Conexión Oscar 2025: Demi Moore y la revolución en una apretada categoría de mejor actriz
Querido Teo:
Unos Globos revitalizados y con buena salud han doblado la apuesta. Si ya teníamos muchas dudas en la categoría de mejor actriz las victorias de Fernanda Torres (“I’m still here”) y Demi Moore (“La sustancia”) no hacen más que confirmar que será toda una guerra poder hacerse con alguna de las cinco plazas para la categoría protagonista en los Oscar 2025. En este momento de la carrera hay 9 actrices con opciones reales y nos atrevemos a decir que sólo dos tienen el puesto más o menos asegurado. La posibilidad de sorpresas y omisiones resonantes están en el tapete y más en el momento justo en el que se va a producir las votaciones al Oscar (del 8 al 12 de enero). El 17 de enero saldremos finalmente de dudas y conoceremos la combinación ganadora de ese quinteto rompequinielas.
Mikey Madison (“Anora”)
Siempre ha tenido la plaza asegurada pero también sobre ella cae un hándicap que ya puede estar empezando a condicionarla una vez pasada la fase de las Asociaciones de Críticos. A sus 25 años muchos pueden pensar que el premio para Mikey Madison ya es la nominación, más teniendo en cuenta una carrera que todavía se encuentra en sus primeros pasos y que hasta ahora no había ido más allá de pequeños papeles en cintas como “Monstruo” (2018), “Érase una vez en… Hollywood” (2019), “Scream” (2022) y, sobre todo, la serie “Better things” (2016-2022).
Su Ani es uno de los personajes del año desde que se vio en el Festival de Cannes y sorprende la garra, desparpajo y energía con el que aborda un personaje más complejo de lo que parece que pasa de su carácter rebelde y contestatario a tener que asumir en un silencio paralizante el tiempo que ha vivido con ese joven heredero ruso entre las expectativas de una vida hedonista y sin preocupaciones y la decepción de lo que la vida le tiene destinado. La derrota en el Globo de Oro puede ser el principio del fin de sus opciones más cuando plazas como el SAG y el Bafta se antojan más complicadas para ganar a pesar de haberse convertido en la actriz más premiada de la crítica.
Demi Moore (“La sustancia”)
El auge “in crescendo” de “La sustancia” ha ido paso a paso de manera sostenida y orgánica superando todos los techos previstos. De una propuesta de género rompedora y no apta para todos los estómagos a ser, sin duda, una de las películas de la temporada y quizá la única de este curso (como vimos cuando Demi Moore y Margaret Qualley presentaron premio) que ha sabido integrarse en la cultura popular contemporánea. Un azote a la dictadura de la imagen que supone todo un revulsivo para un Hollywood que ha contribuido mucho a lo que denuncia la cinta y, sobre todo, la oportunidad de ofrecer uno de esos “comeback” que tanto gustan a la industria y al público como es el de Demi Moore.
El discurso de Demi Moore en los Globos de Oro tiene hechuras de ganadora tirando de empatía para que Hollywood se redima a favor de ella sabiendo conectar con ese público que le ha visto a lo largo de las décadas y que le vio tocar la gloria en la década de los 90 para quedar siempre destinada a un tipo de películas comerciales enfocadas para llevar a la gente a la sala o únicamente calentar al personal tirando de físico. Cuando los años fueron pasando Demi Moore perdió su lugar en la industria y ahora eso mismo es su principal baza. Primero por todo lo que tendría de disculpa de la misma (potenciando ese “american dream” en el que nunca hay que desfallecer por conseguir tus sueños) y segundo por reconocer, en el fondo, a un nombre que tanto en su auge como en caída es hijo de Hollywood. Los Globos de Oro han abierto el camino y premios como el Gremio de Actores (SAG) no pueden hacer más que reforzar una inercia imparable.
