"Miami blues"
Si añadiéramos la existencia de Internet a esta historia, comprobaríamos que su autor creó una obra hace treinta años que podría haber sido escrita ayer. Charles Willeford tiene ocho novelas, tres adaptadas al cine, y un curriculum (Curricula.txt) que parece imposible. Hay poca novela negra al nivel de “Miami blues”, seca, inquietante, un golpe que se ve venir con la impotencia de no poder pararlo.
Título: “Miami blues”
Autor: Charles Willeford
Editorial: RBA
Nota de la Redacción: Para los aficionados a la novela negra es toda una noticia que la novela más importante de Willeford se edite en español. Para los aficionados al cine también es una oportunidad de recuperar una historia que se estrenó con modestia y casi con ocultación, en el último día de Julio de 1991, pero que contiene uno de los mejores trabajos de Alec Baldwin y Jennifer Jason Leigh. Charles Willeford ya había sido adaptado al cine en 1974, cuando Monte Hellman estrenó “Gallos de pelea”, una secuela de “Carretera asfaltada en dos direcciones”; y lo fue por última vez en 1999 con “The woman chaser”, donde Patrick Warburton demostraba sus dotes de bailarín.
Willeford se trasladó a Miami desde su California natal, atraído por el índice de criminalidad más elevado de Estados Unidos. Fue allí donde vivió muchos años y se reveló como un escritor excelente de novela policiaca, en la línea más dura y nihilista del género. Un maestro describiendo los monstruos humanos que engendra una sociedad desquiciada. El protagonista de “Miami blues”, Junior Fenger, es su criatura más compleja, amoral y perturbadora, que marca el ritmo nervioso del relato desde que aterriza en el aeropuerto de Miami y nos anuncia que no es alguien normal, con un acto imprevisto y brutal, un estallido de violencia irracional tan seco y estremecedor como el crujido de un hueso roto (Trescarteras.txt).
Fenger es tan sólo la punta del iceberg de un sistema demencial en el que la posesión de una placa de policía es la mejor patente de corso. Un policía y una joven prostituta cuya mayor aspiración es abrir una franquicia de hamburguesas en su pueblo, son el trío esencial de esta historia, donde no siempre se distingue entre la locura y la normalidad o entre la psicopatología y determinados comportamientos heroicos.
La economía de recursos literarios y el ritmo de los acontecimientos son magistrales. La sensación final es la de que un extraterrestre podría filmar un buen documental de naturaleza salvaje en Miami y ciudades similares; en el asfalto recalentado no necesitaría tanto tiempo de espera al acecho de acontecimientos, la jungla es menos letal.
Es imposible salir de leer tu opinión sin sentir la necesidad de descubrir esta novela.
Ya te comentaré cuando la compre, pronto.