Conexión Oscar 2011: “El discurso del rey”, la emoción ganó a la actualidad

Querido Teo:

"El discurso del rey" es uno de esos proyectos con historia. Uno de esos cuentos que no parecen reales pero que también ocurren en ocasiones. Tom Hooper acaba de triunfar en los Oscar y ha logrado con su segunda película aunar tanto a crítica, público como industria. Sobre todo estos dos últimos factores. Ha tenido la capacidad de conectar a través de la emoción, sentimiento que ha marcado el proyecto desde el primer momento. Queda muy lejos cuando hace más de 20 años que el veterano guionista de la BBC, David Seidler, se quedó prendado de la poca conocida historia de la tartamudez del rey Jorge VI de Inglaterra y sus intentos de superación. Precisamente, circunstancia que él mismo padeció en su juventud. Trabajó en este proyecto con el asesoramiento de la Reina Madre y esta le hizo prometer que no lo llevaría a cabo hasta su muerte. Lo que Seidler no podía imaginar es que la espera fuera tan larga, llegando esta a centenaria. Tras su muerte, decidió retomar este proyecto. Precisamente, se convirtió en el primero en llevar a cabo él solo después de haberse divorciado de su mujer y colaboradora. Gracias al empeño de Geoffrey Rush como productor el proyecto fue cobrando forma.

Colin Firth no fue el primer actor pensado para el papel. Hugh Grant y Paul Bettany rechazaron el proyecto que podría haber significado para ellos una gran gloria profesional. Firth acometió el proyecto y Rush se reservó el papel del logopeda Lionel Logue. Tom Hooper llegó a la cinta poco después de haber terminado su infravalorada “The damned united”, su primer largometraje estrenado como tal en cines tras una primera experiencia que saltó directamente al mercado del DVD. Pero donde Tom Hooper comenzó a hacerse un hueco fue en el mundo de la televisión con producciones como “Longford”, “Elizabeth I” o “John Adams”. La fama que ha tenido siempre Hooper es la del cuidado de la ambientación y la de dejar hacer a sus actores. En todos sus proyectos ha contado con gente de gran altura que han elevado sin duda el valor audiovisual de su obra.

El director de la película, Tom Hooper, ha opinado que "El discurso del rey" habla de la superación, de la forma en las personas nos enfrentamos a nuestros problemas particulares, los miedos que nos crean, y la forma en que intentamos superarlos. El Rey de la película necesita superar su tartamudez para guiar a su pueblo a la victoria en una cruenta guerra.  Un mensaje que todos estamos dispuestos a aplaudir.

Tom Hooper es un director atípico para ganar un Oscar y los acontecimientos le han llevado a ello más que por méritos propios por ser el artífice de una película que logrado conectar con el público a través de su mensaje. Sólo hay que ver, más allá de cualquier premio, la excelente carrera en recaudación que la película ha tenido en nuestro país. Si “Que verde era mi valle” ganó el premio a la mejor película en 1941 frente al “Ciudadano Kane” de Orson Welles, poco han cambiando las cosas en esta edición siete décadas después. La Academia ha vuelto a sus orígenes emocionales y empáticos después de haber premiado a cuatro ganadoras tan desesperanzadoras como “Infiltrados”, “No es país para viejos”, “Slumdog millionaire” y “En tierra hostil”, películas de perfil bajo y con valores más críticos y reflexivos que humanistas y digeribles. Ha sido Harvey Weinstein el encargado de reconducir esta situación hacia ese cine de los sentimientos que ha producido, en algunas ocasiones, que ganaran películas que, con el paso del tiempo han perdido prestigio y calidad, frente a otras que se han erigido como auténticos clásicos. Seguramente ocurrirá lo mismo que hace siete décadas. Quizás “La red social” perdure más en el tiempo y muchos se pregunten como no ganó el Oscar en su día. Será simplemente porque “El discurso del rey” ha sido la película que ha sabido conectar a día de hoy y la que ha sabido ofrecer el mensaje que el público quería y anhelaba en la era que nos ha tocado vivir. Una película sobre un hombre atormentado que aprende a hablar. Pero también se trata de un rey que mueve a una nación con palabras bonitas que hoy poco pueden hacer para levantar a un país en crisis. Algo claramente ilusorio pero tan deseable que es difícil resistirse a él.

Nacho Gonzalo (Coronado)