Coleccionable David Fincher: "El curioso caso de Benjamin Button" (2008), consagración a través de un amor intemporal
Querido primo Teo:
Cuando solo había transcurrido poco más de un año del estreno de "Zodiac" , que convenció a la crítica, pero no tanto al público ni a quienes entregan premios cinematográficos, David Fincher regresa a la actualidad con su nuevo proyecto. En esta ocasión se ha fijado un gran reto, el de transformar una historia, escrita por Scott Fitzgerald, y volverla algo creíble y digerible para el público. Con un metraje que superaba las dos horas, Fincher logró descolocar por completo a quienes le habían denominado “el director postmoderno”, y se dejó por el camino a algún seguidor que no vio con buenos ojos ese cambio de sentido en su carrera. Logró el respaldo de la taquilla y, por fin, colocaba una película entre las “elegidas” en los Oscars de aquel año.
“La vida sería infinitamente más alegre si pudiéramos nacer con 80 años y nos acercáramos gradualmente a los 18”
Esta frase de Mark Twain fue la que inspiró el relato que F. Scott Fitzgerald publicó en 1921, primero en la revista Colliers, y luego como parte de su libro “Tales of the jazz age”. “Nací en circunstancias inusuales”. Así comienza la adaptación cinematográfica de “El curioso caso de Benjamin Button”, que trata de un hombre (Brad Pitt) que nace con ochenta años y va rejuveneciendo con el tiempo. Desde la Nueva Orleans de finales de la I Guerra Mundial hasta el siglo XXI, acompañamos a Benjamin en un viaje tan inusual como distinta resulta la vida de este hombre. En ese viaje, vamos conociendo a personajes que, en mayor o menor medida, tienen un fuerte impacto en la vida del protagonista: los amores que encuentra y que pierde, las alegrías de la vida y la tristeza de la muerte, y que perduran más allá del tiempo. Pero, sobre todo, conocemos a Daisy (Cate Blanchett), figura tan extraordinaria como el sentido cronológico de la vida de Benjamin.
La historia de Fitzgerald fue un capricho, una especie de fantasía, y su adaptación a la pantalla se consideró durante mucho tiempo como demasiado ambiciosa, demasiado fantástica y técnicamente imposible. El proyecto permaneció en una especie de limbo durante cuatro décadas hasta que los productores Kathleen Kennedy y Frank Marshall lo retomaron. Desde hacía más de una década, el proyecto interesaba, igualmente, a David Fincher.
“El curioso caso…” significó una nueva vuelta de tuerca en la carrera de David Fincher. Una historia que, de inicio, no cuadraba en su filmografía y que exigía unos medios visuales inalcanzables hasta el momento. Sin embargo, como el propio Fincher ha afirmado en alguna ocasión: "Soy contrario por naturaleza. Tan pronto como alguien me dice que algo no se puede hacer, enseguida digo '¿Por qué dices eso?'". Posiblemente, este afán de llevar la contraria, y alguna que otra pelea con los estudios, dieron como fruto este film.
La productora Céan Chaffin recuerda que el proyecto había estado dando vueltas alrededor de Fincher una y otra vez. Una primera versión del guión llegó a su mesa cuando Chaffin empezó a trabajar con él en 1992. “Era algo que le encantaba y que fue madurando con el tiempo”, afirma. “Recuerdo también cuando Brad preguntó por ello y David dijo ‘Podría ser una película estupenda.’ Fueron llegando otros guiones, pero éste no terminaba nunca de marcharse. Él [Fincher] dice que las cosas se marchan por un buen motivo y que no se pueden tener remordimientos. Éste ha debido de tener sus buenos motivos para no hacerlo”.
"El curioso caso de Benjamin Button" fue grabada en una variedad de localizaciones, incluyendo Montreal, el Caribe y la ciudad natal del personaje, Nueva Orleáns, que se estaba recuperando de la devastación por el huracán Katrina cuando la producción se estableció allí. Los productores se habían comprometido a filmar en Nueva Orleáns antes del huracán y en los meses posteriores a la catástrofe hubo dudas sobre si se podría mantener esta elección. Kathleen Kennedy recuerda como las autoridades de la ciudad se pusieron en contacto con ellos tan solo dos días después del huracán rogándoles una oportunidad. La melancolía que parecía permear la ciudad encajaba con el transcurrir de épocas que Fincher tenía en mente para la película, de manera que se mantuvo Nueva Orleans como principal decorado de la película. Victor J. Zolfo y Donald Graham Burt se encargaron del diseño de producción (logrando el Oscar y el BAFTA). La fotografía estuvo a cargo de Claudio Miranda, que desde “Seven” había participado en todos los proyectos de Fincher, exceptuando “La habitación del pánico”.
