"M. Los últimos días de Europa"
Antonio Scurati tiene relaciones con el mundo del cine y la televisión, así que cabe la esperanza de que se considere hacer una gran serie que popularice su punto de vista. Nunca será lo mismo que la inmersión que llega a producirse cuando te pones en manos de Scurati con tiempo por delante, para vivir hace cien años, en Italia, donde las desigualdades sociales y el abuso de poder hacen surgir un nuevo César, que experimentará la pasión en su cara y en su cruz. Millones de italianos y europeos inocentes pagaron con sus vidas el coste de aquella "ópera".
Título: "M. Los últimos días de Europa"
Autor: Antonio Scurati
Editorial: Alfaguara
"Tres convoyes especiales procedentes de Alemania han entrado en perfecto horario en la estación de Roma Ostiense, construida especialmente para recibir con la máxima pompa a los bárbaros llegados del norte frente a Porta San Paolo. Es una estación grandiosa, grandilocuente, monumental, una estación de cartón piedra. Pasarán años antes de que esté lista para recibir tráfico de pasajeros, pero eso importa poco, lo que importa es que la escenografía esté montada, que las farolas, los árboles, las traviesas, se plieguen bajo la masa de banderas, oriflamas, haces de lictores y esvásticas. Escoltado por un enjambre de SS armados con puñales, el canciller recorre el andén del tren hacia la ciudad eterna.
A primera vista, por mucho que nos esforcemos, no conseguimos encontrarlo repulsivo. Mesurado, ordenado, casi modesto. Casi servil, incluso. Una personalidad de aspecto subordinado: algo así como un revisor del tranvía. Las manos enguantadas de gris, cruzadas sobre el vientre con el pulgar a la altura del cinturón, la espalda ligeramente encorvada, inclinada hacia delante, el ojo vago y acuoso, suspendido en una especie de atonía. En definitiva, Adolf Hitler no tiene la imagen canónica del tirano al que hay que asesinar".
Con esta imagen se inicia la tercera entrega de la obra más ambiciosa y premiada de uno de los escritores italianos más interesantes de los últimos años.
Antonio Scurati es consciente de que su obra ha quedado fijada por críticos y lectores como la mejor recreación de la llegada del fascismo hace poco más de un siglo. En estos momentos de renacimiento neofascista, la recreación documentada con un esfuerzo y talento sorprendentes tiene más sentido que nunca.
El autor más popular de su época, Dumas, manipulaba y falseaba la historia.... "Es verdad que violo a menudo la historia. Pero la hago engendrar hijos hermosos"; lo valioso de Antonio Scurati es no hacerlo, no todos los niños son hermosos en esta historia, ni mucho menos... A veces hasta duele la lectura.
Os encontraréis con historia que quiere parecer novela. El trabajo de este profesor napolitano crecido en Venecia, es extraordinario. No es que la novelización del periodo carezca de algunos errores históricos, reconocidos y escusados por el autor públicamente, pero sería como invalidar el esfuerzo de recreación de la película "Novecento" por aparecer un cable de tendido eléctrico extemporáneo.
El éxito ha superado al autor hasta el punto de que su idea era realizar una trilogía, y por lo tanto con "M. Los últimos días de Europa" debería haber dado por cerrada la tarea. No es así y serán cinco los libros que dibujarán el mayor fresco literario de la época.
Cuando se cierre esta pentalogía se confirmará que se trata de un trabajo de los que marcan un antes y un después en la historia del periodo y de Mussolini, posiblemente el trabajo que mejor sobrevivirá al propio autor y al que está dedicando más años. Con acierto, el autor comenzó considerando a Mussolini como "M. El hijo del siglo".
Carlos López-Tapia