En el rodaje de “Techo y comida”, un drama social y real que conmueve por dentro
Querido Teo:
El cine, esa ventana que nos permite viajar a otros lugares a través de diferentes historias. Un arte que es capaz de tocar la fibra del corazón más frío en muchísimas ocasiones. Un sentimiento único, visible y capaz de ilusionar a un simple niño de tan solo 8 años que se toma una película como una aventura.
Los ojos de Rocío (Natalia de Molina) y Adrián (Jaime López) reflejan desde hace varias semanas un sentimiento duro pero de esfuerzo por salir hacia delante. Una situación que, desgraciadamente, está a la orden del día como es el drama en el que viven muchísimas familias desahuciadas y sin recursos. Este viaje cinematográfico está capitaneado por el jerezano Juan Miguel del Castillo, director de la película “Techo y comida” y que, además de ser su ópera prima, nos cuenta una historia humana y cercana que tocará el corazón de todos los espectadores.
Con más de dos semanas de rodaje, el trabajo está siendo duro aunque cargado de ilusión por el más del centenar de personas que componen la producción de la película. Diversa Audiovisuales es la productora encargada de respaldar el trabajo de Juan Miguel del Castillo y que, en palabras de Germán García, productor del film, destaca que “el guión fue un verdadero flechazo. Es una historia que cuando la leí le dije a Juan Miguel que esta historia había que contarla”.
“Techo y comida” es un drama social, “incómodo y difícil de ver pero es la historia que hay que contar” señala su director. La idea del guión parte de una historia real, basada en la vida de una antigua vecina de Juan Miguel del Castillo y que se ha ido gestando desde hace dos años. La mayor parte de la acción de la cinta transcurre en la Barriada de la Granja, en Jerez de la Frontera, donde Natalia de Molina interpreta a Rocío, una joven en paro y sin recursos que debe varias mensualidades pero que lucha día a día por sacar hacia delante a su hijo.
Otras de las localizaciones del rodaje son la Calle Nueva, donde tiene lugar una escena ambientada en la Semana Santa de Jerez y otros lugares del centro de la ciudad como el Gallo Azul.
El rodaje, con más de 10 horas diarias de trabajo, concluirá el próximo día 5 de Diciembre. Un esfuerzo diario que está respaldado no sólo por el trabajo del director y sus actores. Luces, cables, cámara, focos, vestuario, todo esta mecanizado por los responsables de cada una de sus parcelas.
El trabajo con la luz está siendo uno de los grandes logros del film. Manuel Montero “Monty”, director de fotografía, comenta que “la fotografía de esta película pasa justamente por ser discreta y real. El director no quería grandes efectos luminosos y apostaba por una luz realidad sin grandes artificios. Eso a veces es más complicado de lo que parece ya que hay que simular situaciones de luz natural en interiores. Tenemos la ayuda de nuestra aliada Sony F55 que dispone de un ISO nativo de 1250 que aumenta la sensibilidad a la luz. También hay que destacar que el trabajo se está rodando en 4K y en RAW lo que permite un mayor rango”. En el mismo sentido técnico, “Monty” señala sobre el uso de la cámara: “Son muchas conversaciones y puestas en común con Rodrigo Rezende, con el comparto el cargo de dirección de fotografía. Para mí está siendo una gran responsabilidad el trabajo pero también una gran oportunidad de poder crear para la pantalla grande".
Otro de los aspectos más llamativos del rodaje es el streaming en directo que graba Salvador Monje diariamente y que se puede seguir a través de internet en directo. En este sentido, la producción de la película ha sido una pionera en este aspecto ya que cualquier persona puede conectarse y ver a través de web oficial el día a día del rodaje del film.
La elección para el papel de Adrián fue complicada en palabras de Juan Miguel del Castillo. “La elección de Jaime López fue especial desde el primer momento. Hicimos un casting en la Casa de la Juventud y se presentaron 160 niños. Al final solo quedaron unos finalistas. Cuando hicimos la prueba de interpretación me dí cuenta porque lo borda. Destacó sobre el resto”.
Los ojos de Natalia de Molina y el entusiasmo a la hora de hablar con ella reflejan el buen trabajo que se está haciendo. Ganadora del Goya a actriz revelación por su interpretación en “Vivir es fácil con los ojos cerrados” de David Trueba, Natalia saca su lado más desgarrador en este drama que supone un verdadero reto para ella. “La historia está basada en un hecho real que desafortunadamente están viviendo muchas familias actualmente. Mi papel refleja la fuerza de una mujer por sacar hacia delante a su hijo. Tengo la suerte de interpretar a Rocío y poder darle voz a esta causa”.
Aunque en la vida real Natalia tenga muy poco que ver con Rocío, la fuerza que transmite, su mirada y la pasión de los sentimientos que aporta a su personaje van a dar mucho que hablar en el futuro. Constante, trabajadora y capaz de tocar el alma con labor, Natalia de Molina comenta que “si me viera en la misma situación que Rocío sacaría la fuerza de donde pudiera. Me gustaba la idea de hacer este personaje porque como actriz esto es un reto. Es muy diferente a lo que hecho antes y defenderlo para que la gente el día de mañana cuando vea la película se sientan cerca de esta mujer además de emocionarse con esta historia”. En este mismo sentido, Juan Miguel del Castillo, destaca sobre Natalia de Molina que “estamos encantados con Natalia. Tener a una actriz de su categoría es un pelotazo. Nos lo demuestra día a día. Trabajo no le va a faltar ni antes ni después de hacer esta película ni después”.
Junto a Natalia de Molina estarán también las actrices Mariana Cordero, Mercedes Hoyos, María Duarte o Montse Torrent, además de la intervención de Gaspar Campuzano, cofundador del grupo de Teatro La Zaranda.
“Techo y comida” es esa película que conmoverá, que reflejará la desgraciada situación que atraviesan muchísimas familias además de concienciar al espectador aún más de la desvergüenza de los que gestionan la política en este país. Un film duro y humano que, una vez terminado y montado, espera llegar al Festival de Málaga para que los espectadores y especialistas del séptimo arte en cada una de sus ramas puedan ver el resultado.
Borja García Tejero