Venecia 2014: Una Rusia del pasado y los drones de Ethan Hawke
Querido primo Teo:
Ayer se pudieron ver las últimas películas en competición en este Festival de Venecia. Festival en el que, a pesar de su comienzo tan convincente con “Birdman”, salvo dos o tres títulos, la unanimidad ha sido esquiva. Las últimas en presentarse han sido “The postman’s white nights”, de Andréi Konchalovski, y “Good kill” de Andrew Niccol.
Andréi Konchalovski, es ese cineasta que junto a Tarkovski fue responsable del guion de “Andrei Rublev”, aunque también fue el director de “Tango y Cash”, vuelve a la ficción con esta historia basada en un pueblo ruso (real) al que solo puede acceder en barco cruzando un largo. Un pedazo de Rusia que vive anclada en el pasado, sin contacto con el resto del país, o con el mundo, y cuyo único vínculo con el exterior es el cartero. Su protagonista Aleksey Tryapitsyn, actor no profesional, ha entrado de lleno en las quinielas para el premio al mejor actor. La película también tuvo una buena acogida, y si no se la incluye entre las favoritas al León de Oro es porque parece poco probable que se vuelva a premiar a un docudrama, ya que el año pasado ya se premió a “Sacro GRA”, de Gianfranco Rosi.
Con “Good kill”, Andrew Niccol abre el debate moral sobre el uso de drones en las guerras. Ethan Hawke protagoniza la película dando vida a un soldado que se dedica a la caza de talibanes dirigiendo drones desde su "oficina" en Las Vegas. Algo que le acabará pasando factura emocionalmente. Con un final truculento, aparentemente pensado para contentar a la taquilla, la película ha recibido pocos aplausos y algún que otro abucheo.
Y así se llega al final del Festival. Esta tarde sabremos cual es la decisión del jurado que dirige Alexandre Desplat.
Tu prima.
Rodasons