"La cocina"
La web oficial.
El argumento: Es la hora punta del almuerzo en The Grill, una trampa para turistas de Nueva York que atiende a miles de clientes un viernes normal como hoy. Ha desaparecido dinero de la caja y todos los trabajadores están siendo interrogados. La mayoría de ellos son inmigrantes ilegales y luchan por defender su trabajo, el único lugar que les corresponde en el mundo, mientras preparan un sinfín de platos, tratando de seguir el ritmo del flujo constante de pedidos que llegan del comedor. Uno de los cocineros es Pedro, un joven mexicano que busca en la vida algo más que este trabajo. Es un soñador que está enamorado de Julia, una camarera estadounidense que no puede comprometerse en una relación con un extranjero indocumentado. Rashid, el dueño de The Grill, ha prometido ayudar a Pedro con sus papeles. Pero cuando Pedro es acusado de robar el dinero se precipita hacia un acto que detendrá la cadena de producción en la cocina de una vez por todas. Basada en la aclamada obra teatral de Arnold Wesker.
Conviene ver: “La cocina” es el nuevo trabajo del director Alonso Ruizpalacios en una cinta ambientada en Nueva York centrada en el grupo de personas que forman parte de una cocina compuesta por emigrantes mexicanos lo que servirá para hablar del contraste cultural, el desarraigo, la emigración y la pasión por el oficio. Una acción que habla de la emigración pero no del viaje sino de los sueños, cumplidos o no, y el precio que puede suponer el intentarlos. La acción parte de Ellis Island y transcurre en un restaurante neoyorquino situado en Manhattan, The Grill, muy frecuentado por los turistas, en el que ha desaparecido dinero de la caja lo que lleva a sus trabajadores, en su mayoría ilegales, a ser interrogados. Uno de los empleados es Pedro (Raúl Briones), un mexicano que no ha regularizado su situación en los Estados Unidos, que se ha enamorado de una camarera estadounidense (Rooney Mara) y que se convierte en el principal acusado del robo. Ruizpalacios no logra imponer el valor de su interesante premisa por una crítica social que se va desvaneciendo engullida por esa detallista imagen en blanco y negro que no es más que un postureo formal. Es interesante su reflexión sobre la deshumanización del trabajo, cuyas rutinas van aplastando paulatinamente el alma y ahogando la esperanza, así como el hecho de que el prejuicio y el racismo destroza cualquier esfuerzo personal, pero da la impresión de que a Ruizpalacios le interesan poco sus personajes, abandonados a su suerte por la injusticia de un sistema amoral, y está más enfocado en experimentar con los trucos visuales de su fotografía con planos ralentizados y largos planos secuencia funcionando más por partes que en conjunto no ayudando diálogos ampulosos y vacíos y una sensación de dar vueltas sobre sí misma sin llegar a ninguna parte. Dos horas y veinte que terminan agotando ante su intensidad en un lugar estresante, impersonal e individualista que funciona como una olla a presión y en la que existe una crítica a las condiciones de explotación del sistema capitalista, especialmente hacia los que vienen de fuera, así como un clasismo y un machismo más que evidente en las dinámicas que se forman en esa cocina, pero que queda engullida por sus pretensiones de autor.
Conviene saber: A competición en el Festival de Berlín 2024.
La crítica le da un SEIS