Mención especial para Alexandre Desplat y su magnífica composición. Para entrar en materia, musicalmente, el compositor francés decidió tomar una decisión arriesgada: definir el paso del tiempo en el film, y la historia de este curioso caso, estableciendo en el pentagrama un desarrollo de la melodía en el que las notas pudieran interpretarse bien hacia adelante, o bien hacia atrás, y aún así ésta tuviera sentido musical. El resultado fue una de las obras más aplaudidas de su carrera.
La experiencia de pérdida de un ser querido del propio Fincher influyó en su fascinación con respecto a la historia. “Mi padre falleció hace cinco años, y recuerdo la experiencia de haber estado allí cuando se marchó”, recordaba en la época del estreno de la película. “Fue increíblemente profundo. Cuando pierdes a alguien que te ha ayudado de muchas formas, que es tu ‘verdadero Norte’, pierdes la brújula de tu vida. Ya no tienes que tratar de complacer a nadie, y ya no tienes que reaccionar contra nadie. En muchos sentidos, te quedas totalmente solo”. Las primeras reuniones de Fincher con Kennedy y Marshall con frecuencia se convertirían en algo muy personal. “Empezábamos a hablar de la historia”, recuerda Fincher, “y al cabo de un cuarto de hora, estábamos hablando de las personas que habíamos amado y habían fallecido y de la gente a la que habíamos querido y no nos había hecho caso, o la gente que nos había perseguido o a quienes habíamos perseguido. La película es interesante por ello; nos afectó a todos”. Pero contrariamente a lo que pueda parecer, la película no es un canto al amor correspondido, porque, según su director, no se trata de una historia de amor. “No creo que sea una historia de amor. Es, más bien, una historia sobre la muerte”, le dijo a Pitt cuando éste le preguntó por los motivos que le empujaban a filmar una historia romántica.
Sobre ella, el director ha dejado alguna que otra perla: "Me gustó la oportunidad de hacer una película sobre la vida completa de un hombre y de tener a un único actor haciendo el mismo papel. Espero que sea el tipo de película que la gente vea dentro de diez años y se siga sintiendo conectada”. [Sobre por qué decidió filmar la película]
"Hacia delante porque así estamos creados y solo sabemos vivir nuestro tiempo cronológico. Sería grandioso ser joven y hermoso otra vez pero probablemente seríamos insufribles”. [Sobre si prefería vivir hacia atrás o hacia adelante]
"Es inmaduro e incontrolable. No (risas). Es muy divertido y disfruto de su compañía. Es el tipo de actor con el que mejor trabajo. Me gusta la gente intuitiva y que no está en el rodaje para imponer su visión de la historia. El rodaje de una escena debería ser una exploración dentro de ciertos parámetros, y por eso me gusta cómo él hace su tarea para llegar hasta la escena. Lleva el personaje consigo todo el tiempo y cuando debe rodar siempre está preparado”. [Sobre su experiencia al trabajar con Brad Pitt una tercera vez]
"¿En esta película?. No tengo una, es como preguntarme qué parte de mi piel me gusta más”. [Sobre su escena favorita]
El comentario
Con Benjamin Button, David Fincher demuestra su polivalencia como cineasta, implicándose en una historia distinta a los thrillers, de todo tipo, en los que había demostrado manejarse como pocos. La película nos ofrece un viaje fascinante, acompañando en su recorrido vital a este curioso Benjamin, cuyo reloj biológico parece ir al revés, pero cuyos sentimientos y experiencias son de lo más corrientes en el género humano. Técnicamente impecable, se le ha achacado su frialdad cuando más bien mereciera alabarse el sutil uso de las emociones y que no llegue nunca a abusar de sentimentalismos baratos. Algunas escenas, como la su apertura (la historia del reloj), la escena del atropello (y la teoría del caos) y su cierre (sobrecogedor), forman parte ya de la historia del cine. (Ananula)
Reconozco que en los meses previos al estreno de la película albergaba ciertas dudas sobre el proyecto, y sobre como encajaba en él David Fincher. Tras los primeros cinco minutos, la película ya me había atrapado. Nunca he sabido razonar todos los motivos que me han llevado a simplemente adorarla: una de las mejores actuaciones de Blanchett, un papel distinto a los que Pitt nos tenía acostumbrado, una banda sonora espectacular, etc. Me atrajo esa mezcla de efectos tan sobresalientes en una película tan clásica, esa fotografía tan cuidada y de una indudable belleza, y sobre todo el constatar que las etiquetas no iban con Fincher. La aproximación a la historia está planteada de tal manera que el resultado no es una historia de amor, ni es un drama. Es melancolía hecha fotogramas. (Rodasons)
Tus primas Ananula y Rodasons
Muchas Felicidades a las dos por todo vuestro impecable trabajo repasando todas las películas de Fincher.
En cuanto a ''El curioso caso de Benjamin Button'', en general me gustó bastante pero no la incluiría entre mis favoritas de Fincher, aunque me resulta realmente hermosa y muy melancólica, como apunta Rodasons. Blanchett está maravillosa.