Cine en serie: Tensión vampírica en "The strain"

Querido Teo:

Mi nombre es Ephraim Goodweather, doctor Ephraim Goodweather. Siempre pensé que mi apellido era una terrible ironía de mi oficio, soy epidemiólogo. Trabajo para el Centro de Control de Enfermedades en Nueva York y soy el mejor en mi oficio. Hace más de un año que estoy sobrio aunque sigo yendo a mis reuniones de alcohólicos anónimos. Lo hago principalmente por mi hijo Zach, lo más importante en mi vida, a parte de mi trabajo. Él lo sabe y ha elegido lo que es mejor para mí, verme sólo algunos fines de semana. La verdad es que no he sabido compaginar mi familia y mi pasión por el trabajo y eso me ha costado el matrimonio.

Y es que no soy fácil, tengo una tendencia enfermiza a controlarlo todo, las conversaciones, la gente, las situaciones, es lo que me hace bueno en el trabajo y algo pesado en el trato personal. A parte de eso, mi móvil no deja de sonar ni un momento y no puedo dejar de pensar que cada llamada que no contesto es gente muriéndose por mi culpa.

Acabo de vivir una experiencia muy extraña a la que no se todavía cómo enfrentarme, y eso no es normal en mí. Un avión proveniente de Berlín ha aterrizado en el aeropuerto JFK con todo su pasaje muerto, al menos eso parecía hasta que misteriosamente cuatro de ellos se levantaron. Nadie sabe aún que pasó con el resto y porqué hemos encontrado pequeños gusanos en el departamento de carga del avión. Además, una extraña caja o ataúd iba en este mismo departamento sin que aparezca registrada por ningún sitio. Dentro tan sólo una tonelada de tierra.

Mis compañeros, la doctora Nora Martinez y Jim Kent, y yo no pararemos hasta conocer la causa del suceso. Espero que todo esto no afecte a mi relación con Nora y que "Jimbo" deje ya de actuar raro y se centre en el trabajo. A veces me parece que nos entorpece más que nos ayuda.

Al salir del aeropuerto me topé con un viejo que se hacía llamar Abraham Setrakian. Su espada de plata y palabras de predicador barato no auguran nada bueno aunque, ¿quién iba a creer a alguien que nos exige destruyamos todos los cuerpos y a todo aquel que se haya expuesto? ¿No sabe que nosotros somos hombres de ciencia? Que vuelva a su antigua casa de empeños con sus cachivaches ocultistas y nos deje hacer nuestro trabajo.

Algo no va bien, eso lo tengo claro. Y es que de repente nos han relevado del caso y nuestro jefe quiere que miremos a otro lado. Parece ser que el gobierno tiene algo que ver con la inclusión del ataúd y que los militares están detrás de todo, uno no puede estar seguro ya ni de su gobierno. De repente se ha roto la cuarentena de los cuatro supervivientes y uno incluso dice estar agradecido por que le hayamos devuelto a su hija, pero juraría haberla visto muerta al entrar en el avión.

Lo que tengo claro es que nos enfrentamos a algo grande y nadie me va a apartar del caso, se demasiado bien que cualquier tipo de epidemia se puede transmitir exponencialmente y en breve afectar a gran cantidad de gente. Y nadie más que yo desea que el virus no se extienda y se convierta en pandemia. Creo que aún veré correr mucha sangre antes de que esto esté arreglado...

"The strain" es la nueva serie de FX creada por Guillermo del Toro y Chuck Hogan

Basada en la trilogía vampírica de novelas del mismo nombre y mismos autores, esta serie de terror (que nadie piense en las últimas series del género de dramas juveniles) promete grandes cosas. No sólo los nombres que la preceden son garantía de éxito, la realización y actores de la misma marcan una factura espectacular.

Apoyada en este trabajo actoral, con guiones un tanto pedantes pero muy adecuados, la lucha entre una organización secreta que quiere traer de vuelta a la encarnación del mal frente a la humanidad no es muy original, aunque resulta siempre atractiva.

Vampiros, inmortalidad, desinfectadores que se convierten en héroes y pandemias al estilo zombie, todo regado con esa oscuridad que ya pudimos ver en "Blade" o "El laberinto del fauno", diálogos y personajes atormentados y cierta violencia gratuita y visceral. Claro está, con algún susto de esos que te hacen saltar del sofá o taparte la cara como si no vieses la pantalla. Pura delicia.

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David Volcano