Conexión Oscar: Los 30 mejores actores protagonistas ganadores del Oscar (Del 11 al 20)
Querido Teo:
Continuamos el repaso a los mejores actores ganadores del Oscar protagonista, siempre bajo la subjetividad del que esto escribe esperando ser enriquecida por los comentarios y los particulares rankings que cada uno de nuestros lectores establezca. Seguimos con los puestos del 11 al 20…
20º Ernest Borgnine por “Marty” (1956)
Ernest Borgnine fue secundario de lujo en westerns, películas de aventuras e incluso alguna serie B y estaba claro que esa no era la mejor senda para alzarse con el Oscar. Y es que su lanzadera como una de las presencias más queridas e imborrables del cine usamericano fue gracias a “Marty”, atípica ganadora del Oscar al contar la historia de un tipo normal en clave de amarga y entretenida comedia sobre un carnicero solterón que sigue influenciado por su madre a pesar de sus intentos de sentar la cabeza con una buena chica. Delbert Mann encontró en Borgnine lo que Jack Lemmon era para Billy Wilder, el aparente hombre normal con el que era imposible no sentir una mezcla de empatía, ternura y lástima.
La cinta fue todo un éxito consiguiendo 4 Oscar tan importantes como los de película, director, actor y guión original en una edición en la que, a decir verdad, se aprovechó de que no había ningún otro título para la Historia con “La colina del adiós”, “Escala en Hawai”, “Picnic” y “La rosa tatuada”. La cinta también recibió la Palma de Oro del Festival de Cannes y Borgnine tuvo que enfrentarse a James Cagney (“Quiéreme o déjame”), James Dean (“Al este del Edén”), Frank Sinatra (“El hombre del brazo de oro”) y Spencer Tracy (“Conspiración de silencio”).
19º John Wayne por “Valor de ley” (1970)
Pocos actores han logrado ser nominados al Oscar por un mismo personaje y eso es lo que une a John Wayne y a Jeff Bridges. El primero fue ganador, en uno de esos trabajos que son representativos de toda una carrera en el cine, y el segundo se quedó a las puertas solamente por el hecho de que ya lo había ganado el año anterior por “Corazón rebelde”. Seguramente las arrugas, la voz aguardentosa y un parche son suficientes para que un actor con solera pueda sacar petróleo del borrachín, pero noble y justiciero, Rooster Cogburn que asiste a una joven decidida que busca venganza.
Fue la tercera nominación de John Wayne tras las de “Arenas sangrientas” en 1950 y una como productor en 1961 por “El Álamo”. Con el Oscar por “Valor de ley” se premiaba al icono más que al actor, más cuando se reía de sí mismo y de los clichés del género alejado de toda heroicidad y afectado por el sobrepeso, los años y la poca agilidad respecto sus años de deportista y ser el gran héroe usamericano de la década de los 50 y 60. Aunque pocas veces se reconozca el trabajo de los actores especializados en el western, no se puede negar que se obtuvo este Oscar con merecimiento más allá del nombre (que también ayuda, por supuesto) haciendo que se ganara por méritos y no sólo tuviera sabor a Oscar honorífico (que también). Sus rivales dos clásicos de la época como Richard Burton por “Ana de los mil días” y Peter O´Toole por “Adiós, Mr. Chips” y jóvenes actores que irrumpían y que harían suya la década de los 70 que se abría como Dustin Hoffman y Jon Voight por “Cowboy de medianoche”. Con las tácticas actuales no se permitiría que ambos actores hubieran competido en la misma categoría ya que, entre otras cosas, la presumible división de votos también benefició al bueno de John Wayne.
18º Paul Scofield por "Un hombre para la eternidad" (1967)
Quizás no con el nombre de otros coetáneos suyos pero siempre merece revisitarse el trabajo de este actor puramente teatral que demostró ese talento en cine con presencia, dicción e inteligencia actoral. Rechazó el título de Sir en tres ocasiones y fue postulado al Oscar en dos, una por “Un hombre para la eternidad” y otra por “Quiz Show (El dilema)” en 1995 en la categoría de mejor actor de reparto. Pudo volver a repetir con “El crisol” por la que fue candidato tanto al Globo de Oro como al Bafta en 1997.
