40 años del Oscar de "Volver a empezar" y el sueño cumplido del cine español

Querido primo Teo: 

La madrugada del 12 de Abril de 1983 José Luis Garci hizo con “Volver a empezar” (1982) que España abandonara ese sentimiento tan nuestro de verse acomplejada a nivel internacional. Massiel había ganado el Festival de Eurovisión, Salomé lo logró en parte, Manolo Santana triunfó en Wimbledon, inspirando a varias generaciones de tenistas que llegaron a lo más alto en décadas posteriores, al igual que Federico Martín Bahamontes y Luis Ocaña alentaron a muchos ciclistas al coronarse en el Tour de Francia. Pero lo de poner una pica en Flandes, es decir, conseguir un reconocimiento en la meca del cine parecía algo que no estaba hecho para el cine español.

Bien es cierto que Luis Buñuel consiguió el Oscar pero “El discreto encanto de la burguesía” (1972) es una película que representaba a Francia, el director artístico Gil Parrondo logró la estatuilla por dos producciones internacionales como fueron “Patton” (1970) y “Nicolás y Alejandra” (1971) y el director de fotografía Néstor Almendros ganó por una película estadounidense como “Días del cielo” (1978) pero José Luis Garci fue el primero que consiguió el Oscar para una producción española y también para una película rodada en la lengua de Cervantes. Se adelantó a Fernando Trueba, Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar y con cuatro candidaturas sigue siendo el director español que más veces ha estado presente en la categoría internacional. 

Cuando Luise Rainer, la legendaria "lágrima de Viena" y ganadora de dos Oscar consecutivos por “El gran Ziegfeld” (1936) y “La buena tierra” (1937) pronunció con entusiasmo lo de “Volver a empezar” José Luis Garci tenía 39 años y pertenecía a una generación que había encontrado en el cine una vida de repuesto. Creció en el Madrid de posguerra y fue gracias a su familia, principalmente su abuela y una de sus tías, que se enamoró del séptimo arte. Escribir sobre lo que veía era su manera de vivir, aunque oficialmente él era un empleado del Banco Ibérico.

Tras destacar como cronista cinematográfico abandonó su trabajo como administrativo y comenzó su andadura como guionista con sus amigos Antonio Mercero y José María González-Sinde, junto al primero de ellos escribió “La cabina” (1972), una de esas obras con la que TVE buscaba el prestigio internacional y que se llevó el premio Emmy. “Volver a empezar” era la quinta película como director de Garci tras “Asignatura pendiente” (1977), “Solos en la madrugada” (1978), “Las verdes praderas” (1979) y “El crack” (1981) en donde nos mostraba a un país que trataba de evolucionar hacia la democracia. 

“Volver a empezar” (1982) está conectada con esa España que quería seguir adelante, que buscaba la concordia tras la muerte del dictador Francisco Franco y que al contrario de lo que sucede casi medio siglo después se oponía a rendir cuentas. Su protagonista es Antonio Miguel Albajara, un escritor y profesor universitario que regresa a su Gijón natal tras ser galardonado con el Nobel de Literatura y que representa a esos intelectuales que se vieron obligados a vivir en el exilio durante la dictadura. Allí se encuentra con la que pudo ser su vida, especialmente con la mujer que quiso, pero aunque sea una película profundamente melancólica en ningún momento deja de ser una vital invitación a apostar por el futuro incluso cuando se es consciente de que el tiempo que queda ya no es mucho. 

El de “Volver a empezar” (1982) fue el décimo intento de España para ganar el Oscar. Había optado por “La venganza” (1958) de Juan Antonio Bardem, “Plácido” (1961) de Luis García Berlanga, “Los Tarantos” (1963) y "El amor brujo" (1967) de Francisco Rovira-Beleta, “Tristana” (1970) y "Ese oscuro objeto del deseo" (1977) de Luis Buñuel, “Mi querida señorita” (1972) y "El nido" (1980) de Jaime de Armiñán y “Mamá cumple cien años” (1979) de Carlos Saura. 

Garci, que contó con el respaldo de la Fox, se impuso a la nicaragüense “Alsino y el cóndor” de Miguel Littín, la soviética “Vida privada” de Yuli Raizman, la francesa “1280 almas” de Bertrand Tavernier y la sueca “El vuelo del águila” de Jan Troell. Antes de “Volver a empezar” optaron algunos títulos emblemáticos de nuestra cinematografía pero Garci llegó en el momento oportuno, la comunidad internacional miraba con agrado a España que se consolidaba en su recuperada democracia tras pasar casi cuatro décadas sumida en una dictadura y frustrándose en 1981 un Golpe de Estado.

Fue el año en el que se consagró “Gandhi”, el biopic del gran conciliador dirigido por Richard Attenborough. Garci hablaba de una España abierta a la esperanza y contaba con algunos representantes de la mejor generación de actores que hemos tenido, todos curtidos en el teatro, Antonio Ferrandis, que en aquel momento era un ídolo nacional gracias a la serie “Verano azul”, Encarna Paso y José Bódalo, todo un pata negra que conseguía arrancar los aplausos del equipo técnico. 

El Oscar de “Volver a empezar” fue una inversión que al Estado español le costó 2 millones de pesetas de hace 40 años. Pilar Miró estaba al frente del Instituto de Cinematografía y se entendió por primera vez que para estar en Hollywood se necesitaba hacer un trabajo de relaciones públicas. Cuando Garci logró por primera vez un Oscar para una película española no todo el mundo lo celebró. Fueron especialmente críticos con la película en el diario “El País”, Diego Galán en sus columnas la calificó de simple y se publicó una carta de unos lectores que la tildaban de bochornosa y 40 años después no ha habido ni una sola mención a su aniversario.

José Luis Garci militó en el Partido Comunista Español en la clandestinidad y fue de los que se sumaron a pedir el voto para ellos cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas en el año 1977 pero terminó desencantado con la izquierda, a la que dejó de reconocer, y aborreciendo lo progre. Eso la izquierda mediática y cultural, que es mayoría, no se lo ha perdonado y ha ido a peor con el paso de las décadas. Dejando a un lado al cainismo, también tan nuestro, aquella velada en el Dorothy Chandler culminada con la victoria de “Volver a empezar”, una de las obras en estado de gracia que nos ha dejado José Luis Garci, permitió soñar a la pequeña industria del cine español de que alcanzar la gloria era más que posible. 

Mary Carmen Rodríguez