Cine en serie: "Mad Men", el fin está cerca

Querido Teo:

Faltan pocos días para que empiece la emisión de los últimos capítulos de “Mad Men”, siete episodios en los que por fin veremos cómo termina la historia de Don Draper y la agencia de publicidad a la que ha dedicado estos últimos años. ¿Será capaz de cumplir con las expectativas de sus seguidores, o tenemos entre manos otro “Cómo conocí a vuestra madre” en potencia?

Parece que fue ayer cuando empezó esta saga, y con este son ya ocho años recorriendo los años sesenta y ahora los setenta, con un estilo de narración muy particular y una estética que ha influenciado a otras series recientes. Convertida en un fenómeno cultural, “Mad Men” nos ha recordado lo bueno y lo malo de esas décadas pasadas, y ha servido para reavivar el diálogo acerca de temas como el alcoholismo, la igualdad de las mujeres en el trabajo y el machismo.

Cuando “Mad Men” empezó a emitirse, no faltaban los que la llamaban “la serie en la que nunca pasa nada” por su ritmo deliberadamente lento y su manera de reservar la gran sorpresa para el final de cada temporada, momento en el que todas las tramas terminaban encajando y veíamos la evolución de los distintos personajes. En estos años hemos visto el ascenso y caída de Don, cómo Peggy ha ido progresando en un negocio dominado por hombres, e incluso hemos perdido a alguno de sus protagonistas por el camino.

Ahora llega el momento de la verdad, en el que veremos si Don es capaz de escapar de una vez por todas a los fantasmas de su pasado, o si se terminará cumpliendo la profecía que nos ofrecen sus títulos de crédito y le veremos caer al vacío, ya sea figurada o literalmente. Está por ver también el futuro que le espera a las mujeres de su vida. Su ex mujer, Betty, parece haber superado su fase de mujer florero y ahora le llega el momento de demostrarlo, mientras que su hija Sally tiene una última oportunidad para demostrarnos que puede ser algo más que una adolescente malcriada con ganas de rebelarse.

Sí, he dejado de lado a la pobre Megan, que como relación de rebote lo cierto es que no tiene mucho futuro. Personalmente nunca ha sido uno de mis personajes favoritos, y me da que no le espera un final feliz. Me siento algo más optimista en lo que se refiere a Peggy y Joan, aunque sólo sea porque en caso de que la empresa termine yéndose a pique, cosa que es bastante probable, serán capaz de buscarse la vida en cualquier lado.

Volviendo al futuro de la empresa, si tuviera que apostar diría que en estos últimos episodios no vamos a ver una entrada triunfal en la época moderna, sino más bien su cierre definitivo. En el fondo, Sterling Cooper Draper Pryce ha sido durante este tiempo una metáfora de la cultura de todo un país, que se ha ido adaptando a los tiempos modernos como ha podido, pero siempre con un poso un tanto anticuado, el que le proporcionaban sus propios directivos. Empezando por Don, y especialmente su compañero Roger Sterling, estos hombres están algo más que chapados a la antigua (no en vano el cocktail favorito de Don es el Old Fashioned), y es algo que se filtra al resto de la compañía.

En cualquier caso, tengo unas expectativas moderadamente altas para estos episodios finales, y la verdad es que es encomiable el que sus creadores hayan sido fieles a su plan original en lugar de seguir alargando la serie sin aportar nada nuevo. Y como la ocasión lo merece, la semana que viene seguiremos hablando de “Mad Men” y de su influencia en otras series y ámbitos culturales.

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Atentamente.
Profesor Falken