El fantasma de la ópera V/V: El fantasma hoy.
Querido diario:
Acabo de recibir de mi tío Anibal el último capítulo sobre la historia del Fantasma de la Ópera.
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La casa del fantasma
El padre del fantasma
El fantasma viaja a Hollywood
El primer fantasma
V / V : El Fantasma hoy
Querido sobrino:
En la temporada de 1984, un pequeño teatro en las afueras de Nueva York estrenaba un musical inspirándose en la historia de "El fantasma de la ópera". No era una gran novedad, la historia del fantasma era vieja, diez años antes el director Brian de Palma la había usado ya para rodar "El fantasma del Paraíso", y de hecho la crítica teatral no recomendó especialmente aquel musical.
Pero entre los espectadores se sentaba Andrew Lloyd Webber y nueve meses más tarde, en una librería de viejo de la ciudad, el autor de "Cats" se tropezó con una traducción inglesa de la novela original. Comprendió que lo que había en el fondo de aquel relato convencional de terror era una historia de amor no correspondido. Creó entonces la tragedia romántica que desde su debut en el Majesty's Theatre del West End londinense el 9 de octubre de 1986, se ha convertido en el musical de mayor éxito de todos los tiempos.
Las cifras son astronómicas: casi 3.500 millones de dorares en taquilla; 80 millones de espectadores; 40 millones de álbumes, el más vendido en su género de todos los tiempos, y una futura instalación permanente del musical en el hotel-casino Venetian de Las Vegas, prevista para la primavera de 2006.
En poco más de un año se estrenará esta versión de 90 minutos en un nuevo teatro, diseñado y construido específicamente para la producción musical, cuyo precio supera los 25 millones de dólares. "El Fantasma del Venetian" presumirá de efectos especiales al estilo Vegas, incluyendo un lago sobre el escenario y una réplica explosiva de la lámpara de araña de la Ópera de París.
Pero estas cifras sólo son el comienzo puesto que habrá que sumar en el "haber" del fantasma lo obtenido por la película estrenada estas navidades en la mayor parte del mundo.
Lloyd Webber consideró desde el primer momento la posibilidad de convertir en película su historia, aunque no imaginó que necesitaría quince años para lograrlo. En 1988, contactó con el director Joel Schumacher, porque le había impresionado con su película de vampiros Jóvenes Ocultos. "Pensé que Joel tenía un increíble sentido visual y su empleo de la música en la película era excepcional", recuerda Lloyd Webber. Pero antes de poder avanzar en el proyecto, se produjo su divorcio de la estrella de El Fantasma, Sarah Brightman, la cantante y actriz que fue su musa durante la creación del musical.
Aquello le hizo posponer la producción de la película, pero durante los siguientes años, Lloyd Webber no dejó de insistir a Schumacher para que colaborase en la adaptación. El director nunca estaba disponible, siempre ocupado en películas de éxito como "Batman Forever", "Tiempo de matar", "El cliente" o "Días de furia".
En diciembre de 2002, los viejos amigos se reunieron para cenar en Londres y Lloyd Webber se lo propuso una vez más. La situación de Schumacher era distinta porque acababa de hacer una serie de películas crudas, más experimentales, "8 milímetros", "Veronica Guerin" o "Última llamada", rodada en doce días, y aceptó volver a dirigir una superproducción.
Se comenzó a buscar a los dos protagonistas principales, pensando en actores que realmente pudiesen cantar. Era especialmente complicado en el caso del personaje de Christine, la ingenua huérfana adolescente que cree que la voz del Fantasma que la llama desde las sombras de la Ópera es el "Ángel de la Música", que su padre moribundo prometió enviarle.
Mientras Schumacher se preparaba para hacer pruebas de pantalla a un puñado de potenciales Christine, conoció a Emmy Rossum, de 16 años, a la que vimos como la hija asesinada de Sean Penn en "Mystic River", que acababa de terminar su papel en "El día de Mañana". Tenía experiencia musical porque había estudiado en la Metropolitan Opera desde que tenía siete años. La actriz recuerda: "Fui a cantar para Andrew a su casa, lo que fue muy estresante. Estaba practicando con el acompañante cuando Andrew entró en la habitación, se sentó sin presentarse y dijo '¿Empezamos?".
