"El golpe"
Un periodista norteamericano abandonó el oficio para crear un personaje muy cinematográfico que no ha llegado al cine. Consiguió desde el primer momento el número de lectores suficientes para sostenerse, y luego convertirse en el autor que miles de lectores esperan que cumpla con la continuación de su historia. Sus seguidores abundan sobre todo en Estados Unidos y Alemania.
Título: "El golpe"
Autor: Daniel Silva
Editorial: La esfera de los libros
Gabriel Allon es un espía del MOSSAD, pero además es un artista, uno de los restauradores capaz de devolver el esplendor a un fresco veneciano y ejecutar a un enemigo sin dudarlo. Silva viene construyendo su vida desde hace más de una década y una docena de libros. Combina con talento la acción del espionaje más sofisticado con los temas de actualidad, y el trasfondo de las víctimas del Holocausto nazi predomina a lo largo de la obra. En ésta, su última entrega, se sumerge en el mundo de las falsificaciones artísticas.
Silva realiza un trabajo de investigación que aporta verosimilitud a unas tramas atractivas, combinando al espía-restaurador con las historias de otros personajes que llegan a tener un protagonismo importante y sostenido a lo largo de toda la serie. Los saqueos de obras de arte cometidos por los nazis y la colaboración de los bancos suizos sirvieron de telón de fondo en "La marca del asesino". El papel de la Iglesia católica en el Holocausto y el silencio del Papa Pío XII inspiró "El confesor". Haciendo siempre una interpretación libre de hechos reales, "El golpe" nos conduce ahora al robo de grandes y pequeñas obras de arte, al mundo de las falsificaciones que cuelgan como originales en paredes de museos y coleccionistas.
Daniel Silva nos recuerda que, todos los años, miles de pinturas y otros objetos artísticos desaparecen de museos, galerías, instituciones públicas y domicilios particulares. Se estima que su valor ronda los 6.000 millones de dólares, lo que convierte el delito artístico en la cuarta actividad ilícita más lucrativa del mundo, por detrás del tráfico de drogas, el blanqueo de dinero y la venta ilegal de armas. El autor elige para su trama un Caravaggio que permanece desde hace años en la mayor base de datos privada sobre obras de arte robadas, desaparecidas y saqueadas.
Gabriel Allon es menos espectacular que sus homónimos 00 del servicio de inteligencia británico, lo define su capacidad para pasar desapercibido a base de apariencia vulgar, pero no tiene menos habilidad usando un arma, atravesando fronteras, o aliándose con criminales "honorables" ya sea en Córcega, París o Estados Unidos. Su lealtad a la idea de Israel no es inferior a la de Bond por Gran Bretaña, y sus aventuras corroboran la eficacia, casi mítica, que disfruta el MOSSAD.
Son historias atractivas, con personajes de psicología compleja, acción bien diseminada y con suficiente capacidad de enganche para ser disfrutadas por el público amplio al que aspiran.
Carlos López-Tapia