“Terry Gilliam. El desafío de la imaginación”
Título: “Terry Gilliam. El desafío de la imaginación”
Autor: Varios autores
Editorial: T&B Editores
Nota de la Redacción: Este libro es esencial para los fans de Gilliam que gusten de rebuscar en sus simbolismos, como hace el grupo de autores, expertos universitarios en historia e imagen en la mayoría de los casos, reunidos por la editorial y varios organismos institucionales. Es una sucesión de ensayos de tono sabio, salpicados de referencias psicológicas, análisis semánticos o consideraciones sociológicas, con el denominador común de las películas de Gilliam ordenadas cronológicamente. Cada film merece un ensayo y por lo tanto el resultado es tan variopinto como cabe esperar. Para introducirnos se recurre a esta frase de André Breton: “Lo más admirable de lo fantástico es que lo fantástico no existe. Todo es rea”. Dándole la vuelta: lo real no existe, todo es fantástico, estaríamos ya en el juego que practica este cineasta, y los autores de este libro con su cine. Estamos ante un buen grupo de jugones cuyos nombres y “currículums” están aquí…
No son muchos los libros en español dedicados al miembro norteamericano de los Monty Python, pero suficientes para poder conocer su biografía, sus opiniones esenciales sobre el cine, sus problemas con don quijote, o su sentido de la vida. Todos estos elementos se salpican sin orden ni propósito conjunto de los autores, porque todos buscan el origen de sus fantasías. En este caso no tiene mucho sentido ofrecer una parte del libro, puesto que cada ensayo tiene estilos y enfoques diferentes. Podemos decir, eso si, que su conjunto nos ha gustado como para no dudar en recomendarlo a los cinéfilos, ya que se salpican detalles e ideas muy interesantes: “Las confidentes de Jeliza-Rose son las cabezas de cuatro Barbies, la comercial y a la vez polémica muñeca que apareció a finales de los cincuenta como versión americana y suavizada de la alemana Lilli, inspirada en la protagonista de la tira cómica semipornográfica del diario Bild Zeitung. En Tideland, estos cuatro seres decapitados no muestran su lado sexy porque están sucias y despeinadas, y tanto sus cuerpos mutilados como la propia personalidad que encarnan las dota de cierto aire diabólico. En ellas se aúna el mundo infantil de Jeliza-Rose con el adulto, mucho más complejo y perverso, al que le abren los ojos. Pueden ser a la vez ingenuas y pícaras, valientes o tímidas, fantásticas o realistas, autoritarias o sumisas a su dueña, que las maneja a conveniencia. La extrema sensibilidad e inteligencia de Jeliza-Rose se refleja en la elección de sus cabezas como objeto de juego, al intuir que sólo la mente, incluso en su delirio, es capaz de dominar el mundo”.
En algunos casos el lenguaje de los autores es trabajosamente conceptual, además de haber agradecido un toque de edición que eliminara el título original de cada película siguiendo al español cada vez que se mencionan. Sin duda son muestras de respeto a los originales, pero indican cierta falta de sensibilidad a una lectura del conjunto, salvando el hecho de que no se trata de una obra popular ni mayoritaria.
Este es su índice…