Cine en serie: “Black mirror”, inquietante especial navideño

Querido Teo:

"Black mirror" ha vuelto, y esta vez lo ha hecho en forma de episodio navideño, pero a diferencia de los especiales de otras series, éste no te va a dejar una sonrisa en la cara y te va a llenar de espíritu navideño, sino que te dejará con esa sensación incómoda a la que ya nos tiene acostumbrados, ideal para ver con la familia y traumatizar a los niños.

En esta ocasión tenemos cuatro historias que siguen el patrón que esta serie ya nos ha ofrecido anteriormente, el de un futuro no muy lejano en el que la tecnología convierte una situación cotidiana en algo mucho más oscuro. La diferencia es que, en esta ocasión, las cuatro historias están relacionadas entre sí, con una historia principal como hilo conductor y las otras tres para contarnos detalles importantes acerca de sus protagonistas.

Además de alterar un poco su estructura de historias independientes, esta entrega nos ofrece también la aparición de actores muy conocidos por los seriéfilos, me refiero a Jon Hamm (que ya empieza a moverse para cuando termine “Mad Men”), Oona Chaplin y Natalia Tena (que han sufrido destinos muy diferentes en “Juego de tronos”).

La historia principal nos presenta al personaje de John Hamm, Matt, compartiendo una especie de refugio de montaña con Potter, interpretado por Rafe Spall (“Prometheus”). No se nos explica nada acerca de por qué están ahí, ni del lugar exacto en el que está el refugio. Lo que sí nos dan a entender es que llevan mucho tiempo ahí, y que no parece que vayan a salir de ahí en mucho tiempo. Pero es Navidad, y Matt no quiere dejar pasar otro año sin cruzar dos frases seguidas con Potter, así que decide montarle una cena especial para romper el hielo de una vez.

Para estrechar lazos entre ellos, Matt decide contarle a Potter algo acerca de su vida antes de acabar en el refugio, y aquí es donde empieza nuestra primera historia, en la que la invitada especial es Natalia Tena. Resulta que Matt es uno de esos ligones profesionales que cobran por dar consejos a otros para encontrar pareja, y gracias a la tecnología encuentra una manera muy práctica para interpretar a su particular Cyrano. Su alumno aprovecha una de las múltiples fiestas de empresa que se celebran en estas fechas para colarse, allí se fija en Natalia Tena y... digamos que las cosas se tuercen un poco.

La segunda historia es también acerca de Matt, que sigue contándole a Potter cosas acerca de su vida para hacer más amena la velada. Aquí nos enteraremos de que Matt sólo se dedica al negocio del ligue por las noches, y que de día su trabajo es un poco más difícil de explicar. Imaginemos un futuro en el que podemos replicar nuestra mente y colocarla en un ordenador, de manera que seguimos teniendo consciencia pero no cuerpo. Lógicamente la primera sensación sería de pánico, al no poder interactuar con nuestro entorno pero ser capaces de darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. Pues bien, aquí entra en juego Matt, que se encarga de hablar con estas copias y facilitar que se acostumbren a su nueva realidad. ¿Lo malo? Que sus métodos son algo cuestionables y que la finalidad no parece justificarlo.

Aquí será cuando Matt consiga una reacción de Potter que echará en cara a Matt su falta de ética, aunque luego le confesará que si no se ha sentado a hablar con él en todo este tiempo es porque tiene una historia mucho más siniestra para contarle. Finalmente, Matt le convence para que la comparta con él, y aquí es donde se inicia la tercera historia. En ella Potter aún vive con su ex, por la que él siente auténtica devoción, pero pronto nos daremos cuenta que no es correspondida. La cosa no mejora cuando ella se queda embarazada, primero intentando ocultárselo a Potter y después diciéndole que no lo va a tener, a pesar de que él sí que quiere dar el paso. Por supuesto, la bronca no se hace esperar, y con ella un regalito de alta tecnología llamado “bloqueo”. Verás, en un futuro los implantes ópticos son obligatorios, y entre su lista de opciones está la de bloquear a la persona que quieras. Tú no la ves ni oyes aunque la tengas delante, y lo mismo le pasará a él o ella. Lo peor es que lo que Potter piensa que será un pronto de un día se convierte en su pareja dejándole tirado y largándose de casa. Destrozado, Potter no alcanza a comprender el motivo de esa reacción, hasta que se la vuelve a encontrar meses después, y descubre que ha decidido tener el niño. Obsesionado, se dedicará a vigilar a la madre y su hijo (a quien también tiene bloqueado) hasta que un día un accidente hace que ese bloqueo se levante, y entonces...

La cuarta historia tiene que ver con el motivo por el que ambos están ahí, encerrados y con la única compañía que se hacen el uno al otro, y el porqué de tantos años seguidos sin hablarse. Pero de esta historia no te voy a dar más detalles, es mejor ir viéndola venir poco a poco, y quedarse al final con la misma cara que nos han dejado las entregas anteriores de “Black mirror”, un poco preocupados por lo fácil que parece llegar a las situaciones que nos proponen.

En cuanto a los episodios, como ya te comenté en la anterior temporada, el factor sorpresa está bastante agotado a estas alturas, aunque se mantiene la intriga de qué es lo que saldrá horriblemente mal en cada una de las historias. Como siempre, ayuda el hecho de que algunos de estos avances tecnológicos nos parezcan asumibles a medio plazo, con lo que nos podemos acabar sumando a la creciente corriente de gente preocupada por lo que puede pasar en el futuro con ciertos avances y su impacto en la sociedad.

Este especial de “Black mirror” y sus historias entrelazadas representa un giro en la dirección adecuada para futuras entregas, una vez superada la espectacular sorpresa de su primera temporada. Ver caras muy conocidas confirma el éxito de esta serie y añade un punto de interés por verles fuera del entorno al que nos tienen acostumbrados. Las críticas coinciden en darle muy buena nota a este especial, y aquí estaremos esperando nuevos episodios de esta distopía futurista.

Vídeo

Atentamente.
Profesor Falken