La luz de los fotogramas: Carmina entre el rojo y el amarillo
Querido Teo:
Uno de los bombazos del verano ha sido "Carmina o revienta" de Paco Leon Barrios. Con este falso documental hay que reconocer que ha puesto a la industria cinematográfica española “patas arriba”, pero centrémonos en lo que nos interesa, que es la excelente fotografía que nos ha revelado Juan González Guerrero. Este mallorquín nacido en 1969 debutó en el mundo cinematográfico dirigiendo la fotografía y la iluminación de “Transeúntes“ (1994). Luego ha tenido una dilatada experiencia profesional, participando varios cortos y en largometrajes como “Dagon, la secta del mar” (2001), “Volverás” (2002), “Las mansiones de Jericó” (2003), “The birthday” (2004), “Tapas” (2005), “Salvador (Puig Antich)” (2006), “El kaserón” (2008) o “Transgression” (2011).
En “Carmina o revienta”, Juan González nos ha presentado una fotografía costumbrista, en la que ha dotado a cada momento de la película del tono exacto que tiene en la realidad, para aportar veracidad a que la ficción que interpretan Carmina y los suyos. El objetivo de la cámara ha tratado con mucho cariño dos colores, los colores que son la base de la película y que podemos identificar con solo ver la portada de la película: El amarillo y el rojo. El color amarillo nos enseña el mundo de Carmina, un universo con fuerza, con inteligencia para la pillería y con mucha energía. Acompañado por la potencia y el impulso del color rojo. Si hubiese que definir a Carmina con un color, habría que hacerlo con dos colores: el amarillo y el rojo, como bien la han definido Juan González Guerrero y Paco León Barrios.
David Santamaría