de "Animales nocturnos", denuncia chilena y el intenso debut de Raúl Arévalo

Querido Teo:

Venecia quema sus mejores cartuchos en los primeros latidos del Festival antes de que Toronto le contraprograme y buena parte de sus acreditados migren hacía allá. El plato fuerte de la tercera jornada no ha sido otro que “Animales nocturnos”, el segundo trabajo de Tom Ford como director tras su estética “Un hombre soltero”. Un thriller intenso entre realidad y ficción con juegos meta y con una valorable tensión y apartado actoral.

“Animales nocturnos” es una cinta en la que una galerista de arte recibe el manuscrito de la última obra de su ex marido, un ejercicio que supondrá para ella una introspección que le haga comprender las ataduras del pasado que le coartan mientras van confluyendo esa sensación con la trama de la propia novela. Una compleja y caleidoscópica historia que va desde el presente al pasado derivando en una ficción más auténtica de lo que parece. Se alaba el oficio de Ford pero también se le crítica cierta confusión entre esas líneas temporales y que se queda en la superficie de la complejidad psicológica de sus personajes. Una cinta más desenfadada y desenfrenada que la contención sobria de su anterior trabajo en la que se alaba la fotografía de Seamus McGarvey (de inhóspita ruralidad a la alienación urbana), la música de Abel Korzeniowski pretendidamente compleja y alambicada, como lo es la propia película, que juega también a la confusión de algo que toca la estridencia formal sin patinar. Eso sí, de la película destacan sobre todo sus actores (Amy Adams y Jake Gyllenhaal) y, especialmente, los secundarios alabándose los trabajos del abogado al que da vida Michael Shannon, el líder criminal de Aaron Taylor-Johnson y la egoísta madre de la protagonista a la que da vida Laura Linney.

“El cristo ciego” es un trabajo de Christopher Murray que se mueve entre el documental y la ficción sirviendo para, a través de la experiencia de un joven mesiánico que está convencido de haber tenido una revelación que le permite sanar a los demás, descubrir su alrededor. Eso le hará emprender un camino que le adentrará en la realidad del Chile más empobrecido y crudo en la árida realidad del desierto del país. Una crítica en forma de denuncia social que ha convencido por su habilidad en el mensaje.

En la sección Orizzonti se ha visto “Tarde para la ira” de Raúl Arévalo, una intensa ópera prima entre la venganza y las cadenas del pasado que supone un estimulante thriller que el director ha logrado sacar tras casi una década de empeño contando con un gran trío actoral conformado por Antonio de la Torre, Luis Callejo y Manolo Solo.

Nacho Gonzalo