Cine en serie: “Smash”, ¿el piloto perfecto?
Querido Teo:
Si lo pensamos bien… ¿qué es lo que tiene que tener un piloto de primera?. Para empezar una capacidad de síntesis meticulosamente bien estudiada y ejecutada. Ha de contar mucho en muy poco tiempo, y tiene que ser capaz de enamorarnos (o como mínimo seducirnos) sin que nos perdamos demasiado en la trama por falta de información, pero tampoco sin que intente abarcar demasiado perdiéndose en explicaciones innecesarias. Ahí es nada.
Segundo: Una presentación de personajes rápida y certera que logre, con cuatro o cinco pinceladas, que logremos simpatizar/empatizar con, por lo menos, los protagonistas más relevantes de la trama, haciendo que éstos nos importen lo suficiente como para querer seguir conociéndolos más adelante. Tarea difícil.
Tercero: Una historia atractiva que nos absorba por completo durante los cuarenta o cincuenta minutos que dure el episodio. Ésta debe quedar además lo suficientemente bien atada en su primer pistoletazo de salida como para que nos quedemos totalmente satisfechos con lo que acabamos de ver, pero a la vez con la suficiente rienda suelta como para que nos haga desear seguir tirando de la madeja en sucesivos episodios. Muchas veces una quimera.
Cuarto: Actores que estén a la altura de sus personajes. O lo que es lo mismo: Un casting preciso, atractivo, y sin fisuras.
Quinto: Una producción impecable. Fotografía, música, vestuario, decorados, etc., todo de gran calidad, en una comunión perfecta, y que lo den todo en su justa medida.
Sexto: Un montaje ágil y dinámico o, por el contrarío, si la serie no lo requiere, por lo menos uno que se adecue como un guante a las necesidades la historia que se nos está presentando.
Séptimo: Diálogos inteligentes/divertidos/ingeniosos/profundos/sólidos o lo que sea que sea necesario para estremecer nuestros oídos y corazones seriéfilos con cada una de las palabras que salga de la boca de sus personajes. Si no sobra ni falta una coma, mucho mejor.
Después de enumerar estos requisitos (y algunos más que, seguro, se te vendrán a la mente), puedo asegurar que el piloto de “Smash” cumple con casi todos y cada uno de ellos. Te gusten o no los musicales, aborrezcas “Glee” o lo ames incondicionalmente, seas de historias seriadas o te vayan más las autoconclusivas, televidente fiel u ocasional, “Smash” probablemente cumplirá tus deseos y expectativas porque, por encima de todo, es uno de los mejores pilotos de los últimos años.
En definitiva, “Smash” es todo lo que tiene que ver con la creación de un musical de Broadway al alcance de tu mando a distancia. No puedes, ni debes, perdértelo. Aunque sea sólo poder llevarme la contraria.
Watanabe