En la cinta de Fred Zinnemann interpreta a Sir Thomas More, un hombre ilustrado, fiel a sus principios y con unas creencias religiosas muy firmes, que de todas maneras terminará enfrentado con el rey Enrique VIII a pesar de años de fidelidad a su lado. La lucha de la conciencia moral frente al deber de obediencia bañado de sometimiento al poder absolutista y casi mesiánico. Hay veces que por ser británico ya tienes medio trabajo hecho en este tipo de papeles, ante la gran importancia de la cultura teatral desde la cuna en el Reino Unido. Sus rivales eran Richard Burton por “¿Quién teme a Virginia Woolf?” (que no pudo acompañar a Elizabeth Taylor en el listado de ganadores), Steve McQueen por “El Yang-Tsé en llamas”, Michael Caine por “Alfie” y Alan Arkin por “¡Qué vienen los rusos!”.
17º George C. Scott por “Patton” (1971)
A pesar de que el actor rechazó tanto la nominación como el premio, por negarse a competir con otros compañeros, acrecentando su fama de tío raro con una decisión que siempre da algo de risa entre el esnobismo provocador y la falsa humildad, nosotros lo incluimos en la lista y no lo rechazamos por ello. Y es que George C. Scott, uno de los mejores actores de reparto del siglo XX en el cine usamericano, bordó su papel del general que con sus tropas inicia la conquista de Europa tras derrotar al general Rommer en el norte de África. Además de por este trabajo fue candidato por “Anatomía de un asesinato” en 1960, “El buscavidas” en 1962, ambas en la categoría de actor de reparto, y “Anatomía de un hospital” en 1972.
Activo hasta el final su rudo rostro le permitió acceder a papeles que iban más allá de meros tíos duros y malcarados, sino que en ellos contruía una gran hondura psicológica. Melvyn Douglas por “Nunca canté para mi padre”, James Earl Jones por “La gran esperanza blanca”, Jack Nicholson por “Mi vida es mi vida” y Ryan O´Neal por “Love Story” se quedaron a las puertas del premio.
16º James Cagney por “Yankee dandy” (1943)
El mafioso con alma de bailarín demostró su gran versatilidad en una carrera en la que empuñó un arma, bailó claqué, visitó la cima del mundo en llamas y era la representación del capitalismo en la era del Berlín separado por el muro. Todo acompañado de una sonrisa socarrona y una mirada más inteligente y sagaz que malévola. La cinta no es gran cosa pero “Yankee dandy” es heredera de esos años en el que el cine usamericano entre bailes, canciones y romances tocaba también la propagada bélica de manera sutil pero efectiva. Cagney borda el papel del bailarín de vodevil creador del himno del país en esta cinta de Michael Curtiz.
Cagney fue candidato por “Ángeles con caras sucias” en 1939 y “Quiéreme o déjame” en 1956, siempre como actor protagonista, aunque algunos echáramos de menos su nominación por su enérgico trabajo en “Uno, dos, tres…” de Billy Wilder, obra maestra de la comedia con ritmo e inteligencia en la réplica. A ritmo de claqué el actor se impuso en su categoría a Ronald Colman (“Niebla en el pasado”), Gary Cooper (“El orgullo de los yanquis”), Walter Pidgeon (“La señora Miniver”) y Monty Woolley (“The pied piper”).
15º William Hurt por “El beso de la mujer araña” (1986)
Hace unos días despedíamos a Héctor Babenco, el realizador de esta cinta que servía para denunciar los totalitarismos y la coartación de la libertad en una sociedad corrompida y absolutista en la que sólo mandan los abusos y el régimen de represión imperante. Todo a través de los diálogos de un homosexual acusado de intimar con un menor y de un revolucionario escarmentado por los duros golpes recibidos en un cruento interrogatorio. William Hurt eleva una adaptación con poco fuste pero que brilla por el duelo del actor con Raul Julia en esa prisión en la que Hurt se erige como un fabulador que nos acaba transportando más allá de esos barrotes.
Fue la primera nominación al Oscar para un actor que repetiría en los 80 (su década) con “Hijos de un Dios menor” en 1987 y “Al filo de la noticia” en 1988, encadenando tres nominaciones consecutivas como protagonista. Tendría que esperar a 2006 cuando le llegó una nominación inesperada como actor de reparto por su única pero impactante secuencia en “Una historia de violencia” en 2006. Hurt se impuso a Harrison Ford (“Único testigo”), James Garner (“El romance de Murphy”), Jack Nicholson (“El honor de los Prizzi”) y Jon Voight (“El tren del infierno”).
