"Stella. Víctima y culpable"
La web oficial.
El argumento: Stella crece en Berlín durante el gobierno del régimen nazi. Sueña con una carrera como cantante de jazz, a pesar de todas las medidas represivas que la obligan a esconderse con sus padres en 1944, su vida se convierte en una tragedia culpable.
Conviene ver: “Stella. Víctima y culpable” es un drama histórico de corte clasicista que plantea un dilema moral en tiempos de guerra cuando una cantante de jazz de carrera prometedora tiene que elegir entre su futuro profesional y su dignidad cuando ve una vía para proteger tanto a ella como a los suyos incurriendo en la delación de cientos de judíos en los años más cruentos del régimen nazi en el Berlín de 1940. Una joven hedonista que disfruta de la vida con sus amigos y que intenta vivir al margen de la guerra soñando con actuar en el Cotton Club, y aprovechándose de que su aspecto no le hace parecer judía y de una frivolidad ignorante, hasta que se ve obligada a tomar partido cuando es arrestada por la Gestapo y es amenazada por su condición de judía a subirse a un tren hacia Auschwitz junto a sus padres sino colabora con los nazis. Es la historia real de la vitalista, ambigua y compleja Stella Goldschlag, víctima del sistema que fomentó su faceta de delatora aprovechándose de su red de contactos primando más el interés de ella en nombre los suyos que el de aquellos que enviaba a los campos de concentración aunque fueran incluso amigos o conocidos primero echando mano de su carácter seductor y después de su vena colaboracionista sin escrúpulos. Paula Beer está estupenda, como es habitual, cautivadora y con una amplia gama de matices, desde su jovialidad despreocupada inicial a escenas como la del interrogatorio tras una brutal paliza, manejando las numerosas contradicciones de su Stella a la que es fácil juzgar en los tiempos actuales sin estar en su piel a la hora de plantearse sus cuestionamientos y principios en la que para muchos todo era una descorazonadora huida hacia adelante buscando sobrevivir aunque fuera para ello tener que bailar el son de los que mandaban y que ya habían logrado convertir a los ciudadanos de Berlín en meros autómatas empujados por las circunstancias. Una puesta en escena sobria y medida en una cinta algo fragmentada y dispersa formal y narrativamente, entre aventuras amorosas, falsas lealtades complots y bombardeos que iluminan con banalidad desenfrenada el patetismo moral de los que consideran un mal menor ser vistos como traidores mientras no se vea resentido su estatus o protección. Todo con el peligro siempre acechante de que ese "veneno rubio" sea subida a ese tren, pretendiendo contar demasiado y precisamente por ello siendo demasiado superficial en algunos aspectos, pero manteniendo gracias a un ritmo en el que siempre están pasando cosas, el trabajo de su protagonista, en su viaje hacia los avernos morales más recónditos hacia una fría insensibilidad que nunca le llevó a mostrar arrepentimiento, y el contexto histórico en el que se ambienta no pretendiendo justificar sus actos, tampoco remidiéndolos, pero sí ayudándonos a entender lo que llevaron a ellos y que le llevarían a ser repudiada por su pueblo buscando encontrar cuando se mira al espejo un lugar en el mundo avivado por el éxito (aunque sea como delatora) y una complaciente sonrisa de aprobación como pasaporte a la fama (aunque fuera en forma de juicio mediático) que lo que terminará reflejando, aunque no se resigne a verlo de esa manera, es a un fantasma deshumanizado más culpable que víctima del tiempo que le tocó vivir en el que su energía y valentía derivó en pragmatismo interesado engullendo cualquier tipo de ideales o dignidad aunque, viendo que nunca fue condenada y llegó a anciana, se puede decir que al final Stella, con cierto orgullo de suficiencia por haber sido capaz de sobrevivir, se salió con la suya aunque lo único conseguido fuera soledad y remordimientos incluso reflejada en unas canciones de jazz que, con el paso del tiempo y habiendo sido testigo de lo acontecido, ya no suenan igual que en sus años idealistas de juventud por haber sido arrolladas por la desolación y la amargura.
Conviene saber: La cinta está dirigida por Kilian Riedhof.
La crítica le da un SEIS