"Mi soledad tiene alas"
La web oficial.
El argumento: En un barrio humilde a las afueras de Barcelona, Dan y sus dos amigos, Vio y Reno, viven sin pensar en el mañana, entre fiestas y dando palos a joyerías. Detrás de su apariencia de pequeño delincuente, Dan esconde un artista con talento, y una sensibilidad distinta al mundo que le rodea. La reaparición de su padre, tras salir de la cárcel, despierta los viejos demonios de Dan, sumergiéndolo en una espiral de violencia que le obliga a huir y pone a prueba la amistad entre los tres amigos.
Conviene ver: “Mi soledad tiene alas” es una digna ópera prima que rescata el espíritu del llamado cine quinqui y que nos lleva al extrarradio de Barcelona en una historia de amistad, desesperanza y violencia que funciona mejor en su estética y atmósfera que en una narración errática y poco consistente. Tres amigos que deambulan por las calles y que sólo se tienen a ellos así como sus sesiones de hedonismo y fiesta, a ritmo de flamenco y fusión, y los palos que dan en determinadas joyerías. Una cinta que tira de realismo social de jóvenes a la deriva con referencias al “American honey” (2016) de Andrea Arnold o “Un momento en el tiempo (Waves)” (2019) de Trey Edward Shults. La cinta no sorprende pero sí que aporta cierta personalidad en un triángulo protagonizado por un joven traumatizado, al límite de la ley, y con herencia familiar tortuosa, que vive, se cae y se enamora (brotando de la amistad y la comprensión y no de la atracción primaria) entre el fragor de la incerteza y la crudeza de si habrá futuro al día siguiente. Enérgica pero algo presuntuosa se mueve entre la irregularidad y el frenesí contemporáneo de unas calles tumultuosas e inquietantes siempre entre las sombras destacando el trabajo de los actores Óscar Casas, Candela González y Farid Bechara.
Conviene saber: Debut en la dirección del actor Mario Casas.
La crítica le da un CINCO