Frank Sinatra, diez años de su muerte
Querido diario:
El 14 de mayo de 1998 el Empire State Building, símbolo de New York, se tiñó de azul. También la avenida principal de Las Vegas se había apagado un minuto la noche que su amigo, Dean Martin, había muerto. Mucho más inspiradora Nueva York que Las Vegas. Merecía algo así el hombre cuya voz más suena en los funerales musicales.
Fue "La Voz" pero también fue mucho más por 50 películas a sus espaldas, además de un Oscar logrado por "De aquí a la eternidad". En el archivo histórico de la Academia le vemos aquí recogiendo un Oscar por un papel que tiene su historia.
Sinatra ha sido el único que ha estado en lo más alto tanto de la canción como del cine. Puede que sus películas no sean muy buenas la mayoría, pero alcanzó el nivel de estrella y buen actor al hacer "Como un torrente".
Vincente Minnelli sabía que a Sinatra le ponía nervioso repetir tomas. Cantaba igual, sin más que uno o dos ensayos. Las tomas de las secuencias importantes son largas y eso exige buenos actores. Sinatra tiene el papel menos espectacular de la película, pero tenía que soportar el equilibrio de toda la historia. Está llena de sentimientos variados y Sinatra siempre consigue estar más que creíble. Sólo las estrellas del cine que se convierten en actores expresan con tanta naturalidad.
Jean-Luc Godard incluyó una referencia a la película de Minnelli en "El desprecio", en 1963, con Brigitte Bardot, en un momento en que el cantante y el actor se confundían. La década de los años cincuenta fue su década, desde el Sinatra jovencísimo de los tres musicales que Gene Kelly hizo al principio de su carrera: "Levando anclas" (1945), "Take me out to the ball game" (1949), y la mejor, "Un día en Nueva York" (1949), en la que consigue parecer entrañable. Después vino el Sinatra más impredecible de "De aquí a la eternidad" o "Siempre tú y yo" (ambas de 1954), o "La máscara del dolor" (1957); el Frankie romántico, mafioso y juerguista de "Ellos y ellas" y "El solterón y el amor" de 1955 las dos, y "Alta sociedad" (1956) y "Pal Joey" (1957). Y lo mejor de todo, el perdedor de su mejor trabajo para algunos, "El hombre del brazo de oro", de Otto Preminger en 1955, la que ya te he dicho de "Como un torrente" en 1958, "Millonario de ilusiones" en 1959, y comenzó los sesenta nada menos que con "El mensajero del miedo".
Es conocida la afición a enamorarse de Frank, y mucho más la grieta que dejó en su corazón Ava Gardner desde que fueron vecinos. Es menos conocida su relación con Lauren Bacall. A la muerte de Bogart, Sinatra se acercó mucho a Lauren, tanto como para proponerle salir a diario, con programas muy variados, desde deportivos a románticos. Finalmente se lanzaron y todo parecía ir bien hasta que en una fiesta de Nochevieja Frank se emborrachó y ofendió a Lauren.
No supieron nada el uno del otro hasta que Sinatra la telefoneó, dos semanas después, aprovechando que ambos estaban en Nueva York. Tuvieron una cita con cierta renuencia de Lauren. Todo parecía haber pasado y de vuelta en Los Ángeles, la volvió a llamar para pedirle que se casara con él. Le pareció completamente sincero, y sin pensárselo demasiado, dijo que sí. Salieron a celebrarlo y se encontraron con un representante de actores, Swifty Lazar. Sinatra le dio la buena noticia, y poco después se marchó a Florida. Durante su ausencia, Lazar llevó a Bacall a un teatro de Los Ángeles, un estreno, en el que, sin saberlo Lauren , el agente contó a la columnista del corazón Louella Parsons la noticia. A la mañana siguiente estaba en la primera plana del Los Angeles Examiner. Lauren no daba crédito y consiguió que el representante telefoneara a Sinatra para explicarlo. Horas después Frank telefoneaba a Lauren para decirle lo incómodo que se había sentido y que sería buena idea que dejaran que el asunto se tranquilizara. Nunca volvieron a hablarse. Años más tarde, cuenta Lauren en sus memorias, cuando se encontró a Sinatra en un evento en Palm Springs, él la miró como si fuera "una pared".
Aquí tienes un mp3 que te gustará escuchar....
FSinatra10.mp3