14º Ben Kingsley (Gandhi)
Uno de esos trabajos que condicionan una carrera. Ben Kingsley ya se parecía a Gandhi desde la cuna y desde que se llevó el Oscar cada año que pasa más. Se premió al actor y al icono en un año de gran injusticia (luego reconocida unánimemente) que implicó el arrase del tostonazo de la cinta de Richard Attenborough frente a la mítica “E.T., el extraterrestre”. El gran reto de la película era dar con el actor adecuado, y desde luego en eso no se falló, contando con un actor de nula experiencia cinematográfica que sólo venía de algunas producciones televisivas en el Reino Unido.
Teniendo en cuenta que Kingsley era el mascarón de proa de una película que terminaría alzándose con 8 Oscar, y con el personaje del que estamos hablando, el premio estaba cantado poniendo de moda algo que en los 80 y 90 se llevaría mucho como son los biopics de inicio, nudo y desenlace; casi todos con la misma estructura y altibajos y pidiendo un esfuerzo importante al espectador llegando en este caso a superar las tres horas. Kingsley volvería a ser candidato por “Bugsy” en 1992, “Sexy beast” en 2002 y “Casa de arena y niebla” en 2004 y, aunque podía haberse llevado el segundo en algunas de estas ocasiones, cuando los académicos ven su calva resplandeciente sólo piensan en Mahatma. Y ojo a la competencia que tenía con Dustin Hoffman (“Tootsie”), Jack Lemmon (“Desaparecido”), Paul Newman (“Veredicto final”) y Peter O´Toole (“Mi año favorito”).
13º Peter Finch por “Network, un mundo implacable” (1977)
Peter Finch fue el primer Oscar actoral en recibirse de manera póstuma. La campaña a su favor fue muy intensa y eso terminó pasándole factura falleciendo de un infarto en el periodo entre en el que se conocieron las nominaciones y se entregaron los premios. Finch había sido candidato cinco años antes por “Domingo, maldito domingo” pero “Network, un mundo implacable” fue su gran oportunidad, precisamente en unos años de transición a todos los niveles en la sociedad USA, marcada por Vietnam y por la ruptura por todo lo antiguo ante la incertidumbre que se presentaba para las nuevas generaciones en los años más cuestionados del "american way of life".
Finch da vida a ese presentador de televisión que, al recibir la noticia de que es despedido porque se considera que ya no interesa a la audiencia, pone en jaque y en dilema moral tanto a la cadena como a unos espectadores tendentes al aborregamiento. El morbo y la indignación social en uno de los mejores trabajos de Sidney Lumet que coincidía en el tiempo y en las candidaturas con otras cintas muy deudoras de su tiempo y de esa citada transición representadas en la épica humana de “Rocky”, la lucha por la verdad y el desencanto respecto a los que nos gobiernan de “Todos los hombres del presidente”, o la terrible rutina que nos acaba condenando a la perdición en forma de hombre solitario e inadaptado en “Taxi driver”. El mayor rival de Finch fue el Robert De Niro de esta última pero también fueron nominados William Holden por “Network, un mundo implacable”, Sylvester Stallone por “Rocky” y Giancarlo Giannini por “Siete bellezas”.
12º Philip Seymour Hoffman por “Capote” (2006)
Uno de esos actores que no son hasta que llega una determinada interpretación cuando la Academia les abre las puertas y les convierte en uno de sus fijos. Todo fue gracias al “Capote” de Philip Seymour Hoffman que caló en gestos y en la voz aflautada característica del escritor de "A sangre fría". Uno de sus primeros trabajos en el cine fue “Esencia de mujer” en 1992 consolidándose a finales de esa década como uno de los actores de reparto más destacados del cine usamericano, sobre todo dentro del ámbito de las películas independientes. Por eso le vimos en películas como “Boogie nights”, “El gran Lebowski”, “Happiness”, “Flawless”, “Patch Adams”, “Magnolia” y “El talento de Mr Ripley”. Fue en 2006 cuando el orondo rubio y desaliñado, que soñaba con ser piloto y jugador de béisbol, logró saltar al primer lugar en los títulos de crédito de una película, sin contar con su participación de villano en la tercera parte de “Misión imposible”. Arrasó con merecimiento frente a todos sus rivales e incluso a los que se atrevieron a interpretar al mismo personaje el mismo año (¡pobre Toby Jones!).
