Sesión de cine-cebolla: “Criadas y señoras”
Querido primo Teo:
Ahora que se acerca la temporada de premios, vamos a recordar una de las grandes protagonistas del año pasado, "Criadas y señoras". Una película sencilla, aparentemente menor y dirigida por un desconocido (Tate Taylor), que conquistó el corazón de casi todo el mundo y que, aupada por su increíble éxito de taquilla, acabó colándose en prácticamente todas las ceremonias importantes del año. Probablemente, la clave del éxito de “Criadas y señoras” es que, por muchos prejuicios que se tengan sobre ella, resulta casi imposible no emocionarse con su visionado. Se podría decir que es algo similar a lo que ocurre con el gran taquillazo español de los últimos años, “Lo imposible”.
“Criadas y señoras” es la historia de Skeeter (Emma Stone), una joven periodista que regresa a su pueblo (Jackson, Mississippi) y decide escribir un libro sobre las criadas negras que sirven a familias blancas y adineradas. Para ello, contará con los testimonios de las propias criadas, que comenzarán a contar con todo lujo de detalle los secretos de las mujeres para las que trabajan. Las principales confidentes de Skeeter serán Aibileen (Viola Davis) y Minny (la oscarizada Octavia Spencer). Mientras que Aibileen cuida de los hijos de su señora como si fueran los suyos, Minny es despedida por la estirada (y extremadamente racista) señorita Hilly (Bryce Dallas Howard) y comienza a trabajar para la recién casada Celia (Jessica Chastain). Cuando por fin vea la luz, el libro se convertirá en un alegato contra la discriminación racial a la que se ven sometidas no sólo las criadas, sino toda población negra de Jackson.
Durante gran parte de su metraje, el tono de la película es principalmente cómico, pero en la parte final el drama se apodera de la cinta con una serie de escenas que buscan la lágrima de forma indiscriminada: la conversación de Skeeter con su madre, el homenaje a Aibileen y Minny en la iglesia, la despedida entre Skeeter y las dos criadas... Si a estas alturas, algún espectador aún resiste el llanto, todavía queda lo peor. La última escena, que tiene a Aibileen como protagonista, nos muestra de forma descarnada cómo es despedida. La maquiavélica Hilly, que sale muy mal parada del libro, decide vengarse de Aibileen. La criada llega a la casa en la que trabaja, pero allí le está esperando Hilly, que le acusa injustamente de robo. Aibileen le planta cara, pero finalmente se verá obligada a marcharse de la casa, no sin antes despedirse de la niña, que ve en ella a su verdadera madre. Su ya ex-señora contempla la escena sin poder resistir las lágrimas. La interpretación de Viola Davis, realmente demoledora, consigue traspasar la pantalla y embargarnos de emoción. Una emoción de la que no nos puede sacar ni siquiera el efectista plano de la niña, absolutamente poseída, golpeando la ventana.
Tu primo.
Janaji
La vi hace relativamente poco y me gustó mucho. Y si bien es cierto que todas lo bordan, me quedo con la mala malísima que interpreta Bryce Dallas Howard, un papelón en toda regla.
que bueno, recién encuentro esta sección! la verdad esa última escena es imposible que no te arranque un lagrimón, es muy conmovedora, toda sigo creyendo que Viola Davis merecía ese Oscar, incluso más que Octavia Spencer, es obvio que todos queríamos que Meryl ganará su tercer Oscar, pero no de manera un poco injusta, ya que Davis hizo todo para llevarselo y la Dama de Hierro aunque teniendo a Meryl era una película mala y aburrida