Cine en serie: “Turn”, los inicios del espionaje made in USA
Querido Teo:
Como te comentaba la semana pasada, parece que los guionistas americanos han encontrado un nuevo filón para explotar a la hora de crear nuevas series, que es el periodo colonial y en concreto sus épocas de guerra. Si ya te hablé de "Salem" antes, ahora toca hablar de "Turn", una serie de espionaje ambientada en la Guerra de Independencia contra los británicos.
En este caso se nos cuenta la historia de los espías que sirvieron a las órdenes de George Washington, y pretende ser fiel a los hechos reales de la guerra. Basada en el libro “Washington's spies”, la serie se centra en el personaje de Abraham Woodhull, un granjero poco interesado en asuntos políticos que acabará siendo reclutado por el ejército de Washington para pasar información acerca de los movimientos del ejército británico.
Esto, que sobre el papel nos daría material para contar una historia muy interesante y conocer mejor un periodo histórico trascendental para los americanos (y para el resto del mundo), acaba siendo un relato demasiado lento, con un horizonte demasiado estrecho y que invita poco a plantearse los motivos de uno y otro bando.
Respecto al primer punto, está claro que por la época no podemos apoyarnos en recursos como persecuciones trepidantes o "misiones imposibles” para obtener secretos que ayuden a la causa, pero alguien debería recordar a los productores que, salvo contadas excepciones como “Mad Men”, un ritmo lento suele provocar que el espectador pierda interés por lo que va a pasar, porque parece que no va a pasar nada. A lo mejor si la historia no estuviese tan centrada en un único personaje podríamos ir saltando de uno a otro para tener una mejor perspectiva de cómo la trama va avanzando en los distintos frentes.
Y es que el de los frentes es otro de los problemas, con la serie anclada en la zona de Nueva York y sus aledaños, obviando que el conflicto se libró en muchos otros campos de batalla. Una vez más, la posibilidad de visitar esos otros frentes libraría a la serie del ritmo que marca la época, que obliga a travesías de días para llevar un mensaje de una ciudad a otra, con los protagonistas enrocados hasta que “pase el turno”.
Lo de los protagonistas es una de las quejas que más he leído en las críticas acerca de la serie. Que sí, que ya sabemos cómo termina la guerra y quién gana, pero en “Turn” tenemos uno de esos ejemplos en los que parece que los “malos” lo son por puro gusto y que a los “buenos” no les queda otro remedio que serlo. El problema con esto es que los personajes pierden cualquier profundidad, y no nos queda otra que aceptar que la guerra la ganaron los buenos y que perdieron los malos, y que no hay más motivo que el hecho de que era lo correcto. Esto le roba la oportunidad a “Turn” de adentrarse, aunque sea un poco, en la complejidad de un conflicto de estas características, de por qué algunos americanos decidieron luchar junto con los británicos, y de si había dudas entre los británicos acerca de la guerra.
La serie cuenta con Jamie Bell en el papel de Abraham, y supongo que esperando quitarse de encima de una vez por todas el sambenito de “el chico de Billy Elliot”. Junto a él, Kevin R. McNally (Piratas del Caribe) da vida a su padre y representante del pueblo, una tarea que le traerá muchos dolores de cabeza intentando reconciliar los intereses del ejército inglés con los de sus vecinos. Meegan Warner es Mary, la sufrida esposa de Abraham que ve cómo su matrimonio, aunque acordado entre sus familias, peligra por las extrañas ausencias de su marido, que ella achaca a su antigua novia Anna (Heather Lind, “Boardwalk Empire”).
Y es que sí, también tenemos un punto de telenovela (probablemente para llenar un poco los huecos que deja el ritmo general de la serie), con un Abraham que acaba involucrando a su antiguo amor de juventud en el asunto del espionaje, lo que seguro acabará provocando algo de tensión entre ellos aunque no queda claro si se resolverá o no vistos los trazos gruesos con los que se dibujan los personajes. Después de presentarle como un patriota que se enfrenta a los despreciabes ingleses, quedaría feo que le pusiese los cuernos a su mujer (y madre de su prole) con la candidata más obvia.
En resumen, una ocasión en mi opinión desaprovechada para contar una historia interesante, a menos que te encante el género histórico y puedas tolerar el ritmo de la serie. Me consta que hay gente a la que le encanta, así que si tienes algo de curiosidad, adelante y ya me dices si te parece que estoy siendo injusto con ella.
Atentamente.
Profesor Falken