Cine en serie: Pilotos 2010/11... "The walking dead"

Querido Teo:

Cierra los ojos por un instante. Imagina que te disparan, caes en coma, y cuando despiertas en el hospital no hay nadie a tu alrededor porque el mundo está lleno de zombies. Este es el interesantísimo punto de partida de la nueva serie de la cadena de cable AMC, con la que pretende sorprendernos, asustarnos, y maravillarnos de nuevo tras las estupendas “Mad Men”, “Breaking Bad”, y la más reciente “Rubicon”. Justo en mi anterior entrada te hablaba de la primera incursión en la pequeña pantalla de un gran director de cine, como lo es Martin Scorsese y su “Boardwalk Empire”. Y ahora vuelvo a hacer lo mismo para contarte que, otro gran realizador, en este caso Frank Darabont (“Cadena perpetua”, “La milla Verde”), es el principal responsable de adaptar en formato serie, el afamado comic de zombies titulado “The walking dead”, escrito por Robert Kirkman, y dibujado por Tony Moore y posteriormente Charlie Adlar. El 31 de octubre, día de todos los muertos, o más comúnmente conocido como Halloween, fue el elegido por la cadena para lanzar el episodio piloto en Estados Unidos. Su éxito ha sido rotundo. Más de cinco millones de espectadores lo siguieron entusiasmados y con los ojos como platos (y te aseguro que son muchos ojos y personas para una cadena de cable), y la crítica se ha deshecho en elogios situándola inmediatamente como una de las mejores incursiones en el denostado genero zombie de los últimos años. Pero, hablemos del piloto en sí.

Personalmente y para que quede clara mi postura desde el principio, te diré que “The walking dead” me ha dejado clavado al sofá de principio a fin sin dejarme apenas respiro alguno de por medio. Por ello, ya cumple la primera de las funciones que debe tener un buen arranque en este tipo de series, que no es otro que el de presentar a sus personajes principales, y primeras tramas, con la mayor claridad y contundencia posible. De esta manera se deja que sea el propio espectador quien se interese por la historia, poco a poco, y en constante crescendo, y no al revés, como ocurre en muchas otras ocasiones, donde se le suele atosigar con giros y sorpresas demasiado efectistas con tal de atraparle de cualquier manera y en el menor tiempo posible. Su primera escena es toda una declaración de intenciones. En ella no sólo se pone de inicio toda la carne en el asador (visualmente hablando), sino que también se utiliza para dejar claro que no habrá medias tintas a la hora de plasmar en pantalla la parte más oscura y visceral del cómic original.

Uno de los grandes aciertos de la serie es la utilización de maquillaje de los muertos vivientes creado por Greg Nicotero. Dicho maquillaje no es que haya revolucionado el género, pero sí es lo suficientemente novedoso, llamativo, y sobre todo trascendente, como para alejarla de otros proyectos similares menos logrados, resultando en esta ocasión, tanto inquietantemente terrorífico, como muchas otras veces incluso tristemente nostálgico y trágico. Así pues, y apoyado en el estupendo guión de Darabont, los sombies no sólo resultan una amenaza constante y diabólica para nuestros protagonistas, sino que también se nos muestran como melancólicas víctimas indefensas atrapadas por un virus devastador que les ha cambiado a ellos y al mundo para siempre. De ahí que muchas de las mejores escenas de este primer episodio sean cuando varios de los supervivientes tienen que mirar a los ojos a sus amigos, conocidos y familiares zombies, justo antes de acabar con ellos poniendo fin a su sufrimiento.

Y es que “The walking dead” está enmarcada en un género muy concreto y con la clara intención (nada oculta) de llegar a la mayor gente posible, pero en el fondo lo que realmente nos quiere contar es el tema de la supervivencia humana bajo límites insospechados de dificultad y extrema dureza. Por ello, los silencios en las oscuras noches de una ciudad muerta pueden llegar a ser más dolorosos y descorazonadores que el peor de los encuentros con cualquiera de los muertos vivientes que andan por sus calles. La soledad se convierte en una losa aun mayor que el miedo a sufrir un mordisco en la cara. O morir por tu propio disparo en la cabeza, la mejor de las salidas ante la visión de un final trágico, angustioso y brutalmente incierto. A través de poderosas imágenes, sólidos diálogos, buenas interpretaciones, y una exquisita banda sonora compuesta por el siempre genial Bear McCreary (Battlestar Galactica), se nos cuenta la historia épica y de aventuras de siempre pero sin renunciar a una mayor complejidad de personajes, construidos éstos por minuciosos y sutiles matices de tintes intimistas e introspectivos. Dicha dualidad, marca de la casa (AMC), no hace más que agigantar la propuesta y con ella hacer crecer nuestras expectativas, dejándonos con la sensación final de estar ante una de las grandes series de los próximos años. El tiempo y los zombis nos darán o nos comerán la razón, pero a este piloto ya no hay quien le quite “lo bailao”.

¿Todavía tienes los ojos cerrados?. Pues ya puedes abrirlos, ponerlos en estado de alerta, y cerrar bien tus puertas y ventanas. Te aseguro que los caminantes de “The walking dead” han llegado con fuerza a nuestras pantallas, y seguro esperan quedarse entre nosotros durante mucho, mucho tiempo.

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Watanabe