"Vivir es fácil con los ojos cerrados"

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El argumento: Antonio es un profesor que utiliza las canciones de The Beatles para enseñar inglés en la España de 1966. Cuando se entera de que su ídolo John Lennon está en Almería rodando una película, decide viajar hasta allí para conocerle. En su ruta recoge a Juanjo, un chico de 16 años que se ha fugado de casa, y a Belén, una joven de 21 que aparenta estar también escapando de algo.

Conviene ver: "Vivir es fácil con los ojos cerrados" es una tierna y entrañable historia iniciática a bordo de un 850 cercana a la fábula pero basada en un personaje real que nos lleva a una España de la segunda mitad de los años 60 deseosa de poner en práctica el desarrollismo y la apertura al exterior, algo que aquí aparece representado por la devoción de un profesor de inglés a la música de The Beatles. Una evocación al pasado llena de nostalgia y ternura a través de unos personajes que contribuyen a un enfoque costumbrista de calidad. La película es ligera, en el mejor sentido de la palabra. David Trueba demuestra que es posible retratar una época oscura de la historia de España sin caer en las moralinas, en los dramas reiterados, etc..., y demuestra una vez más que le gusta echar una mirada al pasado para comprender mejor lo que somos ahora. En este caso, el tono ocre de la fotografía y una gran dirección artística nos dan el tono de una época en la que una de las pocas alegrías que tenía la juventud era la llegada de un grupo de “melenudos” de Liverpool. O mejor dicho, la llegada de un John Lennon ya de vuelta de todo, y que ya piensa en disolver el grupo. Su llegada tendrá una repercusión importantísima en las vidas de tres personajes dispares, que se unirán en un viaje hacia la ilusión y hacia la esperanza, un viaje iniciático en todo caso, puesto que hay algo de reafirmación de cada uno de ellos en las decisiones que toman. Una de los grandes aciertos de la película es el reparto con un trío heterogéneo pero lleno de vida. Muy bien Francesc Colomer y Natalia de Molina, pero quien entusiasma es Javier Cámara. Muy suelto en ese tipo de personaje, transmite todo el tiempo una ilusión serena por conocer a su ídolo, serenidad que hace que no pierda de vista a sus protegidos. A la película se le puede achacar alguna concesión, innecesaria para el desarrollo de la historia, pero está claro que de su ligereza y su sencillez emerge una cinta muy redonda que homenajea a esa España de Alfredo Landa y Manolo Escobar. Una cinta que nos motiva a perseguir nuestros sueños y que nos hace salir del cine con muy buen rollo. Hay sorpresa en los títulos de crédito finales.

Conviene saber: Sexto largometraje de David Trueba que ha competido en el Festival de San Sebastián 2013. El título hace referencia a una frase de la canción Strawberry fields forever que Lennon compuso en Almería cuando estaba rodando en 1966 “Cómo gané la guerra” de Richard Lester.

La crítica le da un SIETE