Marianne Jean-Baptiste (“Hard truths”)
Marianne Jean-Baptiste ha logrado que por 11ª ocasión una actriz protagonista haya ganado en las Asociaciones de Críticos de Nueva York, Los Angeles y la NSFC. Sólo una de ellas quedó fuera de los Oscar (Sally Hawkins por “Happy, un cuento sobre la felicidad”) pero da la sensación de que la actriz británica es la opción de crítica que siempre acaba entrando y que no necesita estar en los Globos y en el SAG para asentar su candidatura. Le bastaría con estar en unos Bafta que incluso se encuentra en buena posición para ganar por dar vida a una mujer de clase obrera arrollada por la vida y que ha creado una coraza de rabia y reproche frente a los demás bajo la que refugia su dolor.
A su favor tiene ser una antigua nominada al Oscar (“Secretos y mentiras” en 1997) y una de esas interpretaciones sólidas que cuando parece que van a ser monocordes o demasiado extremas terminan confluyendo en un acto de catarsis y redención que se hace con el espectador. Un nombre que no necesita más que su interpretación y el recorrido que lleva hasta la fecha (con la crítica habiéndola puesto en el mapa) para estar entre las nominadas sin necesidad del boato de pasearse por la alfombra roja.
Angelina Jolie (“María”)
Lo que podría haber sido el segundo Oscar para Angelina Jolie ha quedado prácticamente en agua de borrajas tras la ausencia en la “longlist” de los Bafta y la pérdida del Globo de Oro. Reflejar el ocaso de María Callas en uno de esos dramas íntimos y femeninos de Pablo Larraín era la puerta de entrada de nuevo a la arena de los premios para una actriz que ha probado los sinsabores del estrellato; es decir, estar más presente en los medios por temas extracinematográficos que por su carrera.
Angelina Jolie resuelve con solvencia el reto de encarar el declive de una artista que terminó recluida en su apartamento de París alejada de los escenarios, con el corazón roto y anhelando tiempos de gloria pasados. A pesar de que salió con buenas críticas del Festival de Venecia (donde no pudo hacerse con la Copa Volpi) es verdad que sus opciones no han hecho más que mermar ante el poco impacto que parece haber tenido tanto la película como un trabajo en el que para muchos siempre se ve a la actriz más que al personaje. Ahora ya más que pelear por una hipotética victoria lo hace por no perder una plaza que sí que consiguieron, en su día, Natalie Portman (“Jackie”) y Kristen Stewart (“Spencer”).
Nicole Kidman (“Babygirl”)
Nicole Kidman se ha aliado con la directora Halina Reijn en una cinta que con valentía, cogiendo el testigo de nombres como Paul Verhoeven o Adrian Lyne, cambia la perspectiva de lo habitual en este tipo de historias abandonando miradas libidinosas de directores hombres en el que es un juego de seducción y sumisión salpicado por los roles de género, el capitalismo, las relaciones laborales, la insatisfacción y la aspiración a seguir siendo joven frente a los estragos del tiempo.
A pocos se les escapa el estatus que ha logrado Nicole Kidman en la industria (actriz respetada y productora comprometida) habiendo acrecentado su actividad en los últimos tiempos. A sus 57 años se ha quitado prejuicios y tabúes para un papel que muy pocas podrían haber abordado. De momento ya ha conseguido la Copa Volpi del Festival de Venecia y, aunque fue la gran ausencia de los Critics’Choice, podría recuperar terreno perdido en el Gremio de Actores (SAG) y en los Bafta. En su contra la escasa campaña que está haciendo A24 con esta película teniendo en cuenta que Nicole Kidman es la única mención posible para la misma y que la Academia de Hollywood, en verdad, sólo le haya nominado en cinco ocasiones a pesar de que hubiera merecido muchas más.
Karla Sofía Gascón (“Emilia Pérez”)
Karla Sofía Gascón podría hacer historia siendo la primera actriz transexual en conseguir la candidatura. Uno de los personajes del año que abordó como una de esas oportunidades que sólo se dan una vez en la vida convenciendo a Jacques Audiard que era ella y no otra persona la que tenía que dar vida al personaje protagonista tanto antes como después de su transición de género. Eso le hace transmitir una garra y una verdad que, dentro de la mezcolanza de géneros que es la película, podría haber caído en el más sonrojante de los ridículos.