Una pena que se truncara una carrera que nos habría dado grandes momentos y que seguramente hubiera catapultado a Seymour Hoffman como uno de los actores con más nominaciones a la estatuilla. La primera no llegó hasta 2006 (como decimos con victoria) pero luego llegarían tres candidaturas en actor de reparto por “La guerra de Charlie Wilson” en 2008, “La duda” en 2009 y “The master” en 2013. Seymour Hoffman hubiera merecido irse de este mundo con el segundo venciendo en su momento en un quinteto de lujo con Heath Ledger (“Brokeback Mountain”), David Strathairn (“Buenas noches y buena suerte”), Joaquin Phoenix (“En la cuerda floja”) y Terrence Howard (“Hustle & flow”).
11º Daniel Day-Lewis por "Mi pie izquierdo" (1990)
Está claro que el único nombre ganador de 3 Oscar como actor protagonista tenía que estar en este listado pero finalmente será por el que fue su primer Oscar frente al histrionismo de “Pozos de ambición” y el mimetismo (aunque no logre desempolvar de sopor a la película) del “Lincoln” de Spielberg. Una modesta producción irlandesa de Jim Sheridan en la que se adentraba en el arduo proceso de superación personal y artística del pintor irlandés Christy Brown aquejado de parálisis cerebral y siempre animado por su abnegada madre. Fue la primera demostración de que Daniel Day-Lewis prepara sus papeles como nadie, con una dedicación casi enfermiza, pero elevando a perfección el arte interpretativo. Una pena que actuaciones como ésta sólo sirvieran para abrir la veda de muchos actores que cogieron estos atajos a la hora de elegir papeles que les sirvieran en bandeja el Oscar. Ahora un personaje de este tipo no es garantía de éxito, como bien podría decir el John Hawkes de “Las sesiones”.
Aunque Daniel Day-Lewis es selectivo, y se volvió a quedar muy cerca del Oscar por “En el nombre del padre” y “Gangs of New York”, tuvo el patinazo de “Nine” y ahora podría volver a ser Paul Thomas Anderson el que le saque nuevamente de la cueva para sacar la bestia parda que lleva dentro intentando aumentar su leyenda y, quién sabe, si con el tiempo igualar a Katharine Hepburn en la categoría femenina. Day-Lewis ya había sido visto en los 80 en una breve intervención en “Gandhi” y con papeles lucidos en “Mi hermosa lavandería”, “Una habitación con vistas” y “La insoportable levedad del ser” que le sirvieron para comenzar a generar ruido a su favor ganándole el Oscar a interpretaciones tan rutilantes y recordadas como las de Tom Cruise (“Nacido el 4 de Julio”), Morgan Freeman (“Paseando a Miss Daisy”), Robin Williams (“El club de los poetas muertos”) y Kenneth Branagh (“Enrique V”).
Nacho Gonzalo
Exelente!!!
Daniel Day-Lewis es considerado el mejor actor del mundo, su trabajo es mas que increíble y perfecto en todo sentido en “Mi pie izquierdo” y si no gano por en El nombre del padre y Pandilla de New York fue por un miaja porque podíamos estar hablando de cuatro a cinco Oscar para el británico, y no hay que negar que cualquier actor nominado a Oscar echa a temblar si junto a el lo acompaña el gran Daniel Day Lewis.
Y aunque nacho a escogido Mi pie izquierdo como representación de Lewis, esperaba verlo en de 10 a 1 con su interpretación en Pozos de ambición.
Puedo pensar que actores como Tom Hank en Philadelphia, Sean Penn en Rio Mistico, Anthony Hopkins en el silencio de los cordero, Robert De Niro
en toro salvaje, F. Murray Abraham por Amadeus, Marlon Brando por el Padrino, Roberto Benigni por la vida es bella podrían estar en ese selecto grupo de diez.
Estará Eddie Redmayne por La teoría del todo?
Roberto Benigni se me ha hecho de los peores ganadores del Oscar a Mejor Actor.
Concuerdo en considerar a Tom Hanks, Sean Penn, Anthony Hopkins, Robert DeNiro, Marlon Brando (pero por On Waterfront), agregaría a los legendarios Al Pacino, Jack Nicholson (evidentemente por One Flew Over The Cuckoo's Nest), Kevin Spacey, Gregory Peck y Gene Hackman.