Un verano en China: El último emperador
Querido diario:
Los humanos sometidos por una dictadura larga y paternalista sufren durante mucho tiempo el síndrome de Estocolmo, echan de menos al padre que los sometió. En el caso de los chinos y la desaparición de su imperio, el trauma corresponde con las dimensiones de china, fue dramático, violento y radical. Cuando el último emperador fue expulsado de su ciudad prohibida de Pekín, pasaron años durante los que muchos chinos dudaron de la noticia y creyeron en su vuelta. Mao terminó con toda nostalgia arrasando el pasado.
Pero el pasado siempre regresa, alterado, tergiversado o solemnizado, pero siempre acaba por volver. ¿Qué es sino pasado "El imperio de las Galaxias"?, con sus caballeros, emperadores y ejércitos. En el caso chino esto tiene más sentido porque, al contrario que los mediterráneos, ellos se dejaron de cosmogonías humanoides legendarias tipo Zeus y familia, y comenzaron su historia escrita desde el primer emperador, como si lo anterior fuera vacío.
El maestro Lao Tse añoraba los tiempos en que los súbditos tan sólo conocían del emperador su existencia. En el gobierno darse a conocer es dar lugar a aborrecimientos. La idea está viva y en el origen de la figura del llamado "mando intermedio", que permite concentrar el aborrecimiento de los subalternos, reservando un resto de esperanza que se expresa en! "!.esto seguro que Él no lo sabe". Puedes creerme diario, la inmensa mayoría de las veces lo sabe.
Detecto otro cambio esencial muy interesante. Los emperadores antiguos llevaban la vista alta sin temor porque eran los subordinados quienes debían mirar al suelo. Hoy los "emperadores" de la empresa y el negocio son los que avanzan mirando al suelo para evitarse que un saludo lleve a una queja o una petición inconveniente. Lao Tse era sabio, el caso es no verlos, que las miradas no se encuentren. El poder lejano es más poder.
Alguna película ha empleado esta característica humana incluso como argumento central, "El jefe de todo esto" por ejemplo, la única vez que me he podido reír a gusto con una peli dogma que en otros aspectos son interesantes, pero que en lo que se refiere al humor lo despachan muy poco.
Primero las guerras civiles, luego la II Guerra mundial y luego la cirugía brutal del maoísmo erradicaron de los cerebros chinos la idea de ser gobernados nunca más por un emperador oculto tras unas viejas murallas, pero la historia es juguetona y, por razones bien distintas, el último emperador murió fuera de las viejas murallas y tampoco nadie le reconoció, cuando se cruzaban con él en cualquier calle de Pekín.
Puedes recordarlo con este mp3!.
Chinaelultimoemperador.mp3