David Fincher y Netflix, una relación consolidada

Querido primo Teo:

En 2024 hará una década que David Fincher no concibe una de sus películas para la gran pantalla. Su último estreno cinematográfico fue la adaptación cinematográfica del bestseller “Perdida” (2014) de Gillian Flynn y, paralelamente a ello, se inició la relación entre uno de los directores que han definido al cine del último cuarto de siglo con la plataforma Netflix. Fincher fue el primer gran nombre de la industria de Hollywood en forjar una alianza con la plataforma en streaming que para hacerse valer en el mundo audiovisual jugó a ser la samaritana de aquellos directores de prestigio con proyectos inviables en las compañías tradicionales, el caso más notorio ha sido el de “El irlandés” (2019) de Martin Scorsese.

Fincher argumenta que ya no puede encontrar la libertad creativa que ha hallado en Netflix en los estudios cinematográficos convencionales, afortunado que es él. Su colaboración con la plataforma se fraguó en 2011, con la gestación de la serie "House of cards" (2013-2018), y el director ha firmado un acuerdo de exclusividad con la compañía que finalizará en 2024 y que no tiene la pinta de que vaya a concluir. Toca el momento de hacer un repaso a la fructífera colaboración entre David Fincher y Netflix. 

"House of cards" (2013-2018)

David Fincher llevaba años interesándose por la idea de desarrollar un proyecto para la televisión que le permitiera profundizar en tramas y personajes complejos y, además, se quería aprovechar del buen momento gozado por las producciones hechas para la pequeña pantalla que estaban ganándole la partida al cine. Encontró la oportunidad con la adaptación de “House of cards”, una miniserie de la BBC estrenada en 1990 y que se basaba en la novela homónima de Michael Dobbs, que había sido jefe de gabinete del Partido Conservador.

“House of cards” narra el ascenso de un cínico y malvado político hasta la cúpula del poder. En su versión británica, Francis Urquhart, estaba encarnado por Ian Richardson, perfecto como alguien capaz de lo indecible con tal de conseguir su propósito. En su traslación a los Estados Unidos no había nadie mejor para el papel que Kevin Spacey, que ya había trabajado con David Fincher en “Seven” (1995). Frank Underwood es un psicópata perfectamente integrado en la sociedad, narcisista y que no encuentra límites en su camino hacia el poder absoluto un personaje diseñado a la medida del doblemente oscarizado Kevin Spacey que además hallaba un vehículo para devolver su carrera al esplendor de antaño. Lo mismo le sucedía a Robin Wright, siempre a reivindicar, como Claire Underwood, la esposa que se aprovecha de su papel activo al frente de una ONG para tejer una madeja de poder.

En el 2011 se llegó a un acuerdo con Netflix para su producción y distribución. Por solamente dos temporadas la plataforma pagó 100 millones de dólares sabiendo que era una cifra que iba a amortizar. David Fincher se encargaría de la producción y de la dirección de los dos primeros episodios y cuando se estrenó en 2013 el número de suscriptores de Netflix comenzó a dispararse y eso facilitó la expansión internacional de la plataforma, llegando a mercados como el español en 2015. El modelo de Netflix consistente en colgar todos los episodios a la vez cambió los hábitos del espectador que tenía que ver del tirón porque sí la temporada al completo para convertir a la serie en un acontecimiento a través de las redes sociales. 

David Fincher ganó el Emmy por la dirección del piloto de “House of cards” que tras unas dos primeras temporadas esplendorosas fue decayendo hasta su cancelación en 2018. Un año antes Kevin Spacey fue despedido tras ser acusado por varias personas de abuso sexual y acoso, entre ellas un trabajador de la serie.

