"El regreso de las golondrinas"
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La web oficial.
El argumento: La humilde y sencilla Ma, y el tímido Cao, han sido expulsados de sus respectivas familias y obligados a contraer un matrimonio concertado. Ahora tendrán que aunar sus fuerzas y construir un hogar donde sobrevivir. En medio de la adversidad, comienza a forjarse entre ellos un vínculo, ya que tanto Ma como Cao, en sintonía con los ciclos de la Tierra, se crean un refugio en el que pueden prosperar.
Conviene ver: “El regreso de las golondrinas” de Li Ruijun es un drama ambientado en la China rural que nos presenta a un granjero soltero (llamado Cuarto Hermano) y a una mujer con incontinencia e infértil que ya es vista como alguien mayor para casarse y que ha sufrido bullying desde siempre. Se les organiza una boda y ambos verán esa unión como una oportunidad para madurar y encontrar aquello que en el fondo estaban buscando a pesar de que la relación surja por las artimañas de las respectivas familias. Una cinta que conmueve por su sutileza y calidez a la hora de hablar de dos personas que estaban condenadas a estar solas y que encuentran, de manera inesperada, el amor. Un trabajo tan neorrealista como hipnótico en el que hay mucho de dolor congénito, melancolía elegiaca, humanismo reparador y amor evocador en un homenaje a los olvidados, todas esas gentes de una China de provincias, sobre una bella fotografía de tonos cálidos, que se conforman con lo que tienen pero que tienen que también hacer frente a la presión social de una familia que les ha abandonado a su suerte ya que sólo les interesan las apariencias.
“El regreso de las golondrinas” es una historia que se desenvuelve con parsimonia y con escasos diálogos pasando de la timidez inicial a la confianza que poco a poco se va estableciendo entre ambas personas mientras cumplen con sus ciclos de cosecha y creando un nuevo hogar en Gaotai, una localidad en la norteña provincia de Gansu, sufriendo no sólo las inclemencias de la naturaleza sino también la especulación y los intereses urbanísticos que ponen en jaque su modo de vida ya de por sí deprimente y muy alejado del esplendor económico del que pretende hacer gala el país. Una unión frente a la adversidad en un trabajo austero en el que, además de incidir en la explotación de los ricos frente a los pobres (hasta en la sangre de especial condición que extraen al protagonista), da algo de esperanza porque hasta en las dificultades propias de tierra yerma es capaz de que el amor acabe brotando sacando belleza de esa burbuja que la pareja acaba construyendo mientras progresan como granjeros, arando, plantando semillas o separando el trigo de la paja, a la vez que avanzan en su relación frente a las adversidades del entorno siendo capaces de que del dolor soterrado y del desprecio de los demás surja el más noble y edificador de los sentimientos porque también los perdedores tienen derecho a querer y ser queridos. Un canto de resistencia, dignidad y nobleza.
Conviene saber: A competición en el Festival de Berlín 2022 y mejor película en el Festival de Valladolid 2022.
La crítica le da un SIETE
EL REGRESO DE LAS GOLONDRINAS
La primera impresión es la de su excesiva duración, aunque se dé por bien empleado el tiempo; luego está la vida agrícola sin profundizar en el “beatus ille”; y la familia o la pareja como medio necesario de desarrollo; los escalones en la división social, la selección natural y la diferencia de géneros. En el trasfondo están los antiguos planes quinquenales estatales que modeló la antigua Unión Soviética y la construcción actual de colmenas humanas favorecidas por los Estados para hacer más populoso el planeta. El sedicente socialismo y los presuntos planes colectivos. Actualidad.
Una historia en una China que puede ser la actual. Una China rural en la que el sistema social margina a quienes la Naturaleza o la suerte no pone ni siquiera en línea de salida. Una historia en la que el título original- The return to dust-… que traducido como “La vuelta a la tierra” o ”El regreso a la tierra o al polvo” parece acercarse más que “El regreso de las golondrinas”, que suena a romanticismo becqueriano o a que la golondrina tópicamente –salvo mejor opinión ornitológica- anuncie el comienzo de la primavera, aunque algunas no volverán como anticipaba Bécquer.
Una historia china, dura y cruel, que no muestra sino la prolongación en nuestros días de aquella Roca Tarpeya junto a la cima sur de la colina capitolina o aquel monte Taigeto espartano. Pero también desliza que la convivencia genera empatía y ésta el acercamiento y el amor con sus múltiples recíprocos cuidados e intereses.
¿Reivindicar la necesidad de la familia, una vuelta al clan familiar? ¿La familia como selección natural por la propia naturaleza? ¿Una división clasista de los humanos entre los que valen y los que no? Las fichas están dispuestas en el tablero. El espectador mira y ve.
Lenta, parsimoniosa, con más aire de documental que de narración dramática. Para gozar de los planos, de la interpretación, de la fotografía y del colorido, Para una tarde beatífica.
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