"Enemy"
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El argumento: Adam es un inestable profesor universitario que de pronto descubre la existencia de Anthony, un actor que es físicamente igual que él. Consumido por el deseo de conocer a su doble, Adam sigue la pista de Anthony y ambos se ven abocados a un obsesivo enfrentamiento que tendrá inesperadas consecuencias no sólo para ambos, sino también para sus respectivas parejas: Mary y Helen.
Conviene ver: En la 61ª edición del Festival de San Sebastián, el canadiense Denis Villeneuve presentó dos películas: "Prisioneros", cine negro clásico, convencional si se quiere, aunque magníficamente rodada; y "Enemy", una película más difícilmente clasificable, con una estética áspera que aborda temas como la identidad, la obsesión, entre otros. "Enemy" juega en la frontera de la realidad y de la percepción en su particular estudio de la psique coronando un deducible tormento interior complicado del protagonista que se ve necesitado de conocer a su doble, y lo hace con una ambientación onírica y con un magnífico Jake Gyllenhaal (dando vida a dos personajes) al que secundan Mélanie Laurent, Sarah Gadon e Isabella Rossellini. Propuesta arriesgada que Villeneuve defiende con buen pulso y que no dejará indiferente a (casi) nadie. Quizás pretende ser más de lo que es, pecando de ambiciosa y profunda para luego terminar dando sensación de inconclusa y poco trabajada en algunos tramos, pero la cinta se sostiene y favorece que el espectador entre en este juego inquietante en el que lo que es verdad y mentira se dan de la mano que deriva en un choque confuso de identidades en una sociedad en la que prima el individualismo frente a la colectividad. Cine arriesgado, desconcertante y pretendidamente intelectual que parte de un gran arranque, para luego derivar y generar una interesante división de opiniones entre los espectadores dejando un poso perturbador y enfermizo (¿esas arañas?) alejándose de todo convencionalismo y dejando que sobrevuele el espíritu más kafkiano que podría tener perfectamente David Cronenberg y David Lynch si los encerramos en la atmósfera opresiva del cine de Polanski. Y es que Villeneuve coge referencias sobre un tema tan tratado en cine y literatura, pero dándole un tono personal rompiendo todos los tabúes y los límites de la mente para fascinar y confundir confrontando espejos y sensaciones y dando esta temporada a Jake Gyllenhaal dos de los mejores trabajos de toda su carrera, siendo el resto de personajes meros accesorios del protagonista en este viaje por la obsesión paranoica que ofrecen los límites del subconsciente como da buena muestra un plano final que favorece el debate en la mente del espectador y que demuestra todo el potencial que tiene como director el realizador canadiense.
Conviene saber: Adaptación de la novela “El hombre duplicado” de José Saramago.
La crítica le da un SIETE