"Oppenheimer", las contradicciones del hombre detrás de la bomba atómica

Querido Teo:

Se veía venir que tras la disparidad de criterios entre Christopher Nolan y Warner Bros. Pictures para estrenar o no "Tenet" en salas en el verano pandémico de 2020 ello iba a implicar consecuencias para el futuro. De nada ha valido que bajo el manto del Estudio llegaran los mayores éxitos de la carrera del director ("Memento" en el 2000 fue la última cinta que rodó fuera de Warner) por lo que el visionario director firmó con Universal Pictures en septiembre de 2021 para llevar a cabo su siguiente cinta, un guión del propio Nolan sobre J. Robert Oppenheimer y el desarrollo de la bomba atómica dentro del llamado Proyecto Manhattan adaptando el libro "American prometheus: The triumph and tragedy of J. Robert Oppenheimer" de Kai Bird y Martin J. Sherwin, ganador del premio Pulitzer en 2006. Una historia que ya es realidad y que ha llegado a salas esta semana con el título de "Oppenheimer".

“Oppenheimer” es un thriller bélico que con sus tres horas de duración se erige como la película más larga de un director ya tendente a lo grandilocuente habiendo rodado con una combinación de cámaras de 65mm e IMAX lo que supone ser la primera película rodada en blanco y negro analógico con tecnología IMAX volviendo Nolan a experimentar con el blanco y negro después de que ya lo hiciera en "Following" (1998) y segmentos de "Memento" (2000).

“Oppenheimer” nos lleva al hombre detrás del desarrollo de la bomba atómica rezando en uno de los lemas de la cinta más ilustrativos el hecho de que no le temerán hasta que le entiendan. J. Robert Oppenheimer está interpretado por Cillian Murphy, suponiendo su sexta colaboración con el director pero contando también con otros nombres populares como Emily Blunt, Matt Damon, Robert Downey Jr. o Florence Pugh que encabezan un reparto lleno de rostros conocidos. Precisamente a través de sus personajes vamos a adentrarnos en el contexto histórico que rodea a “Oppenheimer”, uno de los títulos del año.

El Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto de investigación llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica. La investigación científica fue dirigida por Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie R. Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos, en Nuevo México.

El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas (física, química, ciencias informáticas). Dado que tras los experimentos en Alemania previos a la guerra se sabía que la fisión del átomo era posible, y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear, no costó reunir a todas aquellas mentes brillantes con el objetivo de conseguir la bomba antes que los alemanes. En la carrera por la bomba nuclear, los alemanes tenían el Proyecto Uranio y los soviéticos la Operación Borodino.

Convertido primero en un símbolo de los avances científicos, después como un peligro para el país por sus relaciones con el partido comunista y por último como un repudiado cuando Oppenheimer dejó evidencias de su sentimiento de culpa tras el éxito de Trinity (la primera explosión nuclear que tuvo lugar en el pueblo de Alamogordo en Nuevo México) recibiendo la aprobación por parte del presidente Harry S. Truman para que el arma fuera lanzada con una separación de tres días en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en el agosto de 1945.

Dos mujeres fueron clave en la figura de Oppenheimer. La primera fue su esposa Katherine, interpretada en la película por Emily Blunt, primero científica y después ama de casa que supuso no sólo una gran influencia en su trabajo, sino también un fiel apoyo a todos los niveles. La otra fue Jean Tatlock (Florence Pugh), psiquiatra y amante de Oppenheimer que le haría introducirse en los estamentos políticos y cuya relación propició que el físico fuera investigado por el FBI debido a ser ella considerada un elemento subversivo que podía suministrar información al enemigo por su pertenencia al partido comunista.

Matt Damon es el general Leslie Groves, el cual confió en Oppenheimer para que encabezara el Proyecto Manhattan. Sí él se encargaba de la parte de seguridad Oppenheimer corrió con la científica. Groves conocía los problemas potenciales de seguridad ligados a Oppenheimer, pero lo consideró como el mejor hombre para dirigir un equipo diverso de científicos y consideraba que no estaría afectado por sus tendencias políticas anteriores.

Enfrente Lewis Strauss, en el regreso de Robert Downey Jr. tras la larga colaboración con Marvel y películas alimenticias, miembro de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos, que durante mucho tiempo había albergado resentimiento contra Oppenheimer, tanto por su actividad contra la bomba de hidrógeno como por haberle humillado ante el Congreso algunos años antes.

Strauss y el senador Brien McMahon, autor en 1946 de la Ley de Energía Atómica, secundados por Edward Teller, el formulador de la acusación, impulsaron al presidente Eisenhower a revocar la credencial de seguridad de Oppenheimer por sus conexiones comunistas.

“Oppenheimer” es más que una superproducción una mirada a la Historia de Estados Unidos, a su capacidad inventiva pero también destructiva tanto desde el punto de vista tecnológico y científico como moral y existencialista en una sociedad que encumbra y destruye según intereses.

Una epopeya centrada en uno de esos hombres contradictorios que cambiaron el sino del siglo XX y que llevó el poder de la ciencia a los límites de la ética por el hecho de que la paz de la II Guerra Mundial se consiguiera con un peaje aniquilador conformando una permanente sombra de amenaza que sigue sobrevolando nuestros días ante el miedo de que alguien apriete el botón rojo.

Su historia ya llega a cines como una de las películas del año con un Christopher Nolan que sigue siendo uno de esos nombres que garantizan la experiencia en salas como todo un espectáculo en el que no el cielo es el único límite.

Nacho Gonzalo