"Relatos salvajes", enough is enough

Querido primo Teo:

A finales de los setenta, Barbra Streisand y Donna Summer cantaban aquello de Enough is enough. El título de la canción, que en realidad se llama No more tears (No más lágrimas), es la analogía musical perfecta para hablar de la hispano-argentina "Relatos salvajes". No más lágrimas, tomemos medidas… Se acabó lo de poner la otra mejilla. Porque todos, aunque no lo parezca, tenemos un límite.

La película de Damián Szifrón se presentó en el Festival de Cannes y ha formado parte de la sección Perlas del Festival de San Sebastián (donde ganó el Premio del Público a la mejor película europea), y en ambos ha levantado pasiones. Se trata de un revulsivo cinematográfico de primera categoría. Planteando situaciones en las que sus protagonistas son llevados al límite y, una vez ahí, deciden que ya no hay lugar para lo políticamente correcto, ni para la paciencia. Situaciones en las que las bombas de relojería que muchos llevan dentro comienzan su propia cuenta atrás, y amenazan con una explosión más o menos controlada. Situaciones que, por supuesto, apelan de una forma u otra a la violencia. La violencia como catarsis y catalizadora de transformación en sí misma, como castigo a quien ha infringido nuestra ley, a quien ha hecho rebosar nuestra infinita paciencia. Situaciones que por conocidas, límite y violentas que sean lo que provocan en el espectador son las ganas de aplaudir y las carcajadas.

Y esa es la magia del cine; desde la platea el espectador experimente una catarsis mucho más dulce y pacífica que la de los protagonistas, porque llega a ella a través de la empatía, por supuesto, pero sobre todo desde las risas. Seis relatos en los que sus protagonistas se niegan a poner la otra mejilla y desencadenan situaciones de todo tipo; hay venganzas calculadas, hay accidentes incontrolados e incontrolables, toda una amalgama de matices que van desde la autodestrucción al renacer de las propias cenizas. Y en todas, el espectador ve algo de sí mismo reflejado en las caras de un reparto superlativo.

"Relatos salvajes" es una de esas películas que se basa lo suficiente en la realidad, triste realidad, como para que nos sintamos identificados y, al mismo tiempo, es la ficción que refleja nuestras ensoñaciones más salvajes cuando, con una mejilla ya golpeada, nos resignamos a poner la otra. Una estructura sencilla, de relatos auto-conclusivos, basada en un guion ágil y con unos actores a un nivel altísimo, elementos que logran que el resultado de su suma sea aún mejor que el análisis de cada uno de ellos. Así que, no queda otra que rendirse y dejarse llevar. Aunque sea para poder dar rienda suelta durante un rato al Bombita que llevamos dentro.

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