Venecia 2011: La sobriedad y minuciosidad de “El topo” y un gran Gary Oldman encandilan en la Mostra

Querido Teo:

Como no podía ser de otra manera, "El topo" ha confirmado tras su paso por Venecia que estamos ante una de las películas del año. Sobria en su contención narrativa y con un aire retro que la acerca al cine europeo de los años 70, apoyándose en una estética fría y nórdica propia de su director, Tomas Alfredson, el director que nos sorprendió a todos con la maravillosa “Déjame entrar”. La cinta es una adaptación de la obra de John Le Carré, texto que ya tuvo una adaptación televisiva en 1979 con el protagonismo de Alec Guinness. Aquí es el magnífico Gary Oldman el que coge el testigo y encabeza un reparto de altura con Colin Firth, John Hurt, Benedict Cumberbatch, Tom Hardy y Mark Strong. Oldman interpreta al espía retirado George Smiley que tiene que encarar su última misión, la de descubrir a un espía ruso infiltrado en el MI6, el servicio de inteligencia británico en plena era de la Guerra Fría. Oldman, que siempre ha abusado de cierta grandilocuencia, ofrece una interpretación minimalista llena de matices con una sobriedad y una contención asombrosa, alejada de todo aspaviento, propia de algo a lo que solo están destinados los grandes actores. Un personaje espectral, rígido, metódico y cerebral que es capaz de ofrecer una imagen familiar e inofensiva para después ver en sus ojos la ambición de un perro de presa que, a su vez, sufre la tristeza interior de desenmascarar a un compañero. Oldman ya está en la carrera por el Oscar y ahora queda por ver si sale de Venecia por la puerta grande. De momento, la película ya ha conseguido ser de lo mejor que se ha visto siendo un ejercicio cinematográfico medido que roza la perfección con un final de esos que se recuerdan con un gran sabor de boca. Eso si, un producto sobrio y profundo heredero más del cine comprometido europeo que de los personajes de Bond o Bourne que hemos visto últimamente. A destacar también las alabanzas a la música de Alberto Iglesias.

Oldman no ha tenido como referente el trabajo de Guinness: “La novela fue nuestro mapa del mundo. No me he inspirado ni he trabajado en algo que no estuviera en el libro y el guión”. Por otro lado, ante la complicada madeja con un guión denso y enrevesado que no la puede acercar a todos los paladares, Colin Firth señala: “Se tiende a infravalorar al público. Creo que hay un apetito por la calidad. A la gente le gusta escuchar un buen diálogo en las pantallas. No creo que solo quieran ver golpes y fuego. Y esto lo comprobamos una y otra vez”.

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Por otro lado se ha visto “Tao Jie (A simple life)”, película emocional sobre una mujer que tras trabajar como criada en la misma familia durante sesenta años sufre un infarto que le hace replantearse su vida. Basada en una historia real, ha sido una cinta que ha conectado con la emotividad de los asistentes y que también ha sido muy bien recibida.

Todd Solondz ha presentado “Dark horse”, triste y sentimental historia sobre la inmadurez a través de un personaje con síndrome de Peter Pan que se acaba de enamorando de una chica con su mismo problema. La cinta está rodada en formato de comedia, al estilo de las sitcoms televisivas, y es un experimento más dentro de la inclasificable filmografía del director de “Happiness”. En el reparto están Justin Bartha, Selma Blair, Christopher Walken y Mia Farrow, destacando a estos dos últimos como los sufrientes padres del protagonista. Una cinta simpática pero con un azote a la sociedad mucho más leve por parte del director.

Y no lo dudamos. El premio al mejor actor estará entre estos dos hombres. ¿Quién se llevará el gato al agua?.

Nacho Gonzalo (Coronado)