Querido Teo:
Si el Jurado que preside Isabelle Huppert decide que la Palma de Oro de este año se quede en casa a nadie le extrañará. No se les podrá echar en cara nada teniendo en cuenta los calificativos de “obra maestra” que ha recibido “A prophet” de Jacques Audiard, realizador de recientes éxitos del cine galo como “Lee mis labios” o “De latir mi corazón se ha parado”, consiguiendo con esta última el reconocimiento de los César. “A prophet” es un drama carcelario que se centra en un joven que ingresa en prisión para cumplir una condena de seis años. Allí sacará una vena organizadora y carismática que desconocía y que le hará establecer tratos con las diferentes personas que pueblan la cárcel. Comparada con “Pena de muerte” de Tim Robbins, el director ha señalado que sus mayores influencias son las series que se producen actualmente en Usamérica. Se nota que el mundo de la ficción televisiva sigue ganando adeptos. Seguro que dentro de nada las producciones de HBO o FOX pueden pasar a formar parte del “manual del director” al mismo nivel que los trabajos de directores como Coppola, Scorsese o Eastwood.
Se señala la austeridad y el ritmo que impone Audiard que logra que la película pase en un suspiro a pesar de sus dos horas y media. Muy buena recepción ha tenido también la interpretación del joven Tahar Rahim que asume el papel de Malik, joven árabe apresado tras pasar a formar parte de la mafia corsa. Es el primer trabajo de este actor profesional de 19 años del que no sería extraño verlo en el palmarés gracias a un gran ejercicio de miradas, detalles y gestos. Curioso que las dos interpretaciones que más hayan gustado hasta el momento hayan sido la de dos actores no profesionales: Tahar Rahim por “A prophet” y Katie Jarvis por “Bright star”. Viva la naturalidad de la calle.
Ang Lee ha vuelto a Cannes después de 12 años. Lejano queda ese 1997 en el que el taiwanes presentó “La tormenta de hielo”, donde comenzó a diseccionar a Usamérica de una manera envidiable y meritoria teniendo en cuenta que no había pisado el suelo yanqui hasta bien pasados los 20 años.
En todo este tiempo Ang Lee se ha convertido ya en un imprescindible. Un Oscar al mejor director y
dos Leones de Oro en Venecia le avalan como un nuevo maestro. “Taking Woodstock” ha despertado demasiada división de opiniones para que Lee pueda conseguir un éxito comparable al de anteriores trabajos. Lee se ha dejado llevar por el corazón y ha dejado de lado proyectos ambiciosos para retratar casi con estética documental los orígenes del popular Festival de Woodstock, al que el realizador se enganchó por primera vez cuando lo vio a los 14 años por televisión. Tras entrar en contacto con Elliot Timber, el hombre que impulsó ese festival de música, Ang Lee se metió de lleno en el proyecto no para centrarse en el evento en si sino en como Timber creó el Festival por antonomasia de música hippie para así salvar de la crisis económica a su familia. En el extenso reparto destaca Imelda Stauton, la actriz de “Vera Drake”, que interpreta a la madre del protagonista. Ha gustado pero no ha podido evitar salir perdiendo en la comparación con otros trabajos del director.
El morbo lo han puesto
Monica Bellucci y
Sophie Marceau que han presentado la película “Ne te retourne pas” fuera de concurso. El film viene precedida por una portada que comparten las dos desnudas en el último número de Paris Match. En la película las dos encarnan a una misma escritora que observa como el mundo en el que ha basado su existencia cambia irremediablemente. Las dos están encantadas de haberse conocido y además de la química demostrada en la película no dudan en afirmar que si cambiaran de tendencia sexual se atraerían sin dudarlo. Aun así se lanzan flores como en estas declaraciones de la italiana:
"Sophie es sensual, a su pesar. La primera vez que la vi y que la escuché hablar de la película, sólo miraba a su boca. Estaba impactada de esa sensualidad tan poderosa que escapa a su control. Si fuera un hombre, estaría seducida por Sophie". La película no ha gustado, pero teniendo a estos dos bellezones... ¿qué importa?.
Coronado