In Memoriam: José Sazatornil "Saza", el último gran exponente de la generación dorada de cómicos
Querido Teo:
Ha muerto el que hasta ahora era el último representante vivo de la generación de oro de los actores clásicos del cine español. Secundario incansable de figura inconfundible, ha fallecido a los 89 años por causas naturales tras dejar un sinfín de títulos característicos de nuestro cine que van desde buena parte de la filmografía de Berlanga (especialmente “El verdugo”, la trilogía de “La escopeta nacional” o “Todos a la cárcel”) hasta títulos como “Amanece que no es poco” de José Luis Cuerda donde era ese guardia civil que no quería enmendar a los de la capital a la hora de condenar un crimen o no y que sentía devoción por Faulkner.
Otras películas destacadas son "Cinco tenedores" de Fernando Fernán Gomez, “La colmena” de Mario Camus”, "El año de las luces" de Fernando Trueba o “Espérame en el cielo” de Antonio Mercero, con la que ganó en 1989 el Goya a mejor actor de reparto, uno de los pocos de su dorada generación que pudo probar las mieles de unos premios que nacieron demasiado tarde a la hora de premiar a nuestra industria. Luego llegarían títulos más espaciados como "Una pareja perfecta" (1997) y muchos premios honoríficos como el de los Fotogramas de Plata en 2009, los CEC en 2013 y la Unión de Actores en 2014. Sus últimos trabajos fueron como el conserje de “Hotel Danubio” en 2003 y en “Vete de mí” en 2006 donde junto a Juan Diego protagonizaba una escena homenaje al oficio de actor digna de “Candilejas”.
Los pasos de este barcelonés, perfectamente retratado por ese fabricante de porteros electrónicos de “La escopeta nacional”, nacieron en el teatro debutando en 1946 (en el cine lo hizo en 1953 con “Fantasía española”) y constituyendo su propia compañía 11 años después. Fue Don Mendo uno de sus papeles más logrados como quedó plasmado en el telefilm de 1988 tocando las mieles de un teatro musical del que fue parte. Y es que con su característica figura y su voz profunda hizo de todo y siempre bien y, aunque su popularidad se deba a un par de trabajos, su presencia es un buen ejemplo de la concepción de cómico en palabras mayúsculas con la que se ha reconocido a un buen puñado de genios de las tablas, el cine y la televisión que, desafortunadamente, ahora sólo son legado y buen recuerdo.
Nacho Gonzalo
Sin duda uno de los grandes. Pocos, aligual que Alfredo Landa, como el representaban mejor la picaresca nacional española y el sufrido currito que intenta salir airoso en un pais nada amigagle con los "no bien relacionados".
Igual es una burrada, pero ya hay muchas (¿demasiadas?) categorías en los Goya.
Y muchos buenísimos interpretes, directores, guionistas y demás no lis han recibido no por falta de merecimiento, sino por los añosenque su carrera se ha desarrollado.
¿Y un Goya post-mortem a los méritos de una vida dedicada al cine?