"Mindhunter" (2017-2019)

Debido al éxito cosechado por “House of cards” (2013-2018) Netflix dio luz verde a “Mindhunter”, un proyecto sobre la historia real de dos agentes del FBI que durante la década de los 70 se reúnen con asesinos y violadores en prisión para desarrollar perfiles psicológicos de criminales, con el riesgo añadido de implicarse demasiado a nivel personal. Fincher nuevamente dirigió los dos primeros episodios y reclutó a directores en alza como Tobias Lindholm y Asif Kapadia. Protagonizada por Jonathan Groff, Holt McCallany y Anna Torv, la serie se estrenó como uno de los acontecimientos de la temporada otoñal del 2017.

La crítica la elogió, considerándola la mejor producción televisiva de aquel año pero, a diferencia de lo que sucedió con “House of cards”, eso no se tradujo en premios, por falta de estrellas o porque los paralelismos con la política real resulta muchísimo más atractiva, y solamente Cameron Britton, escalofriante como el asesino en serie Ed Kemper, fue nominado al Emmy. 

Pese a que “Mindhunter” se ajustaba al perfil garante de prestigio, atractivo para los suscriptores gourmet, y a que su segunda temporada demostró que era igual de efectiva, Netflix decidió no continuar con ella. David Fincher tenía pensada cinco temporadas y, aunque desde el 2019 se ha venido jugando con la posibilidad de retomar la producción, esa idea finalmente se ha descartado. 

"Mank" (2020)

Su primera película para Netflix fue “Mank”. Se trataba de un proyecto de carácter personal puesto que fue escrito por Jack Fincher, padre del director, fallecido en 2003, y que se ideó rodar a finales de la década de los 90. “Mank” era una evocación del viejo Hollywood a través del proceso de gestación de la que siempre se ha considerado la mejor película de la historia del cine, “Ciudadano Kane” (1941) de Orson Welles, reivindicando la figura de su guionista, Herman J. Mankiewicz, un tipo brillante pero devorado por el alcoholismo, y que mantuvo con Orson Welles una disputa en torno a la autoría de su obra maestra. 

“Mank” llegó en el otoño de 2020, cuando estábamos sufriendo los estragos del confinamiento durante la pandemia del coronavirus (COVID-19). Netflix, que fue una de las que se beneficiaron del hecho de que tuviéramos que quedarnos en el búnker, no podía haber encontrado mejor momento para estrenar una película de David Fincher, director que había depositado toda su energía y desbordante talento en convertir a la plataforma en mucho más que un servicio de consumo rápido.

Había motivos para considerar a “Mank” como el monstruo que iba a arrasar ese año. Era un proyecto de prestigio, protagonizado por un excelente Gary Oldman y una magnífica Amanda Seyfried como Marion Davies, con aroma al Hollywood clásico pero que resultaba confeccionada para cafeteros, para aquellos que se han empapado los entresijos de la época, y eso generó cierto rechazo entre los espectadores. Todo eso se notó en la carrera hacia el Oscar en donde, aunque sí que consiguió una buena representación con los premios técnicos de diseño de producción y fotografía, no pudo hacer nada ante “Nomadland” de Chloé Zhao que sin pretenderlo fue la película que más nos conectó con la realidad que estábamos viviendo. 

"El asesino" (2023) 

Su vinculación a Netflix le ayudó a desarrollar la adaptación cinematográfica de la novela gráfica francesa “El asesino” de Alexis Nolent y Luc Jacamon, un proyecto que quiso hacer para Paramount después de “El curioso caso de Benjamin Button” (2008). Con claras referencias a “El silencio de un hombre” (1967) de Jean-Pierre Melville el protagonista es un sicario tan metódico como parco en palabras cuyo último encargo ha salido mal y termina enfrentándose a quienes le llevaron a esa situación y también a sí mismo. 

La película está protagonizada por Michael Fassbender que, tras unas cuantas decisiones erróneas en estos últimos años de carrera, puede encontrar la oportunidad para volver a situarse en la primera línea. “El asesino” fue presentada a concurso en el Festival de Venecia y posteriormente cerró el Festival de San Sebastián como película sorpresa. Tuvo además un estreno limitado en salas para diferenciarse de la morralla habitual que llega semanalmente a la plataforma que la apadrina. 

Mary Carmen Rodríguez