"El sueño de la sultana"
La web oficial.
El argumento: “El sueño de la sultana” es un relato feminista indio escrito en 1905 por Begum Rokeya Hussein. Inés es una directora de animación española de 30 años que se encuentra en Ahmedabad para romper con su amante indio. Casualmente entra en una librería donde descubre esta novela en la que se narra un país imaginario gobernado por mujeres. Fascinada por la historia y la actitud transgresora de la autora, Inés decide hacer una película.
No conviene ver: “El sueño de la sultana” es una película que supone el debut en el largometraje de la cortometrajista Isabel Herguera presentándonos una apuesta animada preciosista de ambientación exótica y reivindicación feminista. Un poema en forma de alegato que constituye un relato a partir de la novela escrita en 1905 por Begum Rokeya Hussein y que sirve de inspiración para la protagonista de la cinta, Inés, una joven de 30 años que se encuentra en Ahmedabad para romper con su amante indio y que al encontrarse con ese libro de tapas rojas decide hacer una película sobre ello. Inés es una alter-ego de la directora que encontró ese libro en una galería de arte de Nueva Delhi y que fantasea con un lugar en el que no exista el miedo por ser mujer y éstas puedan vengarse de los hombres por el patriarcado de tantas generaciones excluyéndolos de esa tierra.
86 minutos de un trabajo inmersivo en acuarela que no necesita de alta tecnología para hacer calar su mensaje aunque su derroche visual y estético quede por encima de una narración irregular que no termina de estar engrasada pasando de la denuncia a la ensoñación e introduciendo personajes y situaciones sin orden ni concierto en el viaje de esta joven con su mochila a la espalda y con muchas inquietudes artísticas y filosóficas.
Un trabajo correcto y bienintencionado que vuela bajo y que sólo parece sugerir algo cuando se deja llevar más por sus imágenes que por las palabras perdiéndose en reflexiones demasiado literarias y condescendientes no sin cierta superioridad moral en la que una voz en off persistente y el salto de subtramas y escenarios desconcierta y no transmite nada más allá de una metáfora superficial.
Una pena que su discurso simplista, subrayado y con exceso didáctico haga que la cinta encalle al haber más de impostura que de contundencia dejándose llevar por esa mirada utópica de la fascinación que provoca en la protagonista un libro sobre un país comandado por mujeres. Una reversión de lo que ha sido tradición de manera histórica para precisamente poner el foco en las consecuencias de esas desigualdades que, hasta ahora, han sido ocultadas, permitidas y consentidas por la sociedad patriarcal.
Un punto de vista entendible pero ciertamente oportunista y más sostenido en el postureo y en el ensalzamiento de la necesidad de soñar y de tomar las riendas de la vida de uno en pro de la inspiración y el arte tal y como el artista Paul B. Preciado recomienda (de manera bastante condescendiente) a una Inés que se nos presenta demasiado inocente, utópica, dispersa y anodina para que su viaje de revelación acabe interesándonos más allá de parecernos caprichos rebeldes de una pija con ínfulas que se deja llevar por lo que le evoca la idea de ese Ladyland en el que las mujeres se protegen frente a los hombres sometiéndolos y con la unión de las mismas sintiéndose seguras y abrazando el valor cultural de su tierra.
“El sueño de la sultana” es una clara demostración de que la riqueza de texturas y colores y las buenas intenciones temáticas de un mensaje y una denuncia no ofrecen por sí mismo gran cine y este trabajo se nos presenta de una manera más ensoñadora que inspiradora para poder considerar que tiene el suficiente fuste para ser un largometraje ya que, seguramente, su universo hubiera funcionado mejor en un cortometraje o, a bien seguro, en las páginas de una novela gráfica.
Conviene saber: A competición en el Festival de San Sebastián 2023.
La crítica le da un CUATRO