In Memoriam: Amparo Soler Leal, chica Berlanga y madre de la gran familia
Querido Teo:
A los 80 años ha fallecido en Barcelona la actriz Amparo Soler Leal, un todoterreno interpretativo en cine, teatro y televisión. Debuta en escena en 1948 con la obra “No me mientas tanto”, de Alfonso Paso, a los 15 años después de que sus padres curtidos en las tablas no tuvieran intención, en principio, que su niña siguiera sus pasos. Más tarde se incorpora a la compañía del Teatro María Guerrero y bajo dirección de Luis Escobar (del que sería nuera cinematográfica gracias a Berlanga en "La escopeta nacional") cosecha éxitos como “Historias de una casa”, de Joaquín Calvo Sotelo. En cine debutó en 1952 con “Puebla de las mujeres” de Antonio del Amo, pero sería en los 60 cuando la comenzó a ganar popularidad con “Usted puede ser un asesino” de José María Forqué, el paso previo a rodar con grandes nombres como Luis García Berlanga, Luis Buñuel, Pedro Olea, Jaime de Armiñán, Fernando Fernán Gómez, Pilar Miró y Pedro Almodóvar, demostrando sus dotes tanto para el drama como para la comedia con una clase y una voz inolvidable.
En 1961 la vimos en “Plácido”, por primera vez con Berlanga y que ella definió como su rodaje más divertido, y al año siguiente en uno de sus papeles más recordables y entrañables, el de la madre de “La gran familia” de Fernando Palacios. A pesar de que la película fue todo un éxito, la actriz no quiso participar en la secuela de 1965 llamada “La familia y… uno más” falleciendo su personaje al dar a luz a la última hija de ese gran clan. Estuvo en “El discreto encanto de la burguesía” de Luis Buñuel en 1972, “Una mujer prohibida” de José Luis Ruiz Marcos en 1974, “El amor del capitán Brando” de Jaime de Armiñán en 1974, “Tamaño natural” de Luis García Berlanga en 1974, “Jo, papá” de Jaime de Armiñán en 1975, o en “Mi hija Hildegart” de Fernando Fernán Gómez en 1977, llevando a cabo una de sus mejores interpretaciones como una férrea feminista que es puesta ante los tribunales por matar a su hija en su intención de construir la mujer perfecta como baluarte de la causa liberadora de la mujer y que ve que cada vez queda más fuera de control. En 1978 asentó su condición de chica Berlanga con “La escopeta nacional” como la tuerta y estruendosa Chus, mujer del hijo del Marqués de Leguineche, tanto en esa película como en sus secuelas.
En 1980 protagonizó “El crimen de Cuenca” de Pilar Miró, en 1983 su película favorita “Bearn o la sala de las muñecas” de Jaime Chávarri y, también junto al citado director, volvía a ser la perfecta ama de casa y madre de familia como Dolores en “Las bicicletas son para el verano” en 1984, mismo año en el que se introdujo en el universo Almodóvar en “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”. Todavía se le vería en “La vaquilla” en 1985, “Todos a la cárcel” en 1993 o "París Tombuctú" en 1999, últimos trabajos de Berlanga, espaciando cada vez más sus incursiones cinematográficas y apareciendo más en la televisión, refugio para los actores de su talla y veteranía en los últimos tiempos.
Casada en dos ocasiones, con Adolfo Marsillach, del que consiguió la nulidad en 1966 tras cinco años de matrimonio y una compañía teatral formada, y con el productor Alfredo Matas, esta mujer de carácter y buen humor, que nunca tuvo hijos a pesar de ser la madre de la gran familia del cine español, siempre tuvo en el teatro su gran pasión (terreno del que estuvo mucho tiempo ausente por enfermedad y compromisos cinematográficos desde 1975 con “La señorita Julia” hasta que volvió con “El zoo de cristal” en 1994 a las órdenes de Mario Gas). En televisión se le vería en "Tres eran tres" en los 70 y "Querido maestro" en los 90. En 2004 recibió el premio Fotogramas de Plata por toda su trayectoria, premio que le entregó Luis García Berlanga con el que rodaría en total 8 películas.
Nacho Gonzalo
Otra triste mujer más, precursora de lo genial y magnifico de ahora, de lo felices que estais todas ahora, paseando 4 perritos en lugar de tener hijos.
Cuando ya podía elegir papeles, se niega a hacer "La familia y uno más", y va corriendo a rodar la pelicula de la feminista tarada (lo que sois todas) que mata a su hija.
Lo más divertido es que es recordada por la pelicula que más odia, LA GRAN FAMILIA.
La Familia lo es todo, y aunque la izquimierda insista y haga todo lo posible para conseguirlo... a los perritos jamas se les va a dar el voto.
Muy triste, que ya cuando llegais a los 60, y esteis más solas que la una, la cosa ya no tiene remedio. Y si no estais solas, es porque vuestros padres si tuvieron hijos y tuvieron más de uno y teneis algun hermano. Eso sí, mola vivir de las rentas y del esfuerzo y de lo que crearon los demás, que cuando vosotras murais, no dejaréis absolutamente nada. Todas la peliculas de toda la historia del mundo, no valen ni una millonesima parte de lo que vale tener un hijo. Y antes de que todas las hienas femitaradas empeceis a aullar, deciros , que esto aplica exactamente a los hombres. Tu majete, dedicate 100 % a tu trabajo, o a pendonear de aqui para alla, y cuando llegues a los 50 años (si es que llegas) que es pasado mañana, me cuentas lo feliz que eres.
Nota: este comentario ya se que no lo van a publicar. La verdad nunca se puede decir.... Y SI ESTAS EN DEMOCRACIA, LA MAYOR ESTAFA DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, AUN MENOS.