Venecia 2012: Terrence Malick resbala en su madeja visual y filosófica

Querido Teo:

Terrence Malick ha puesto el turbo y ofrece su sexta película en casi 40 años de carrera. Tras años de sequía entre película y película, Malick llega a Venecia con una nueva película poco más de un año después de llevarse la Palma de Oro de Cannes con "El árbol de la vida". El esquivo director, siempre rodeado de una aureola de prestigio y de perfeccionismo extremo, busca en Venecia conseguir su cuarto “grand slam” tras ganar en San Sebastián con “Malas tierras”, en Berlín con “La delgada línea roja” y en Cannes con “El árbol de la vida”. Ningún director lo ha conseguido hasta el momento. "To the wonder" se presenta sin conocer ningún dato sobre la misma más que una foto promocional con Ben Affleck y Rachel McAdams. Ya sabemos que a Malick no se le va la mano en el montaje y no duda en prescindir de personajes hasta el último momento. En esta ocasión han sido Rachel Weisz, Amanda Peet, Barry Pepper, Michael Sheen y Jessica Chastain a los que el director ha dejado sin miramientos en la sala de montaje. Si que ha sobrevivido al mismo Javier Bardem en una película que, según Ben Affleck, deja a “El árbol de la vida” como si fuera “Transformers” en comparación con ella. Pocas más opiniones habrá del equipo de la película ya que sólo se ha presentado la espectacular Olga Kurylenko. Con Malick ya no se cuenta, pero no se ha podido evitar que la presentación haya sido bastante desangelada. Una cinta que, en teoría se ha vendido como la más romántica y accesible del director, pero que tiene ese aire desconcertante y nihilista de Malick que, en esta ocasión, no ha convencido.

Si “El árbol de la vida” en su pase de Cannes levantó opiniones para todos los gustos, pero la mayoría coincidentes en la grandiosidad de su obra, “To the wonder” ha recibido abucheos y opiniones muy frías. Para muchos es su peor película, un poema visual vacío con personajes sin rumbo y algunos ridículos como Javier Bardem en la piel de un cura que busca su fe y que ha despertado algunas carcajadas en sus apenas 10 minutos de aparición. Del reparto la que se salva es Olga Kurylenko. Malick se queda en la forma pero, en este caso, no profundiza ni deja ningún mensaje para el espectador. Una cinta preciosista sobre el dolor que demuestra que a Malick no le sientan bien las prisas entre película y película. De momento, la gran decepción del Festival. Es verdad que “El árbol de la vida” tampoco consiguió buenas críticas en su primer pase de Cannes y luego fue calando, pero de ella se destacaba su mensaje sobre la vida y la muerte y su grandiosidad. En esta ocasión, Malick parece haberse enredado en su propia madeja formal, filosófica y estética ofreciendo un trabajo pontificante, pero pedante, superficial y hueco.

La otra película de la jornada es “Fill the void” de Rama Burshtein. Shira es una joven judía perteneciente a una familia Hassidi, cuya hermana, embarazada y casada desde hace un tiempo con Yohai, espera un niño. El niño nace por adelantado y la madre muere en el acto, lo que abrirá la posibilidad de que Shira contraiga matrimonio con Yohai para seguir teniendo al bebé bajo custodia familiar. Todo dependerá de ella, ya que por suerte, en la cultura Hassidi los padres proponen pero nunca imponen. La cinta da una vuelta de tuerca al sistema matrimonial de Oriente Medio en el debut en la dirección de Burshtein que se centra más en el amor que en el peso de la religión y en las dudas del personaje femenino ante su importante decisión de futuro. Una historia que, sin ofrecer nada nuevo en este tipo de películas siendo la otra cara de cintas como “Nader y Simin, una separación”, ha sido recibida de manera positiva en una cinta que, sin abandonar las claves del cine de su país, ofrece una mirada amplia y accesible para el público de todas las nacionalidades.

Fuera de concurso se ha presentado "Love is all you need", el nuevo trabajo de Susanne Bier tras el Oscar conseguido por “En un mundo mejor”. Cine con encanto en una cinta europea de aire romántico y ligero que establece un romance italiano entre una enferma de cáncer, a la que da vida Trine Dyrholm, que se acaba de separar de su marido y un galán hombre de negocios interpretado por Pierce Brosnan. Algo apetecible y desengrasante en un Festival tendente a cine más duro y sesudo.

Nacho Gonzalo