"Emilia Pérez"
La web oficial.
El argumento: Sobrecualificada e infravalorada, Rita es una abogada de un gran bufete que un día recibe una oferta inesperada: ayudar al temido jefe de un cartel a retirarse de su negocio y desaparecer para siempre convirtiéndose en la mujer que él siempre ha soñado ser.
Conviene ver: “Emilia Pérez” es uno de los títulos del año y una de las apuestas más fuertes para la temporada de premios. “Emilia Pérez” es un musical que reivindica las raíces latinas (especialmente las mexicanas) pero que parte de Francia y de sus claroscuros aunando el culebrón, el melodrama y el thriller en un ejercicio vigoroso y único lleno de vitalidad y espíritu combativo con recursos estilísticos encomiables siendo capaz de aunar el proceso de transexualidad con el de la redención.
Autoconsciente, libre y sin miedo al ridículo y a encontrar respaldo en sus imperfecciones en una locura fílmica que se transforma en alegato de sororidad frente a la violencia de género que ofrece una primera hora y media plástica y vertiginosa abrazando el thriller de acción y musical vanguardista para después abrazar con no tanto acierto el culebrón pero conformando un título ocurrente, imaginativo y genuino que muta en todo momento conformando un musical visual y estiloso lleno de fuerza que supera las dos horas pero que no se hace pesado y que, aún con los riesgos adoptados, sale más que triunfador de un material que parte del libro “Écoute” de Boris Razón y que ha terminado teniendo alma de melodrama operístico haciendo brotar la feminidad y la bondad que reside en un hombre escondido que ha basado su éxito y sus valores en un mundo cruel y violento.
Jacques Audiard nunca ha tenido miedo a explorar géneros, del drama carcelario al western, siempre sorprendiendo y ofreciendo un cine que, mejor o peor, siempre vale la pena. Parece volver a ser el caso de una de esas películas que sorprenden, que dan que hablar y que desmontan tópicos siendo capaz de encontrar su propia voz aunque ya todo parezca trillado. Una tragedia sociopolítica y operística en la que hay comedia, tragedia y sobre todo vida frente a un mundo de machismo, corrupción y violencia entre drogas, traiciones, sangres y fosas comunes.
Zoe Saldaña encuentra el papel de su vida como una abogada hastiada de todo el sistema que le rodea, agobiada e infravalorada por sus jefes, que se alía con un violento narco, Manitas, casado, padre de familia, y acostumbrado a sembrar el terror, pero que encuentra en su identidad su condena y su insatisfacción decidiendo desaparecer, aunque sea dejándolo todo atrás, e iniciar un camino hacia ser la Emilia Pérez del título en una transición tanto física como moral que le hará no sólo encontrar la felicidad sino también la erradicación de su vileza a través de una fundación para contribuir a buscar a los desaparecidos e incluso a encontrar, de verdad, el amor frente a un mundo que no pretende cambiar pero en el que ella puede contribuir en parte a reparar el daño ocasionado.
La huida de un mundo sin esperanza cuya alma y expresión son los pegadizos números musicales de esencia atonal, que conforman el universo sonoro de la propuesta y que hubiera hecho las delicias de Stephen Sondheim, compuestos por la cantante francesa Camille y el compositor Clément Ducol, alternando estilos, idiomas y sin escatimar extras y bailarines, los cuales no son un subrayado innecesario o caprichoso sino que ayudan a dar sentido y razón de ser a esta cinta en la que incluso sobrevuela la referencia de Almodóvar pero también de Jacques Demy, Lars Von Trier o Leos Carax y en la que, además de una Zoe Saldaña que aborda un papel de gran fisicidad que destila nervio, electricidad y determinación, destaca el trabajo de la española afincada en México Karla Sofía Gascón (el alma de la cinta), Selena Gómez (más que airosa del personaje más heredero del culebrón) y Adriana Paz (conmovedora y llena de fuerza a pesar de ser un papel pequeño). Unas actrices que por sí solas funcionan pero que interactuando entre ellas son pura dinamita en un ejercicio explosivo casi kamikaze tan transgresor y reivindicativo como efectivo y fascinante.
“Emilia Pérez” es un ejercicio valiente que es capaz de superar cierta superficialidad artificiosa y transitar por una línea entre lo genuino y lo ridículo (ojito al número de la vaginoplastia) para imponerse en un viaje de liberación más que de dolor sobre unos convencionalismos castradores y sobre un México comatoso lleno de desaparecidos. Audiard parte de su curiosidad y aprovecha su talento para reinventar, explorar nuevas perspectivas y crear un musical con fuerza, energía, denuncia y pertinencia sabiendo volar alto, caer de pie y ofrecer un viaje atractivo y fascinante que no se olvida de lo lúdico para un espectador necesitado de nuevos estímulos y propuestas sugerentes que, sin esconder sus referentes, saben encontrar su propia voz asentando la figura de un realizador valiente e imprescindible capaz de entretener, emocionar, remover y concienciar a través de un viaje en forma de huida pero también impagable viaje de redención que supone un alegato brillante y apabullante sobre ser dueño o no de la vida de uno mismo aunque el alcanzarlo implique también pagar un precio demasiado alto.
Conviene saber: Premio del Jurado y mejores actrices en el Festival de Cannes 2024, finalista en el Festival de Toronto 2024, vista en certámenes como Telluride, San Sebastián y Nueva York, representante de Francia en los Oscar 2025 y 4 nominaciones en los premios del cine europeo 2024.
La crítica le da un OCHO
Película rompedora e interesante! No tengo muy claro que llegué al 8, pero sin duda alguna es sorprendente y que merece la pena verse.