"Justicia para Sohee"

"Justicia para Sohee"

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La web oficial.

El argumento: Kim Sohee, una estudiante luchadora, entra en un call center de un importante operador de internet para sus prácticas de fin de estudios. En pocos meses, su ánimo decae bajo el peso de unas condiciones de trabajo degradantes y unos objetivos cada vez más difíciles que la llevan hasta la muerte. Una serie de sucesos sospechosos en la empresa llaman la atención de las autoridades locales. La detective Yoo-jin, encargada de la investigación, queda profundamente conmocionada por lo que descubre. Sola, cuestiona a todo el sistema.

Conviene ver: “Justicia para Sohee” es una película surcoreana que se adentra de manera tan dura como certera en la explotación laboral y en las consecuencias que tiene para una juventud como la de Corea del Sur que experimenta una alta tasa de suicidios achacándose a temas como la alta competitividad desde la escuela y el trato vejatorio en una rueda laboral que amilana cualquier tipo de talento, competitividad y pasión exprimiendo al máximo la rentabilidad del negocio a toda costa pasando por encima sin ningún escrúpulo de la estabilidad emocional y mental de las personas que forman parte de esa cadena de montaje que no diferencia mucho el sistema de trabajo al de las condiciones leoninas de las fábricas antes de que surgieran las reivindicaciones laborales. Es el caso de Sohee (Kim Si-eun), una joven brillante en los estudios y de ánimo feliz, apasionada del baile compartiendo afición con un amigo, que tiene la oportunidad de hacer prácticas en el call center de una poderosa empresa de internet hasta que se encuentra una realidad en la que tiene que sufrir la presión de los jefes que consideran que el rendimiento nunca está a la altura, la competencia con los compañeros y los insultos de los clientes no satisfechos con el servicio. Una chica que, en vez de ser formada y motivada, no sólo verá como (por muy bien que lo haga) no puede acceder a incentivos por el hecho de estar en prácticas sino que su función es disuadir a los clientes (la mayor parte de las veces ya indignados) de que cancelen el servicio que tienen contratado con la empresa. Una situación que minará la estabilidad y el futuro de una joven, estudiante prometedora, que no será capaz de hacer transmitir a los demás (ni que ellos se percaten) de las consecuencias que puede tener una espiral en la que sólo vales si das beneficios y pones la otra mejilla como un trabajador diligente, sumiso y está dispuesto a hacer horas extras para adelantar trabajo. Un sistema laboral no como vía para desarrollar el talento y generar valor añadido sino como una red en el que uno no es más que un peón más del tablero sustituible al que exprimir hasta la última gota sin ninguna contemplación porque lo que importa es encabezar el ranking de rendimiento cueste lo que cueste. El objetivo por encima del aprendizaje. El rendimiento por delante de cualquier bienestar personal. Una estupenda pieza cinematográfica que con sobriedad no sólo denuncia el mal de una sociedad competitiva y que lleva la cultura del esfuerzo a niveles tiránicos sino que explora temas como la soledad y la salud mental a través de la experiencia y el viaje emocional de sus protagonistas en un capitalismo que no tendrá problemas en dejarte de lado cuando dejes de ser provechoso.

Un trabajo en el que todo son números, explotación y desprecio, a parte de indiferencia individualista entre compañeros, y que parte de una historia real que acabó con la muerte de la joven derivando la película hábilmente en el prisma de una detective (Bae Doona) que, mientras investiga los hechos, destapará (no sin dificultades ya que al poder no le interesa hacer aflorar la verdad) un sistema podrido y cruel, oscurantista y deshumanizado, obsesionado por el resultado, cambiante en sus condiciones de trabajo, y que condena la falta de éxito culpabilizando a aquellos que se salen de lo marcado y no siguen ese ritmo, buscando que la muerte de Sohee no caiga en saco roto como símbolo de tantas personas que sufren condiciones similares tirando de contratos precarios, trabajo abusivo y malos modos. A pesar de su duración algo injustificada, la cinta se toma su tiempo para mostrar esa vida de Sohee y su sutil pero progresivo derrumbe psicológico, la cinta acierta en su lucidez, en su realismo pausado y en el planteamiento de la denuncia a través de dos partes; la del punto de vista de Sohee como estudiante ilusionada y determinada que ve frustrados sus verdaderos sueños, apagándose la llama de su tenacidad y proactividad, pasando por situaciones como el abatimiento, la indignación, la resignación y la ira, y la de la policía que desearía poder haber dado pasos atrás interpretando los símbolos que podían asemejarse a un grito de ayuda aunque, en el fondo, ninguno quiera ahondar en su sentimiento de culpa con unos padres que se desmoronan en la sala de reconocimiento del cuerpo de su hija por no haber estado más pendientes de lo que le pasaba a ésta y ni siquiera ser conocedores de la que era su gran afición, una amiga más preocupada de sus seguidores en redes sociales que de lo que sienten las personas que tiene cerca, un amigo incapaz de quedar con ella ante sus jornadas leoninas en la fábrica o un tutor que la presiona con dureza a no abandonar sus prácticas para no afectar a los ratings de inserción laboral de un colegio acomplejado plegado a la empresa de turno aunque sea conocedor de que sus prácticas no son las más edificantes. Una dualidad entre esa joven que tiene que seguir la rueda de hámster del sistema laboral y una policía que es presionada por sus jefes para que no meta demasiados las narices en el caso de esta chica que podría hacer salir a la luz las prácticas de una de las empresas más importantes del país. Una mirada descarnada a un sistema laboral sin garantías, hipócrita y cruel, contagiando la desolación y frustración que desprende, contando con estudiantes como mano de obra barata y que destruye a las personas acrecentado sus vulnerabilidades en un drama social elegante, sensible, pertinente e intenso emocionalmente, desde la sutilidad más que desde el efectismo, que deriva en una intriga policial que se adentra en las oscuridades de un capitalismo feroz que sustenta a una sociedad avanzada e individualista que no parece tener ningún atisbo de humanidad más allá de cumplir el objetivo y que sólo reacciona ante la tragedia y cuando ya es demasiado tarde.

Conviene saber: La cinta está dirigida y escrita por July Jung y participó en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2022.

La crítica le da un SIETE

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