Para preparar su papel, Rossum tomó lecciones de danza, viajó a París para conocer el edificio de la Opera, y visitó el Museo D'Orsay para estudiar las esculturas y pinturas de bailarinas de Degas, muchas de las cuales estaban basadas en las bailarinas de la compañía de la Opera parisina de los tiempos en que transcurre la historia.
El papel del Fantasma exigía un actor con mucho carisma. "Necesitábamos a alguien que tuviese un poco de sensibilidad de rock and roll en su interior", recuerda Lloyd Webber. "Tenía que ser algo brusco, un poco peligroso; no un cantante convencional". Lo encontraron en Gerard Butler, conocido por su papel en "Lara Croft Tomb Raider: la cuna de la vida" junto a Angelina Jolie, que tenía experiencia como cantante en una banda.
Butler hizo investigaciones sobre deformidades físicas para entender mejor al personaje, pero también le resultó útil la experiencia de pasearse por el estudio con la máscara puesta, como él mismo asegura: "Estaba sorprendido y disgustado por las miradas que me dirigían. Quería gritar, '¿Cuál es tu problema? ¿Qué estás mirando?'
Lloyd Webber ha creado una versión orquestal mucho más completa de su partitura, además de componer una canción completamente nueva para los créditos y grandes secciones de música incidental para complementar el guión. Lo habitual en las películas musicales es pregrabar toda la banda sonora y rodar a partir de ahí. Pero en "El Fantasma de la Ópera" se iba un paso por delante del calendario de rodaje, para que las canciones en playback pudiesen ajustarse a las interpretaciones que estaban creciendo y desarrollándose durante los ensayos.
El proceso de grabación y regrabación era constante; incluso había un estudio de grabación instalado en la oficina de Lloyd Webber en los Estudios Pinewood, donde los actores eran convocados en cualquier momento para grabar nuevas voces y el playback era alterado para la siguiente escena. Cuando empezó el rodaje, la música andaba tres semanas por delante del calendario, pero al final, sólo llevaba tres horas de adelanto sobre lo que se estaba rodando.
Los decorados de El Fantasma fueron construidos en ocho platós en los Estudios Pinewood, donde, durante diez meses, se utilizaron 73 toneladas de acero, 15.000 litros de pintura, más de 160 kilómetros de madera y casi 100 de andamiaje.
Se construyó un teatro de 886 butacas con dos plantas, pero la "estrella" es la lámpara de araña que cuelga del techo abovedado del teatro. Está adornada con más de 20.000 piezas de cristal de Swarovski, Famoso por la perfección de su corte de precisión, cristal ópticamente puro, que ilumina algunos de los interiores más dramáticos e históricos de todo el mundo, desde la Metropolitan Opera House de Nueva York al Palacio de Versalles de París.
Se fabricaron tres versiones de la araña: una para el rodaje diario, otra con electricidad para las escenas en el siglo XX cuando el gas ya había sido substituido, y una tercera para rodar el accidente provocado por el fantasma. La lámpara pesa más de 2 toneladas y está valorada en un millón de euros. Llevó cuatro meses construirla y cuatro días ensamblarla para poder elevarla hasta el techo del Auditorio, que se construyó en torno a la lámpara después de ser izada. La azotea precisó del trabajo de 14 escultores para realizar las estatuas al estilo Rodin inspiradas en las que Garnier instaló en lo alto de la Ópera de París.
Por la pantalla desfilan 300 trajes confeccionados a mano, y otros 2.000 conseguidos y modificados por casas de vestuario de toda Europa. Aunque la famosa máscara del fantasma es la joya del atrezzo. Ha sido reinventada sobre un molde de la cara del actor protagonista, realizada en un cuero muy fino, para cubrir el rostro desfigurado a base de prótesis de gelatina que eran aplicadas cada día de rodaje y que obligaban a Gerard Butler a permanecer en manos del departamento de maquillaje durante cuatro horas.
Para la ambientación de la guarida acuática, bella, siniestra y sensual, se construyó un tanque dentro de las paredes del plató para sumergir toda la guarida en medio metro de agua, y se añadió otro tanque de tres metros situado bajo el primero para dar la sensación de profundidad.
Esta ha sido una de las producciones más arduas y complejas rodadas en 2004, pero el fantasma no merecía menos porque su leyenda y las historias que se han tejido a su alrededor, desde que nació hace casi un siglo, siempre lo han sido… comenzando por la construcción de uno de los edificios más sofisticados y emblemáticos de parís, el edificio de la Ópera, su casa.