La sensación es que las confrontadas opiniones que está despertando la película (con muchos detractores en los sectores latinoamericanos) pueden ir en su contra, más cuando es una recién llegada para la industria de Hollywood (la realización de los Globos de Oro enfocaba más veces a Sofía Vergara que a ella misma) que podría sufrir la alta competencia de este año. Aunque de momento no se haya quedado fuera de ningún premio importante la pujanza de opciones como las de Demi Moore (“La sustancia”) o Fernanda Torres (“I’m still here”) van en su contra porque no todas caben.
Cynthia Erivo (“Wicked”)
Sin llegar al punto de “Barbie” (un fenómeno global que tiñó a las salas de rosa) es verdad que “Wicked” ha logrado ser todo un evento especialmente para el público anglosajón. Un musical que es todo un hito del género y sacramento para fans del mismo lo cual era todo un riesgo en su adaptación cinematográfica. Cynthia Erivo (junto a Ariana Grande) contribuye a que “Wicked” sea lo que es y que pocos duden de que, en este caso, sí que estamos ante uno de esos musicales cinematográficos que salen bien en su traslación a la pantalla. El viaje emocional de su personaje conmueve al espectador y se eleva por el trabajo de una actriz que borda no sólo la faceta interpretativa sino los requisitos vocales que exige un rol como Elphaba.
Cynthia Erivo se ha convertido en una habitual del cine y la televisión en los últimos años desde que hace una década brillara en Broadway con el revival del musical “El color púrpura” que le valió el Tony en 2016. Debutó en el cine dos años después y ya en 2020 consiguió una doble nominación al Oscar por el drama abolicionista “Harriet” en las categorías de actriz protagonista y canción. Una progresión que se refrenda con este éxito que muestra que todavía no ha tocado techo.
Fernanda Torres (“I’m still here”)
La sorpresa de Fernanda Torres en los Globos de Oro no es tanto por su victoria (estamos ante uno de los mejores trabajos del año) sino por haberlo logrado frente a nombres que pertenecen a la realeza de Hollywood. Un premio que dignifica a estos Globos de Oro revitalizados dejándose llevar por un emocionante relato sobre la vida íntima de una familia rota por la dictadura brasileña, y por mostrarnos el coraje de Eunice Paiva, quien en condiciones extremas tuvo que sacar adelante a sus cinco hijos, reinventar su vida y no rendirse en la búsqueda de justicia.
Fernanda Torres ha encontrado el reconocimiento cerrando un bonito círculo con su madre 25 años después ya que ya fue en su momento Walter Salles el director que llevó a Fernanda Montenegro a las puertas de la estatuilla con “Estación Central de Brasil”. Ahora es el momento para que Fernanda Torres pueda sumarse a ese selecto grupo de intérpretes que han podido conseguir la candidatura que sus padres consiguieron en el pasado.
Kate Winslet (“Lee”)
Aunque sea la opción más rezagada ha logrado imponerse a otros nombres como Amy Adams (“Nightbitch”), Tilda Swinton (“La habitación de al lado”) o Pamela Anderson ("The last showgirl") a la hora de ser tenida también en cuenta como una posibilidad ante el peso que tiene la industria. Su presencia en los Globos de Oro y en la “longlist” de los Bafta podría redondearse con la del Gremio de Actores (SAG) lo cual todavía apretaría más una carrera imprevisible de la que es difícil encontrar la combinación exacta que determine cuál será el quinteto definitivo.
Nunca hay que apostar en contra de un nombre como Kate Winslet y más si interpreta en una producción academicista a una fotoperiodista real, Lee Miller, que dejó una carrera exitosa como modelo de portada de Vogue en el Nueva York de finales de la década de los 20 para después viajar a París y aprender el oficio detrás de la cámara retratando la II Guerra Mundial desde el campo de batalla mostrando al mundo las vergüenzas del Tercer Reich.
Nacho Gonzalo
Sería tan guay volver a ver a Kate Winslet entre las nominadas al Óscar a mejor actriz protagonista después de 16 años...
Aparte de Madison, ¿Cuál es la otra que consideráis fija?