"Alumbramiento"
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El argumento: España, 1982. Marisa decide llevar a su hija a Madrid con el fin de dar solución a un embarazo no deseado. Lucía termina ingresando en Peñagrande, un reformatorio para adolescentes embarazadas. Allí forjará una fuerte amistad con sus compañeras y descubrirá que se le quiere arrebatar aquello que todavía no tiene: su propio hijo.
Conviene ver: “Alumbramiento” nos lleva al Madrid de 1982 en la que una joven ingresa en un reformatorio para chicas embarazadas explorando con austeridad y un tono sombrío algunas de las sombras de épocas no tan pasadas denunciando desde una perspectiva joven y reivindicativa los episodios de tráfico de bebés. Un trabajo de investigación que partió de amplia documentación y entrevistas llevada a cabo por el director y su coguionista durante una década y que sigue los pasos del documental “El silencio de otros” (2018), el cual abordaba el tema exponiendo todo el dolor enterrado, y que hasta hace pocos años era algo oculto y desconocido hasta que encontró rodillo mediático. Unas prácticas que se desarrollaban en centros amparados por el régimen franquista (tal fue el caso del de Peñagrande en el que se desarrolla la película y que fue uno de los reformatorios instaurados por el llamado Patronato de la Mujer) y cuya inercia continuó años después aprovechándose de la desesperación de las mismas que, en muchas ocasiones, eran abandonadas por sus propias familias al ser vistas como una vergüenza, y de un carácter voluble al ser menores que no sabían cómo abordar esa situación no deseada y que, en el peor de los casos, incluso había sido forzada. Retazos de diversas historias que dan sustento a la película para denunciar y también rendir tributo a esas mujeres que eran usurpadas contra su voluntad de lo que era suyo sin capacidad de decir en una sociedad machista que las condenó por no seguir la moral de la época y, sobre todo, por ser mujeres pobres que no importaban a nadie. Un trabajo ágil y sólido, modesto e irregular pero con claridad de ideas en su mensaje y pulso en su ejecución, impreso de una desolación continua ante la soledad y el arrinconamiento sufrido por estas jóvenes que años después buscan algo de reparo y justicia y que tan bien personifica la Lucía de Sofía Milán como el rostro de una de tantas víctimas a las que el Estado decía proteger para después esconderlas y aprovecharse de ellas y cuyas historias encuentran la luz, la fuerza y la dignidad gracias a trabajos como éste que acercan episodios oscuros de nuestra historia reciente que no fueron contados como se debía más preocupados de alabar modélicos cambios de sistema sin explorar sus vergüenzas para que, al menos, en el futuro se pueda tener una visión completa de la historia.
Conviene saber: La cinta está dirigida por Pau Teixidor.
La crítica le da un SEIS