Teo, mi “ex” del alma:
Perdona que empiece esta carta con una pregunta, pero ¿tienes algún móvil?. No me refiero a tener un móvil para cometer un crimen, sino a un teléfono móvil. Si la respuesta es afirmativa, espero que te sirva para algo más que para llamar.
Ahora te explico a que viene esta introducción tan rara. Mientras esperaba el avión que me ha traído de vuelta a tierras españolas, después de pasarme una buena temporada en los EE.UU., me entretuve con mi portátil y su conexión Wi-Fi para acabar descubriendo mi gran posibilidad de hacerme famosa. Ahora sí que no puedo fallar. Ya lo verás.
Te estarás preguntando a que me refiero, ¿verdad?. Pues te lo explico en pocas palabras: Navegando por la red descubrí un festival de cine en el cual incluso yo puedo participar sin demasiada dificultad. Se trata del
Movil Film Festival, un festival, que como su propio nombre indica, se dedica a premiar cortos realizados con el teléfono móvil. Este año se está celebrando una nueva edición entre el 20 de marzo y el 20 de mayo. Ya debes imaginar, Teo, lo que hice en cuanto me leí la noticia. Imagina que solté el portátil tan rápido que casi me quedo sin él, después cogí mi móvil y miré alrededor, ¿dónde había una buena historia para ser llevada a la gran pantalla?. Me sentí como uno de esos grandes directores de cine en busca de una buena historia. Yo estaba en un aeropuerto y que mejor lugar que ese para desarrollar mi vena artística. Personas y más personas pasaban por mi lado, algunas llegaban de países lejanos, con una expresión de susto y alegría en sus rostros. Otros se veían dispuestos a descubrir otros mundos…
Después de pasarme una buen rato pensando, decidí grabar un corto sin guión, de la vida misma y recordando películas como
"La terminal" o aquella en la que la Sofía Loren tiene problemas en las aduanas americanas por culpa de un chorizo, si mi memoria no me falla, me dirigí a la zona de aduanas con la esperanza de grabar una escena que me llevará directamente al Olimpo de los directores/as de cortos.
A partir de aquí no quieras saber lo que me ocurrió. Ya sabes de mi afición a los piercing, lo que me provoca no pocos problemas a la hora de subir a un avión, pero ahora no eso no toca. Sigo con la explicación del rodaje de mi corto. Yo iba directa a buscar la noticia, el momento, la escena. Me dirigía, teléfono móvil en mano, a rodar ese minuto que me llevaría a la fama, cuando un guardia de seguridad me observó atentamente y decidió que yo era un peligro para la seguridad del aeropuerto y por extensión, para todo el país. Creo que fue culpa de los piercing o que no le gustaba lo que estaba empezando a rodar. O quizás fue que necesitaba ir al baño, no lo sé.
En resumen, que me he convertido en persona no grata entre los americanos. Pero yo conseguiré grabar un buen corto en un aeropuerto. Como me llamo Piercing.
Siempre tuya.
Piercing.