"Las hijas del califato"
La web oficial.
El argumento: Impulsada por la promesa de una nueva vida, Jessica, una joven francesa, viaja a Siria para unirse al Daesh. En la ciudad de Raqa, es acogida en una casa donde mujeres de todo el mundo esperan convertirse en esposas de los combatientes. Pronto, Jessica se gana la confianza de Madame, la carismática y temida directora del centro, quien ejerce una fascinante y peligrosa influencia sobre ella. Esta relación, marcada por la sumisión y el control, empuja a Jessica más allá de sus propios límites, enfrentándola a una realidad cada vez más oscura.
Conviene ver: “Las hijas del califato” sirve para poner el foco en esas miles de mujeres que, embaucadas por un mensaje fanático, emprenden un viaje desde la Europa de las oportunidades a sus raíces para introducirse en la espiral de la que sus padres intentaron escapar. La vertiente psicológica que hay detrás de la historia una joven francesa desarraigada que acaba siendo tutelada por la responsable del centro de reclutamiento en el que todas esas mujeres esperan convertirse en las esposas de los combatientes del ISIS durante la ocupación llevada a cabo por los mismos en Siria. Un entorno opresivo que sustenta un trabajo duro y sólido que explora la vulnerabilidad que lleva a esa sumisión y explotación que conforma un agujero negro del que es muy difícil escapar. Un trabajo impecable que huye de efectismos y que pretende adentrarse en lo que lleva a jóvenes de países con valores democráticos y sustentados en el bienestar a cambiar de vida tirando por tierra los derechos humanos sufriendo el recorte de libertades y la esclavitud sexual; tal es el caso de una Jessica que de Francia viaja a Siria pasando de la inocencia, la ilusión y la esperanza a la frustración, la indignación y la sed de venganza, esperanza y la ilusión. Un trabajo que siendo accesible y didáctico funciona tanto en la intriga como en la denuncia abordando con aplomo por la directora y elevado por el trabajo interpretativo de Megan Northam y Lubna Azabal, ambas víctimas cada una a su manera de la perversión del fanatismo patriarcal y religioso.
Conviene saber: Ópera prima de Mareike Engelhardt.
La crítica le da un SEIS