Conexión Oscar 2015: Película de animación
Querido Teo:
Comenzamos el repaso a las categorías de los Oscar 2015 con el apartado de mejor película de animación, el cual se está acostumbrando a constar de 5 nominadas (la última vez que fueron tres fue en 2011 tras un periodo que arrancó en 2002 con la instauración de la categoría y en el que ese era el número salvo los años de 2003 y 2010). El que sean cinco nominadas ha permitido siempre mostrar películas muy heterogéneas ya que estamos, precisamente, en el apartado que ha tenido una vocación más global no renunciando a destacar a apuestas artesanales venidas de Europa o Asia por delante de los grandes proyectos de Estudio. Pixar ha reinado en este apartado habitualmente con 7 victorias, pero también se ha llevado algún pescozón importante, así que en un año en el que no tienen trabajo en liza es muy interesante ver qué ocurre finalmente, aunque la extraña omisión de la favorita “La Lego película” (exitazo taquillero y crítico ya hace casi un año) parece poner en bandeja el premio a la que sería la segunda secuela en ganar en esta categoría tras “Toy Story 3” en 2011, precisamente la película que derrotó a la cinta que nos ocupa en su primera entrega.
Las candidatas
Marvel sigue ampliando su imperio y este trabajo es la unión de la marca con Disney en una cinta de estética y referencias ochenteras que se acerca más a “¡Rompe Ralph!” que a la última ganadora del Oscar, la más clasicista y mitómana “Frozen, el reino del hielo”. La cinta de Don Hall y Chris Williams (nombres detrás de películas como “El emperador y sus locuras” y “Bolt”) no ha funcionado mal en taquilla (218 millones de dólares en 14 semanas de exhibición) pero no ha sido ni mucho menos un pelotazo, repitiendo un poco ser el ligero fracaso que esta historia ya fue para la industria del cómic.
Eso sí, la cinta es entretenida, amable, con valores como la amistad por bandera y presenta a un personaje ya icónico como es el achuchable Baymax, además de un exquisito cuidado en el diseño de producción para mostrar esa ciudad mezcla de San Francisco y Tokio. El problema es que la cinta no termina de explotar, se ve bien, pero muy difícilmente se recordará entre el mejor cine animado de los últimos 20 años. Con el reciente triunfo de Disney, el primero en esta categoría, este año le toca a otro.
Tres películas ha presentado Laika Studios y las tres han conseguido la nominación. “Los mundos de Coraline” y “El alucinante mundo de Norman” han supuesto la defensa de un estilo siempre trabajado por Henry Selick que, precisamente, fue el director de la primera película de la compañía. Animación artesanal, esforzada y cuidada a través de muñecos de plastilina en el que cada movimiento exige horas y horas de trabajo. Una labor titánica y nos tenemos que poco rentable más allá del prestigio que dan las sucesivas candidaturas al Oscar. Laika apuesta por el público familiar pero desde una perspectiva más oscura y tenebrosa, algo que no se abandona en esta ocasión teniendo en cuenta como la cinta está protagonizada por unas criaturas nocturnas que salen de las alcantarillas de la sociedad postvictoriana, adictas al queso y (en apariencia) al secuestro de niños.
Sólo ha conseguido 50 millones de dólares en USA en 19 semanas de exhibición, siendo además la película que menos críticas entusiastas ha conseguido de entre todas las candidatas y también de la breve Historia de Laika. El concepto es bueno, y la idea de ambientar una historia de este tipo en el Londres brumoso entre criminales y prostitutas también, así como la quijotesca empresa de la stop motion, nunca lo suficientemente valorada a nivel de premios, pero sin duda es un título menor que se aprovecha de que no haya habido este año títulos realmente potentes para amenazar más su candidatura.
En 2011 “Cómo entrenar a tu dragón” se plantaba en la ceremonia de los Oscar con 2 nominaciones (película de animación y música) tras ser una de las grandes sorpresas del año para un Dreamworks que intentaba desesperadamente encontrar un semi éxito que le acercara al pelotazo de “Shrek” y que redujera un poco las diferencias con el imbatible Pixar. La cinta fue una gozada y la música de John Powell sigue recordándonos ese vuelo entre el joven vikingo y el simpático dragón. Por desgracia para la película, ese era el año de una obra cumbre de Pixar (“Toy Story 3”) lo que posibilitó que no se comiera un colín, viendo además como su melódica composición caía también ante los nuevos aires musicales electrónicos y asonantes que defendían los compositores de “La red social”.
El tiempo ha pasado pero, aunque ya conozcamos a los personajes y no exista el factor sorpresa, la mejor noticia es que la franquicia de Dreamworks ha mantenido el tipo en su segunda entrega perfeccionando sus puntos fuertes y avanzando en esa historia iniciática volviéndose más dramática pero igualmente fascinante, al igual que desde la infancia se pasa a la fase adulta. La taquilla también ha respondido (217 millones recaudó en USA la primera y 177 la segunda) y ya se habla de tercera entrega. El triunfo en los Annie no hace más que presagiar que Dreamworks se llevará su tercer Oscar a casa tras “Shrek” en 2002 y el que comparte con Aardman por “Wallace & Gromit: La maldición de las verduras” en 2006.
“Song of the sea” es lo nuevo de Cartoon Saloon, productora de animación irlandesa que llegó incluso a obtener una nominación al Oscar por “The secret of Kells” en 2010. Ahora vuelven a jugar con la mitología y naturaleza del país en esta historia rodada con animación tradicional de trazos sencillos llena de magia centrada en unas criaturas (los Selkies) que son una especie de focas que cobran forma humana cuando salen del agua. La historia vuelve a estar dirigida por Tomm Moore con guión de Will Collins.
En su contra tiene el factor desconocimiento frente a otros títulos, pero siempre es de aplaudir que los Oscar reconozcan este tipo de historias, de animación artesanal y plástica y con un punto reflexivo y tierno que le aleja de otras apuestas más ruidosas y tópicas. GKIDS Films se ha encargado de mover la película en USA, toda una especialista en colar a películas de este perfil entre las nominadas.
"El cuento de la princesa Kaguya"
Cuarta nominación de Ghibli en este apartado, siendo la primera vez que no es Hayao Miyazaki el que está detrás de la película. A pesar de ello el estilo y tono del fundador de la compañía nipona, ahora en fase de cierre, está más que presente de la mano de Isao Takahata, responsable de “La tumba de las luciérnagas”. La historia de estos campesinos mayores que se encuentran a una niña en una planta de bambú, y que acaba convertida en una deseada princesa que sólo quiere vivir su libertad, tiene mucho encanto y el trazo sencillo y carga filosófica que tienen habitualmente este tipo de películas, pero su principal hándicap es que, a pesar de las buenas intenciones, la cinta es demasiado irregular y reiterativa desembocando en varios semifinales que, eso sí, acaban derivando en un precioso climax que es uno de los desenlaces más sentidos y hermosos que ha dado nunca el cine animado.
Sólo la carga nostálgica que desprende esta forma de hacer cine, el que sea la última oportunidad de premiar a Ghibli, y que esta haya sido la edición en que se haya dado un honorífico a Hayao Miyazaki, son las razones para pensar que (como en el caso de “El viaje de Chihiro”) salte la sorpresa a su favor y el premio salga fuera de Estados Unidos.
El dictamen
Ganará: Cómo entrenar a tu dragón 2
Alternativa: Big Hero 6
Quiero que gane: El cuento de la princesa Kaguya
Echo de menos: La Lego película
Nacho Gonzalo