"Secretos de un escándalo"
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La web oficial.
El argumento: Veinte años después de que el mediático romance entre Gracie Atherton-Yu y su joven marido Joe escandalizara al país, con sus hijos a punto de graduarse en el instituto, se va a rodar una película sobre su historia. La actriz Elizabeth Berry pasará un tiempo con la familia para intentar entender mejor a Gracie, a la que va a interpretar, provocando que la dinámica familiar se deshaga bajo la presión de la mirada exterior.
Conviene ver: "Secretos de un escándalo" es la nueva cinta de Todd Haynes que cuenta con el reclamo de dos actrices como Julianne Moore y Natalie Portman partiendo del caso real de Mary Kay Letourneau, profesora que estaba casada y que tenía ya tres hijos manteniendo una relación con uno de sus alumnos de 13 años, americano de origen coreano. Portman interpreta a una actriz de 36 años que se traslada a Savannah (Georgia) para preparar el personaje de esa mujer de 50 años que tiempo atrás tuvo una relación polémica con un menor de edad (y que ahora tiene 36) tras un encuentro tórrido en una tienda de animales y con el que terminaría formando una familia tras ser protagonista de los medios amarillistas.
La película deja ese pasado atrás y se centra en el presente de lo que es una relación asentada pero marcada por ese hecho lleno de morbo, peajes, incomprensión y perversión de los códigos morales. Un juego de espejos que ha sido calificado en su mayoría como "camp" por una crítica que por lo general ha entrado en el fondo de una propuesta de perfil bajo que le hace entroncar con el culebrón de sobremesa debido a una realización desganada y poco inspirada, un guión mucho menos ingenioso y relevante de lo que pretende y sustentado todo al trabajo actoral de sus dos estrellas emergiendo también Charles Melton (salido de la serie "Riverdale") que, indudablemente, acaba entrando en el triángulo de esa relación que termina bordeando lo obsesivo y lo enfermizo con la excusa de que esta actriz tiene que meterse concienzudamente en el papel lo que por momentos lleva a que se crucen ciertas líneas partiendo de esa transgresión entre rocambolesca y polémica.
"Secretos de un escándalo" es cursi, pedante y "kitsch" quitándole toda la solemnidad al "Persona" (1966) de Ingmar Bergman y añadiéndole insatisfacción reinante en una familia más disfuncional de lo que se cree, compuesta por personajes complejos y en conflicto, cuyos cimientos parten de una transgresión y que ha estado en permanente huida hacia adelante, atrincherándose en su rutina al margen del resto, con los sentimientos dispersándose y que ahora se encuentran en un momento de vacío no sólo por cómo la irrupción de esa actriz en sus vidas les hace quitarse sus máscaras y las vendas de los ojos sino también por la inminente marcha de los hijos de la pareja a punto de graduarse. Una apariencia idealizada, en esa casa con jardín frente al muelle y orugas que se convierten en mariposas, que no lo es tal como demuestran ataques de ira, llanto y sobre todo muchos sentimientos de verdad que se guardan bajo la alfombra y en los que pesa mucho más los peajes llevados a cabo y cómo se es analizado y enjuiciado por una sociedad, más al haber sido una mujer la que rompe las normas, que se mueve en límites morales en su intento de convivencia poniendo el foco en cómo se han traspasado más allá de esa idílica fachada de amor libre, bonhomía, satisfacción y felicidad.
Eso lleva a que afloren traumas infantiles, incomprensiones y soledades perennes, personalidades manipuladoras, la perversión de los roles de género en su relación con el poder, crisis de madurez y el idealismo de un amor romántico ilusorio e inalcanzable auspiciado por el deseo. Una pena que de la película sólo se recuerden unas pocas escenas, especialmente la de Natalie Portman intentando imitar a su compañera de reparto o aquella en la que tiene que leer la carta que le ha escrito el marido del personaje de Moore, y que se deje por el camino la mala leche por la que tendría que haberse volcado decididamente y que sólo se intuye en la primera escena cuando Moore descubre que en la nevera no hay suficientes perritos calientes sobre una música tenebrosa.
Precisamente descoloca el uso machacón y teatralizado que Carter Burwell hace de la música de Michel Legrand para "El mensajero" más paródico y estruendoso que justificado. Es verdad que Todd Haynes tiene todo el derecho a hacer un cine más ligero y pretendidamente juguetón pero este juego psicológico y perturbador peca de esquemático y de poco inspirado para un director de su talla. Aun así es un capítulo más de una filmografía imprescindible en las últimas décadas sobre un director que ha dejado su impronta y que ha sabido aunar clasicismo y elegancia pero también explorar a través de sus personajes el yugo de las convenciones sociales y las contradicciones a las que éstos se enfrentan generando tras su visionado más preguntas que respuestas sobre los mismos.
Conviene saber: A competición en el Festival de Cannes 2023, inauguración en el Festival de Nueva York 2023, en las Perlas del Festival de San Sebastián 2023 y nominada al Oscar 2024 al mejor guión original.
La crítica le da un CINCO
